Las ventas de vino de las bodegas al canal comercial, acumulan una baja en volumen del 4,65% en el primer semestre del año, mientras que las ventas de vinos en igual período en hipermercados, supermercados y autoservicios suben 5,8%.
Según un informe reciente del Observatorio Vitivinícola Argentino, el mercado vitivinícola en la primera mitad de 2024 presenta un escenario contradictorio para el vino argentino. Mientras los despachos de bodegas hacia el canal comercial registran una caída, las ventas directas al consumidor en el mismo período muestran un crecimiento, lo que se explica no necesariamente por un aumento del consumo, sino más bien por una necesaria reducción de stock que activaron supemercados e hipermercados a partir de importantes promociones.
Este análisis, elaborado por la unidad ejecutora de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) y administrado por la Bolsa de Comercio de Mendoza, se basa en datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la consultora Scentia y Trademap.
Los despachos, que se refieren a las salidas de vino de las bodegas hacia el canal comercial, experimentaron una disminución en volumen del 4,65% durante el primer semestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior. Específicamente, el vino embotellado bajó un 4%, el vino en tetra un 2%, la damajuana un 33%, y el bag in box un 50%.
A pesar de esta caída en los despachos, las ventas de vino en el Canal Moderno (hipermercados, supermercados y autoservicios) aumentaron un 5,8% en el mismo período, impulsadas principalmente por un crecimiento del 9% en las ventas de vino embotellado. No obstante, las ventas de vino en caja de cartón o tetra registraron una baja del 1%, y los espumantes cayeron un 7%.
El Canal Moderno representa aproximadamente el 40% de la comercialización total de vinos en Argentina, excluyendo el Canal Tradicional (almacenes, quioscos, vinotecas) y el segmento HORECA (hoteles, restaurantes, bares y cafeterías).
La caída en los despachos de vino, junto con el aumento en las ventas al consumidor, sugiere un proceso de reducción de stocks. Los comercios están vendiendo sus existencias de vino sin solicitar nuevas provisiones a las bodegas, en un contexto de disminución generalizada del consumo masivo.
El futuro de la demanda de vino a las bodegas dependerá de la evolución del consumo en los próximos meses y de los niveles de stock en el Canal Moderno.
