Esta cepa y sus diferentes tipos es una de las más producidas en el país europeo, con cuatro denominaciones de origen que protegen los vinos. La llegada a Argentina y los vinos para probarla en la actualidad.
Con la llegada de los inmigrantes italianos, la incipiente vitivinicultura Argentina fue enriquecida con distintas cepas y formas de vinificar que traían los nacidos en ese país europeo, reconocido por su tradición en la industria. Por supuesto, también llegaron muchos trabajadores, no solo apellidos ilustres.
Entre las uvas que se introdujeron durante las misiones selénicas podemos encontrar una de mucho prestigio en Italia, que supo tener su lugar en nuestro país pero poco a poco fue quedando en el olvido. Estamos hablando de la uva Lambrusco, en sus distintas modalidades.
Sobre esta uva hay un vasto material bibliográfico, teniendo en cuenta que hay registros arqueológicos que prueban la existencia de vinos con esta uva en la época anterior al Imperio Romano.
En Italia se consideró siempre como una de las uvas más importantes y al día de hoy se producen distintos tipos de vinos, desde dulces hasta secos, ya sean blancos, rosados o tintos. Hay cuatro Denominaciones de Origen Controladas: Lambrusco Salamino de Santa Croce, Lambrusco Grasparossa de Castelvetro, Lambrusco de Sorbara y Lambrusco de Módena.
La uva se exportó y otros países comenzaron a sembrarla, pero ninguno como Argentina, que se convirtió en el segundo mayor productor. Hoy hay cerca de 58 hectáreas de esta uva entre la variedad Maestri y Grasparossa.
Las personas más adultas recuerdan el sabor de los vinos con esta cepa y su relativa importancia en el mercado local. Su predominio se fue apagando cuando retomaron el interés por las uvas francesas, en especial el Malbec (tenía su prestigio, decreció y volvió a crecer).
Los vinos actuales de Lambrusco son vistos como una innovación o, al menos, la recuperación de una tradición. A días de haberse celebrado el día mundial de esta uva, te presentamos dos etiquetas para descubrirla.
Testarudo Lambrusco Grasparossa: Este vino utiliza las uvas lambrusco grasparossa de la bodega Pumalek en Finca Carmina. Es artesanal, elaborado con fruta madura y levaduras naturales. Tiene un color rojo violáceo, es frutado y redondo en boca. Entre los sabores que se identifican se destaca la frutilla y algunas especias con aromas fuertes. En la boca se perciben los taninos de manera ligera y fresca.
Bosco Lambrusco Maestri: Esta etiqueta de la bodega Don Bosco se produce con uvas del este de Maipú. Su color rojo es muy intenso, una característica del varietal. En nariz se perciben algunas especias, pimienta, eucalipto y menta. Es un vino amable en la boca con taninos dulces pero intensos.
