No es una casualidad. Muchos productores utilizan los rosales para proteger a sus viñedos. Las razones.
El proceso de hacer vino no empieza con la pisa de las uvas, como muchos creen, en realidad inicia desde que se plantan las vides con diferentes tipos de uva en suelos y territorios con condiciones específicas de clima.
Pero ahí no termina todo, porque si cuidar una vid es un tema, un viñedo completo es realmente complejo, por eso es que existen medidas que cada vez son más amigables con el medio ambiente para cuidar de estas plantas, como las plantaciones de rosales.
¿Por qué se colocan rosales o flores junto a las vides?
La respuesta es corta. Tienen el objetivo de ahuyentar las plagas. Los rosales se colocan a pie de viña marcando las hileras, y su función en el viñedo no es sólo estética, su presencia es funcional.
Estas plantas son vulnerables a muchas de las mismas enfermedades y plagas que las vides, pueden ser utilizadas por los viticultores para monitorear si hay algún signo de enfermedad o plaga en el viñedo.
Esto permite a los viticultores tomar medidas preventivas antes de que la enfermedad o plaga se propague a las vides. Es decir, los rosales actúan como alertas, de forma que haya margen suficiente para reaccionar y aplicar los tratamientos adecuados a la viña antes de que la ataquen.
Las vides son muy sensibles a distintos ataques de hongos que provocan enfermedades en la vid. Uno de estos hongos es el oídio, también conocido como “ceniza”. El oídio es una enfermedad difícil de erradicar y controlar, por lo que es fundamental detectar pronto su presencia.
Al atacar a las plantas, deja unas manchas en las hojas de la vid, cubiertas de un polvo blanquecino similar a la ceniza. Esto puede ocasionar grandes daños a las plantas, afectando tanto a la calidad como a la calidad de la uva.
Aquí es donde la función de los rosales en el viñedo cobra sentido, ya que éste mismo hongo tiene predilección por las rosas, y sus síntomas son visibles antes en los rosales que en las vides. De esta manera, nos damos cuenta de su presencia y podemos aplicar el tratamiento tempranamente a la vid
El origen de los rosales en el viñedo
Esta práctica, hoy extendida sobre todo para hacer vinos Rioja de calidad, se remonta al siglo XIX. En aquel entonces, un hongo procedente de Inglaterra atacó despiadadamente las cepas de varias zonas vinícolas de Europa. Hubo unos monjes de la zona francesa de Borgoña que, habiendo plantado rosales en sus viñedos, se percataron de que éstos se contagiaban antes. Los rosales actuaban como detectores y alarmantes en caso de hongo, por lo que así pudieron frenar la plaga y combatirla antes de que arrasase con su cultivo de vides.