Todos tienen como objetivo prevenir y proteger el viñedo de posibles plagas y enfermedades.
Existen seis métodos para garantizar la eficacia, minimizando daños, dentro del marco de posibilidades para cuidar los viñedos. En todos los casos, fueron creados con el objetivo de proteger, preventivamente, contra enfermedades y parásitos que atacan la vid.
Sabido es que, como cualquier planta, la vid, debe protegerse de potenciales plagas y enfermedades. Estos métodos que se describirán a continuación garantizan el crecimiento de nuestra planta de manera sana y esto dará como resultado una uva sana y de calidad, tanto para producir vino como para consumir directamente.
¿Qué sistema usar?
Estos seis sistemas dan cuenta de cómo la ciencia salvó al vino y cada uno de los productores vitivinícolas deberán determinar qué sistemas usar en función de las necesidades o la prevención, y para ello existen diferentes métodos efectivos a la vez que respetuosos con el entorno.
- Método mecánico-físico
Dentro de este tipo de metodología nos encontramos con los diferentes sistemas mecánicos para luchar contra las malas hierbas el uso de redes preventivas, sistemas acústicos u ópticos disuasorios para defenderse de las aves frente a las apetitosas uvas maduras o el uso de mallas para evitar posibles daños producidos por animales terrestres (jabalíes, conejos, roedores...). Ninguno de ellos representa una amenaza para el ecosistema.
- Tecnocultivo
El principal objetivo de este tipo de sistema es el fortalecimiento de la vid. Iniciándose con la elección del tipo de vid adecuado en función de su localización, pasando por una correcta fertilización para fortalecer la resistencia natural y tratamientos de la hoja en tiempo, hasta la manipulación micro climática evitando que la viña sea un lugar atractivo para patógenos o parásitos no deseados.
- Métodos biológicos
La base de estos sistemas de protección es la de contraatacar a los organismos nocivos mediante el uso de organismos no dañinos que eliminen los primeros. Es frecuente el uso de ácaros, arañas, catarinas y avispas para ayudar a controlar la populación de insectos dañinos. En cuanto al uso de preparados, actualmente son dos los que legalmente se pueden utilizar. Un primer preparado de Bacillus Thuringiensis orientado a la oruga de la vid, y un segundo son los preparados con hongos que tengan patologías propias de los insectos. Todo ello, y actuando en consecuencia, eliminará posibles plagas no deseadas, a la vez que mantendrá los insectos benignos para la vid como ácaros depredadores, que serán los que eviten el uso de futuros compuestos al sanear el viñedo.
- Métodos biotécnicos
En esta ocasión los métodos usados aprovechan las reacciones naturales de los parásitos a ciertos estímulos de origen químico o físico. El uso de tablas cromáticas, de plantas ornamentales o la difusión de aromas, que mantendrán alejados o bien capturarán aquellos insectos dañinos de la vid. Uno de los más utilizados son las trampas de feromonas, a las cuales los insectos acudirán en la creencia de encontrar a un insecto del sexo opuesto.
- Método de confusión
Mediante el uso de feromonas creadas artificialmente la finalidad es la de confundir a los machos de la especie a tratar. Al crearse una atmósfera cargada de feromonas sobre el viñedo este, el macho, se ve incapaz de localizar la fuente, y de esta manera no logra localizar y fecundar a las hembras evitando la propagación. El método de dispensadores ha de usarse antes del primer vuelo de la primera generación, siendo el menos contamínate de los sistemas, además de ser inocuo al resto de insectos beneficiosos para el viñedo.
- Método químico
De todos ellos es el método más agresivo, aunque el futuro va encaminado a reducir los niveles que se consideran nocivos para erradicar los parásitos más agresivos, siempre y cuando estos excedan de un límite seriamente perjudicial. El uso de insecticidas, acaricidas, herbicidas o fungicidas son utilizados de forma preventiva. Por otro lado, las prácticas de sostenibilidad y preservación del medio ambiente en el viñedo hacen que la tendencia se vaya reduciendo en su aplicación. Será el viticultor quién tenga la última palabra, pero mirando a un futuro no muy lejano en la prevención de plagas, el uso de sistemas Biológicos y Biotécnicos son las opciones más recomendables. Partir de un viñedo sano por prevención evitará el uso de estos métodos nocivos, lo que alargará la vida y calidad de este.