Los perfumes florales existen en el mundo del vino aunque no sean tan comunes. Cómo reconocerlos.
Los vinos presentan una rica diversidad de aromas que van más allá de las notas frutales tradicionales, explorando un mundo delicado y menos común pero igualmente fascinante: los aromas florales. En la paleta aromática vinícola, las flores desempeñan un papel distintivo y enriquecedor.
Estos aromas pueden ser primarios, inherentes a la variedad de uva, o secundarios, resultantes de las técnicas de cultivo y elaboración. Aquí te adentraremos en este universo de fragancias florales que aportan profundidad y complejidad a los vinos.
Aromas Florales en Variedades Blancas
Las variedades blancas suelen ser ricas en aromas florales, especialmente aquellas conocidas como “terpénicas” debido a su contenido de terpenos, moléculas aromáticas fragantes. Estos terpenos pueden evocar notas florales que van desde rosas hasta azahar, pasando por nardos y otras flores. Ejemplos de variedades blancas con perfiles florales destacados incluyen el Torrontés y la Moscatel, que ofrecen notas de muscat, azahar y rosas de manera prominente. Estos terpenos son solo una pequeña parte de la gran variedad de terpenos existentes en la naturaleza, con aproximadamente 30,000 terpenos diferentes identificados.
Aromas Florales en Variedades Tintas
Aunque los aromas florales son menos comunes en los vinos tintos, ciertas variedades también presentan estas características. Un ejemplo interesante es el Malbec, que puede revelar aromas florales que recuerdan a las violetas. La presencia de estos aromas en el Malbec depende de factores como la ubicación y el clima de cultivo.
En regiones cálidas, estos aromas pueden desaparecer rápidamente, mientras que en zonas más frescas, se conservan. Por lo tanto, es posible encontrar vinos Malbec de la Patagonia y de regiones de gran altitud en Mendoza que destacan por sus notas de violetas. Otras variedades tintas que pueden ofrecer perfiles florales incluyen el Tempranillo y el Pinot Noir, aunque en menor medida.
Aromas de Flores Secas
Además de las notas florales primarias y secundarias, hay un tercer grupo de aromas florales que emergen en los vinos con el tiempo o en niveles óptimos de madurez. Estos son los aromas de flores secas, que a menudo se asemejan a popurrí o las flores de Bach. Estos matices se combinan con otros aromas, como cuero y frutas deshidratadas, para crear el característico bouquet de los vinos añejados.
La Importancia de los Aromas Florales
Los aromas florales añaden profundidad y diversidad a la complejidad aromática del vino. En los vinos blancos, en particular, ofrecen una expresividad encantadora, como se evidencia en el caso del Torrontés, un blanco que cautiva con sus notas florales.
Por otro lado, en el mundo de los tintos, en los últimos años, las flores han vuelto a cobrar protagonismo. A medida que la búsqueda de la madurez ha evolucionado desde la sobre-madurez, las notas florales han regresado a la escena. Como resultado, una buena cantidad de Malbec en el mercado exhiben notas vívidas de violetas, agregando un matiz distintivo a su perfil aromático.
Los aromas florales en el vino son un componente esencial que aporta diversidad y sofisticación a las características olfativas de las distintas variedades. Ya sea a través de la elegancia del Torrontés o la nota distintiva de violetas en el Malbec, estas fragancias florales elevan la experiencia del vino a través de su riqueza y complejidad.