27 de julio de 2025 - 00:00

    Roberto Castro: "Nos animamos al vermut porque el vino necesita nuevas salidas"

    Roberto Castro y Juan Carlos Bianchino impulsan una nueva fábrica de vermut en el Este mendocino, con recetas propias y producción artesanal.

    En Santa Rosa, Mendoza, se inauguró recientemente una nueva fábrica de vermut que apuesta a la producción artesanal y a la innovación en destilados regionales. El proyecto es impulsado por Roberto Castro, enólogo con amplia experiencia, junto a Juan Carlos Bianchino, propietario de Santa Rosa Wine Club – Finca Biondi.

    Juntos trabajan para consolidar un espacio donde se elaboran vermuts con identidad local y destilados a partir de orujos y frutas típicas de la zona. Esta fábrica explora nuevas variedades con botánicos y uvas mendocinas, buscando diferenciarse en el mercado nacional. Con una mirada puesta en la tradición y la modernidad, la iniciativa se convierte en un nuevo referente para el desarrollo vitivinícola y la producción de destilados en Santa Rosa.

    La elaboración artesanal y el uso de botánicos locales como sello distintivo

    La fábrica de vermut en Santa Rosa apuesta a una producción artesanal con su línea Galigniana se distingue por utilizar botánicos regionales, lo que le otorga un perfil único y profundamente vinculado al territorio mendocino. El cuidado en la selección de ingredientes y la búsqueda de identidad local son pilares para este emprendimiento.

    Vermut
    La receta del vermut Torino se basa en una versión tradicional adaptada al paladar local.

    La receta del vermut Torino se basa en una versión tradicional adaptada al paladar local.

    Roberto Castro diseñó personalmente la mezcla de botánicos para lograr esa singularidad. “La base artesanal está hecho con botánico de diseño propio, tiene Patricia Aconcagua y Malbec, en el caso del Torino es el más oscuro, y el Orange es Patricia Aconcagua puro, y tiene algunas hierbas mendocinas”.

    Esta elaboración aporta sabor y también integra la cultura local en cada botella, fortaleciendo un producto que busca diferenciarse en el competitivo mercado nacional del vermut. “El Torino es el tradicional, el vermut que conocemos todos, con la variable que te digo yo de la receta, que es una receta propia”, explica Castro, quien además resalta el cuidado en el proceso para garantizar la calidad artesanal.

    Innovación constante para diversificar el perfil de vermuts

    El desarrollo de las distintas variedades del vermut fue fruto de un trabajo de ensayo y error, donde la experimentación fue fundamental para lograr el equilibrio deseado en cada producto. La innovación convive con el respeto por la tradición, generando una propuesta atractiva para distintos públicos.

    “Yo tengo bastante experiencia en vermut, le quise dar una impronta muy mendocina, pues bueno, a mí me habrá llevado 15 días sacar, poner. Hay botánico básico que es el que nos pide el código alimentario, pero tratando de jugar con dos variables”.

    La creación del vermut Orange surgió casi por casualidad, agregando hibisco (una rosa china) a la base blanca, lo que resultó en una versión más amable y con una orientación más femenina, que amplía la gama y el público del producto.

    “El Orange, si bien la base es Patricia Aconcagua, yo buscaba el blanco, de la receta del Torino me sobró un botánico que es el hibiscus, y se lo agregué, quedó con naranja. A veces los errores te llevan a un producto distinto, y bueno, lo dejé ahí, me gustó bastante. Es un vermouth más orientado a la mujer, es lo que yo estaba buscando, algo más femenino, más amable”.

    El proceso productivo: maceración y base vínica

    La base para el vermut es un vino neutro que se combina con alcohol para alcanzar la graduación adecuada y macerar los botánicos durante un período mínimo de 30 días. Este proceso es importante para transformar el vino base en un vermut con personalidad propia.

    Juan Carlos Bianchino
    Juan Carlos Bianchino, impulsor y propietario de Finca Biondi, apostando por la innovación en el Este mendocino.

    Juan Carlos Bianchino, impulsor y propietario de Finca Biondi, apostando por la innovación en el Este mendocino.

    “El tema del vino hoy en el mundo está teniendo problemas, la comercialización, se ha caído muchísimo el consumo del vino a nivel internacional. Siempre lo vi como una variable distinta, para sacar del contexto del consumo como vino, este tipo de productos”.

    Durante la maceración, el producto se va transformando de manera profunda, ganando las notas aromáticas propias de los botánicos y dejando de ser un vino simple para convertirse en un vermut con valor agregado.

    “A los 30 días dejó de ser vino, vino medio místico quizás, porque se pierde, el botánico se lo gana, se gana la variedad, entonces son dos productos totalmente distintos, en ese lapso se transforma en vermú”.

    Finalmente, se ajusta el color y la presentación, con variantes según la tipología (blanco, rosso o torino), utilizando caramelos y clarificaciones, siempre respetando la ley vigente.

    Proyección comercial y consolidación en el mercado local y nacional

    La fábrica cuenta con una capacidad inicial para producir 35.000 litros y proyecta expandirse hasta 100.000 litros, apuntando a consolidar su presencia en mercados claves como Mendoza y Buenos Aires. La comercialización está pensada para llegar tanto a consumidores tradicionales como a nuevos públicos, especialmente jóvenes.

    “Mi socio tiene una distribuidora en Buenos Aires, se llevó para hacer un workshop allá. En Argentina, y ya hace un año largo que se ven muchas vermuterias, hay una onda bastante interesante con el tema vermú. Lo que nos motiva a seguir con el proyecto”.

    La bebida se posiciona como una alternativa atractiva, “muy amable” y fácil de beber, apta para tomarse sola o en mezclas con jugos o gaseosas, ampliando su versatilidad y atractivo. Además, se destaca la participación activa de la fábrica en eventos y presentaciones locales para difundir el producto y generar interés en la comunidad.

    Inauguración
    El equipo detrás de la nueva fábrica de vermut en Santa Rosa, una propuesta que combina identidad local y proyección nacional.

    El equipo detrás de la nueva fábrica de vermut en Santa Rosa, una propuesta que combina identidad local y proyección nacional.

    Desafíos de la producción y compromiso con el desarrollo local

    La creación de esta fábrica representó un sueño hecho realidad para Roberto Castro y su socio Juan Carlos Bianchino, quienes lograron materializar un proyecto con un fuerte componente técnico y social. Los desafíos fueron asumidos con planificación y experiencia, sin mayores inconvenientes.

    Era un sueño que yo tenía, y bueno, se dio que no encontramos dos locos que estábamos soñando lo mismo. Dificultades, gracias a Dios, no encontramos, ya tenía bien claro el proyecto, cómo hacerlo, y cómo llevarlo a cabo”.

    El proyecto contempla además la generación de puestos de trabajo y la formación técnica de jóvenes, estableciendo convenios con institutos y colegios para pasantías y capacitación, aportando así al desarrollo profesional de la región.

    “El futuro, en lo personal, lo veo muy interesante. En la zona tenemos una gran oportunidad para capacitar gente. Yo formo parte de una mesa coordinadora del Instituto Superior de Tecnología, que tiene un anexo acá, y también trabajamos con los colegios técnicos de la región. La idea es generar pasantías con los chicos, para que adquieran una formación distinta, más allá de la enología tradicional”.

    La visión a mediano plazo incluye ampliar la planta, incorporar nuevas líneas de productos y adaptar la oferta a las tendencias del mercado, siempre manteniendo la identidad regional y la calidad artesanal como valores fundamentales.

    LAS MAS LEIDAS