El inminente cambio climático afecta a todas las cosechas, en el caso de Francia, sus fórmulas en la elaboración de vinos. La rápida maduración de ciertas cepas obliga a los enólogos a usar la imaginación.
El sur de Francia es famoso por sus viñedos y vinos excepcionales. Esta región vitivinícola se encuentra frente a un desafío sin precedentes debido al cambio climático.
Las uvas de Corbières, una región vinícola en el sur de Francia, están madurando más rápido de lo habitual debido al calentamiento global, lo que resulta en vinos con niveles de alcohol más elevados.
Cuáles son las estrategias vitivinícolas para contrarrestar el cambio climático
Este cambio ha llevado a los viticultores a replantear sus estrategias y a buscar cepas más resistentes a las altas temperaturas, incluyendo variedades españolas y portuguesas.
Claude Vialade, propietario de un terreno de 1.500 hectáreas, se enfrentó a este desafío en 2009 al decidir crear un viñedo resistente al cambio climático. Optó por utilizar cepas portuguesas y españolas, como el alvarinho y el verdejo, que son más adecuadas para las altas temperaturas. Estas cepas, que en el pasado no maduraban completamente en el sur de Francia, ahora prosperan en este nuevo entorno.
Este cambio permitió a Vialade tener un mayor control sobre la tasa de alcohol y la acidez de sus vinos en las diez hectáreas de Château Cicéron, su viñedo. Sin embargo, la transición no fue fácil. Requirió arrancar los viñedos existentes, realizar análisis del suelo y entrar en un protocolo de experimentación europeo. Finalmente, diez años después, los viñedos estuvieron lo suficientemente maduros para producir vinos.
Vendimias más tempranas como consecuencia
El desafío del cambio climático se ha traducido en vendimias más tempranas, a veces incluso en julio. En respuesta, algunos viticultores han optado por mezclar uvas para equilibrar sus vinos, ya que, aunque las uvas puedan tener niveles de azúcar elevados, las semillas aún no han madurado por completo, lo que podría afectar negativamente el sabor del vino.
La región de Corbières ha experimentado un aumento de dos grados en el nivel de alcohol de sus vinos en las últimas dos décadas, lo que representa un desafío significativo para los productores de vino locales. Algunos viticultores, como Antoine Robert de la cooperativa Castlermaure, han recurrido a cepas como la cariñena, originaria de España y conocida por su capacidad para madurar más tarde. Aunque esta cepa fue reemplazada en el pasado, ahora se está volviendo a plantar debido a su capacidad para producir vinos de calidad en un entorno cambiante.
El cambio climático ha alterado drásticamente el paisaje vinícola del sur de Francia y ha llevado a los viticultores a adaptarse y buscar soluciones innovadoras para mantener la calidad de sus vinos en un mundo en constante cambio.