Después de que se abre la botella, el vino tiene una vida de apenas días. Consejos para estirar al máximo el tiempo de conservación.
Seguramente a todos les sucedió: abrieron un vino y por diferentes motivos no lograron terminar la botella. Sea cual sea la razón, desperdiciar el resto del contenido no es una opción.
Sin embargo, la conservación de un vino después de abierto se vuelve toda una hazaña, ya que el líquido pasa a entrar en contacto con su principal enemigo: el oxígeno. La oxigenación del vino genera que las características que lo distinguen comiencen a desaparecer. Hasta que se echa a perder.
Un vino, después de abierto, dura apenas entre 3 y 5 días, hasta que comienza su curva descendente. El tiempo de vida depende también del tipo de vino y varietal que dejamos a medias. Los espumosos, por ejemplo, tienen una vida mucho más corta.
Para evitar lo indeseable, se pueden acudir a una serie de consejos que ralentizan el proceso de oxigenación extendiendo la cantidad de días para almacenarlo. Veamos algunos.
El primer consejo apela a la responsabilidad. Es importante que uno beba en las circunstancias en las que realmente merece la pena y no exclusivamente para no desperdiciarlo. Poner el ojo en el consumo responsable es la premisa.
Dicho esto, la primera recomendación para la preservación del vino es la que quizás todos consideran más obvia, pero merece la pena resaltarla. Se debe tapar la botella y sellarla lo más eficazmente posible. Poner el corcho nuevamente o la tapa a rosca. Así evitaremos el ingreso de oxígeno.
Luego, es importante que sea guardada de manera vertical y en la heladera. El frío retrasa el proceso químico de oxigenación. Además, el hecho de que esté en posición vertical genera que el líquido entre en contacto lo menos posible con el oxígeno.
Otro consejo válido en este sentido es trasvasar el contenido sobrante en un recipiente hermético más pequeño, a fin de que contemos con el menor aire posible dentro del recipiente.
Herramientas
Si bien estos consejos son válidos para tratar de estirar al máximo el tiempo de vida de la botella, también existen herramientas más o menos sofisticadas que se pueden comprar para usar en el hogar y estirar el tiempo de un vino abierto.
Uno de esos ejemplos es una máquina que retira el aire de la botella mediante succión. Se trata de una bomba que sella el vino “al vacío”. Este procedimiento permite que el vino dure de entre una a dos semanas.
La otra opción es necesaria para aquellos vinos donde la bomba de vacío no funciona: los tapones de espumosos. Sucede que la bomba no está adaptada a los vinos con burbujas, por lo que quedaría desvanecida. Para eso la solución está en las tapas de espumosos que facilitan la preservación de las burbujas.
Ambas herramientas se consiguen con facilidad en importantes empresas de e-commerce o en tiendas especializadas.
Con todos estos consejos, las botellas recién abiertas tardarán más tiempo en desperdiciarse y dejarán un margen más amplio para volver a tentarse y terminar lo que se empezó.