Esta receta tiene un origen norteamericano y supo posicionarse gracias a Hollywood. Todo sobre uno de los cócteles más pedidos en el mundo.
El cóctel favorito del cine tiene nombre y se llama Martini. Seco, dulce, batido, agitado; como sea que esté preparado, esta joya de la coctelería supo dominar las barras del mundo y se convirtió en uno de los más populares.
Tal es así que la revista Drink International, tras una abarcativa encuesta entre consumidores y bares de los principales mercados del mundo, definió al Martini Seco como el tercero entre los más vendidos del año pasado en el mundo. De hecho, supo ser el primero mucho tiempo, hasta que lo destronó el Negroni.
Recientemente el mundo celebró el Día del Martini y como homenaje podemos hacer un repaso de su nacimiento, evolución y métodos de elaboración actual.
Origen
Aunque no es oficial, se cree que su nacimiento se dió en la ciudad de Martínez, California, Estados Unidos; y que fue inventada durante la fiebre del oro que vivían los trabajadores mineros en esa época, promediando el 1800.
La leyenda dice que un minero que trabajaba en la zona descubrió oro y ante la inmensa felicidad que le provocó el hallazgo que lo haría rico, fue a un bar a celebrar. Pidió espumante pero no había. El cantinero se disculpó y, rehusado a negarle el festejo, le ofreció un cóctel que esté a la altura.
Lo preparó con lo que estuvo al alcance: ginebra, vermut, amargo, licor y una rodaja de limón. A ese trago le llamaron “The Martinez Special”. El minero quedó enloquecido con el sabor y buscó replicarlo en otros bares pero, por supuesto, era completamente desconocido.
Así fue como él mismo fue propagando la receta creada ante sus ojos, con distorsiones, y se fue popularizando hasta quedar conformada en cuanto a ingredientes y proporciones. Finalmente en 1880 fue incluida en el Manual del Bartender, que es la primera bibliografía en la que se menciona.
El favorito de Hollywood
No es una novedad que el Martini sea considerado el más famoso del cine, por su estrecha relación con una de las sagas más importantes de la historia cinematográfica, como la de James Bond. El agente 007, más allá del actor que lo encarne, tiene una preferencia hacia ese destilado y también especificaciones sobre su metodología de elaboración.
La primera aparición cinematográfica del cóctel fue en la película Goldfinger, protagonizada por Sean Connery, el responsable de otorgar la máxima más famosa de la mixología: “mezclado, no agitado”. Aún hoy es materia de debate aunque muchos bartender prefieren oponerse a Bond.
Otro debate es el que surge a partir del destilado cabecera. A pesar de que la receta ha sufrido variaciones, la original es con una media parte de ginebra y otra media parte de vermut, mezclado (o agitado) con una aceituna. Hay quienes aseguran que esa media parte de vermut en realidad debe ser un cuarto vermú dulce y otro de seco.
Hoy en día se utiliza más el vodka o hasta se combina, como lo prefiere Bond, según lo describió Ian Fleming, el propio autor de los libros que sirvieron como inspiración de la saga. En Casino Royale (primer libro) Bond lo pide con tres medidas de Gordon Gin, una de vodka y media de Kina Lillet. Eso si, debe enfriarse con hielo y luego decorar con limón.
Hoy se aceptan distintas combinaciones con el objetivo principal de modificar la estética de un cóctel que ya de por sí es imponente -y hasta supo apropiarse de un estilo de copa-. En función del color se modifican los ingredientes (el tipo de vermut o el topping, por ejemplo). Así es como existe un Martini que utiliza vermut rosso y en vez de incluir una aceituna incluye una cereza al marrasquino.