El auge de las bebidas espirituosas en Argentina se refleja en eventos que ganan cada vez más protagonismo. En Mendoza, cuatro bartenders locales fueron seleccionados como semifinalistas del Torneo Nacional de Coctelería Golden Age, consolidando a la provincia como un epicentro de talento y creatividad en el mundo de la coctelería.
El certamen, organizado por Dellepiane Spirits, desafía a los participantes a reinterpretar las “eras doradas” de la coctelería con recetas originales y técnicas depuradas. La competencia no solo premia la habilidad en la barra, sino también la capacidad de narrar historias a través de los sabores.
Mientras tanto, el mercado de bebidas alcohólicas en Argentina experimenta un crecimiento acelerado, impulsado por la preferencia por espirituosas y vinos premium. Este contexto favorece el surgimiento de bartenders que buscan destacarse en un escenario cada vez más competitivo.
Mendoza, protagonista en el auge de las espirituosas y la coctelería en Argentina
El mercado argentino de bebidas alcohólicas se encuentra en plena expansión, con un aumento proyectado de USD 136.8 mil millones y una tasa de crecimiento anual del 37,5% entre 2025 y 2030, según datos de Strategy Helix Group.
En este contexto favorable, Mendoza se posiciona como un punto clave gracias al talento de sus bartenders, quienes representan a la provincia en el Torneo Nacional de Coctelería Golden Age. Agustín Edgardo Guevara (Gómez Rooftop), Ezequiel Milessi (Soberana), Edgardo Millet (Moovi Bar) y Joaquín Antich Robles (Guantánamo Bar) son los semifinalistas que buscarán un lugar en la final nacional que se realizará en Buenos Aires.
¡Cócteles para el festejo!
La coctelería argentina suma identidad local y creatividad en cada copa.
Cada participante creó un cóctel inédito utilizando al menos un licor de la línea Golden Age, como Cherry Brandy, Orange Curaçao o Parfait Amour. En la siguiente ronda, deberán replicar su trago frente al jurado en su propio bar y enfrentarse a una prueba sorpresa. “Ahora se va a probar a cada concursante en su propio bar, en todo el país. Van a tener que preparar el trago con el que pasaron la primera ronda e idear uno más con creatividad: se les dará una botella sorpresa y deben improvisar un nuevo cóctel”, explicó Matías Ugarte, Jefe de Marketing de Dellepiane Spirits.
Mientras tanto, la industria mundial de bebidas alcohólicas atraviesa un período de transición. Según el Observatorio Vitivinícola Argentino, en 2023 se registró una caída global del 1% en volumen y un crecimiento del 2% en valor. Se espera una recuperación moderada hacia 2025, aunque los desafíos persisten debido a las presiones inflacionarias. A nivel local, este panorama no ha frenado el interés por las espirituosas ni el crecimiento de eventos como el Golden Age, que consolidan a Mendoza y a la Argentina como referentes de la coctelería regional.
El estilo personal detrás de la barra: precisión, técnica y una marca propia
La coctelería es un universo donde cada bartender imprime su personalidad en cada copa. En Mendoza, los cuatro semifinalistas del torneo de coctelería destacan por estilos definidos que combinan técnica, creatividad y una mirada local.
Agustín Edgardo Guevara, de Gómez Rooftop, remarca la importancia de la prolijidad y la fidelidad a las recetas clásicas: “Me gusta lo clásico, ser meticuloso con las medidas y la prolijidad. Lo veo fundamental para elaborar un cóctel de manera exitosa”. Una filosofía compartida por Ezequiel Milessi, de Soberana, para quien la elegancia es parte del show: “Me gusta mucho la coctelería clásica, la elegancia y el estilo. Para mí un bartender con buena técnica es muy entretenido de ver”.
Agustín Guevara (Gómez Rooftop) (2).jpeg
La búsqueda de una identidad local también se refleja en la barra. Edgardo Millet, de Moovi Bar, aporta una visión donde cada trago debe contar una historia y estar ligado al territorio: “Busco equilibrio con alma, y personalmente busco generar una impronta mendocina, usando vino y productos locales en las recetas”. Joaquín Antich Robles, de Guantánamo Bar, en tanto, se define por cócteles dulces y frutales, con técnicas que realzan textura y suavidad: “Me gusta combinar la clara de huevo con maceración de frutas mediante mortero”.
