Es, sin dudas, un enfoque creativo para el distanciamiento social. Un boxer de 11 años, llamado Soda, es cadete de vinos.
Para Stone House Urban Winery, en Hagerstown (Maryland, Washington), coronavirus significa oportunidad. Oportunidad y cambio para adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores.
La bodega estadounidense, que fue fundada el año pasado, ha tenido que cerrar su sala de degustación (como ocurrió con todas las bodegas de Argentina, también) por lo que dejó de recibir enoturismo. Sin embargo, lo ha sabido compensar con un peculiar método de entrega que se ha hecho muy popular entre los habituales consumidores.
Stone House usa a un perro para ofrecer las entregas a domicilio directamente desde la bodega (bien claro está que las mascotas no pueden ser transmisores del virus, por lo que se conoce hasta el momento).
Según relata el medio local Herald Mail, fue la copropietaria de la bodega, Lori Yata, a quien se le ocurrió la idea de esta entrega alternativa, libre de coronavirus.
En una publicación de Facebook, la bodega dijo que el negocio "se había mantenido estable" desde la incorporación de Soda, así se llama el boxer de 11 años, y que en parte gracias a su popularidad, las ventas por primera vez habían aumentado.
Soda está equipado con una alforja con espacio para dos botellas y entrega los vinos directamente a domicilio.
En publicaciones posteriores, la bodega escribió que Soda "se está volviendo bastante buena" en su nuevo trabajo.
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