Creatividad en acción: cómo enfrentan el desafío de la improvisación
La segunda etapa del certamen pondrá a prueba la capacidad de improvisación de los semifinalistas: deberán crear un cóctel en el momento con una botella sorpresa. Un reto que combina conocimientos, intuición y mucha creatividad.
Para Agustín Guevara, la base está en el saber técnico. “Es importante tener una base sólida con respecto a la teoría, conocer bien los destilados, amaros, licores, etc. nos permite ser más creativos y sorprender de mejor manera”, sostiene. En el caso de Ezequiel Milessi, la improvisación forma parte de su rutina diaria en Soberana: “Todos los días los clientes nos piden hacer algo diferente con X botella o X ingrediente, es super divertido”, cuenta.
Ezequiel Milessi (Soberana) (2).jpeg
Edgardo Millet, por su parte, define el momento como un juego mental y sensorial: “Te preparás respirando hondo y pensando en el desafío. La creatividad es el alma en este momento, empiezas a buscar combinaciones que sorprendan pero armonicen”. Joaquín Antich Robles también apuesta por conocer en profundidad cada destilado y dejar que la imaginación fluya: “Una vez que la idea está clara, solo hay que dejar que la creatividad haga lo suyo y el trago va tomando forma por sí solo”.
Un nuevo paladar mendocino: el auge de los destilados y la coctelería
Mendoza, tierra de vinos, vive una transformación en sus hábitos de consumo: los cócteles y los destilados ganan cada vez más espacio en las cartas y en los gustos del público. Los semifinalistas coinciden en que este cambio ya es una realidad palpable.
Agustín Guevara destaca que los consumidores se animan a explorar nuevas experiencias: “Se nota cómo los clientes vienen sabiendo qué es lo que quieren y sin temor a probar cosas nuevas para poder tener una mejor experiencia”. Ezequiel Milessi refuerza esta idea señalando que “los consumos están cambiando, las preferencias de los clientes también, así que nos vamos adaptando”.
Edgardo Millet (Moovi Bar) (2).jpeg
Edgardo Millet aporta otro ángulo: no solo crece el interés por los cócteles, sino que también se revaloriza el vino a través de la mixología. “Hay un avance importante, sobre todo por la cantidad de destilados locales de alta calidad que hay en el mercado. Además, competencias como Intervino 25 ayudan a potenciar el consumo de vino en forma no tradicional, sumándolos a los cócteles”, señala.
Joaquín Antich Robles coincide en que el público está cada vez más curioso y abierto: “Es evidente que el público desarrolla más curiosidad y pasión por los diferentes destilados”. Así, la provincia comienza a sumar nuevas costumbres sin perder su esencia.
Una coctelería mendocina en construcción: identidad, raíces y sofisticación
La evolución de la cultura del cóctel en Mendoza es un proceso vivo, que avanza en diálogo con la tradición vitivinícola y con una mirada cada vez más cosmopolita. Los semifinalistas del torneo analizan este momento de transformación y señalan las claves de la identidad que se está forjando.
Agustín Guevara observa bares que saben escuchar al público y adaptarse: “Cócteles con vino, baja graduación alcohólica, mocktails y técnicas sustentables son el camino a seguir en este hermoso rubro”, afirma. Ezequiel Milessi también percibe un crecimiento sólido: “Va escalando muy fuerte, la gente sabe lo que quiere, ya pide bebidas, cócteles y elaboraciones de calidad. Así que hay que estar a la altura”.
Joaquín Robles (Guantánamo Bar) (2).jpeg
Edgardo Millet aporta una visión poética y localista de este cambio: “La identidad que está tomando, es una mezcla de orgullo por lo nuestro y sofisticación global. Es una escena que respeta la tradición vitivinícola, pero se atreve a jugar, a ser irreverente”. Joaquín Antich Robles coincide en que Mendoza está adaptando nuevas costumbres a su ADN propio: “Poco a poco transforma tradiciones y costumbres ajenas con nuestra marca propia. Es un proceso lento pero fascinante”.