Federico Isgró estará a cargo del proyecto que el futbolista y la influencer tienen en Mendoza. En una charla con Los Andes adelantó qué varietal será, el estilo y la proyección que tiene.
La noticia de que Lautaro Martínez y Agustina Gandolfo tendrán su propio vino causó un verdadero revuelo entre los fanáticos del fútbol y los amantes de la bebida nacional. Pese a la expectativa que se ha generado, el flamante campeón de la Copa América con la Selección Argentina y la influencer poco han ido revelando a través de las redes sociales, por lo que lo único que se sabe es que ellos ya lo han probado y proviene de aquí de Mendoza, más precisamente de la zona de Las Compuertas, Luján de Cuyo.
Eso hasta ahora, porque Los Andes habló con Federico Isgró, el enólogo que está detrás del proyecto. Aunque ese apellido sonó últimamente mucho para los argentinos por el rugbier mendocino que ganó la medalla de bronce con Los Pumas, poco tiene que ver con el deporte. Incluso, curiosamente confesó que no es muy fanático del fútbol.
Así será el vino de Lautaro Martínez
Con una gran influencia italiana en su estilo, Isgró repasó toda su carrera y contó en una charla todo los detalles del vino que elaborará junto a la pareja. Además, anticipó que se trata de un proyecto muy serio, con vistas de desarrollo que comenzó con la compra del delantero del Inter de Milán y la mendocina de un viñedo antiguo que está pronto a cumplir 100 años en la primera zona vitivinícola de la provincia.
- ¿Cómo fueron tus comienzos en la enología?
- Me recibí de Ingeniero Agrónomo en el año 2000 y comencé a trabajar específicamente en viticultura, específicamente en viveros. Con eso me tocó viajar mucho y quedé vinculado a Italia. Cuando decidí cambiar a la enología me fui a vivir allá.
Estuve cinco años viviendo en Véneto, trabajando en la provincia de Verona. Fue una experiencia muy linda, donde empecé desde cero. Allá no tenés demasiadas diferencias entre lo que es un operario y un técnico, eso me llevó a relacionarme mucho con el tema del vino y me encantó.
Allí hice una maestría en vitivinicultura en la Universidad de Siena y mientras seguía trabajando en la bodega. En ese tiempo aproveché a hacer vendimia en contra estación en Chile.
- ¿En qué momento decidiste volver a Argentina?
- En el 2008 fue mi primer trabajo con la enología en una bodega en Maipú que arrancamos de cero y con el despacho de vinos a Estados Unidos. Entiendo a la enología como un todo. No es solo terroir y todo lo que sí implica y eso que se dice, como de manual. También involucra donde está situado, por la parte económica y financiera. Por eso también me ligué a los puestos de gerente de operaciones o gerente general de algunas bodegas.
Después, para seguir aprendiendo, decidí aceptar una propuesta de ir a la Patagonia que estaba ligada con la italianidad y se planteaba como un desafío muy lindo, pero no fue una buena experiencia.
Al año regresé y comencé a trabajar con Karim Mussi. Fue una experiencia que duró desde 2013 hasta finales de 2020. Fue una experiencia hermosa donde me pude hacer cargo de los vinos que más me gustan a mí, el Pinot Noir, el blanco o el rosé.
En el medio, en el año 2018 lanzamos con Santiago Bernasconi la primera cosecha de Bira, nuestro proyecto de vida, donde decidimos hacer vinos muy italianos. Todas las líneas tienen un componente de Sangiovese y es un estilo con el que nos está yendo muy bien porque llena un espacio en el mercado que no tenía muchas ofertas.
Cuando comenzó a crecer decidí dejar mis otros trabajos y me dedico 100% a esto y a asesoramientos.
- Resaltás que te gusta el estilo italiano, ¿qué lugar tienen esos vinos hoy en Argentina?
- Es algo que estamos descubriendo. Siempre pensamos el proyecto como algo que nosotros queríamos y algo que Santi y yo vimos en nuestros viajes por el mundo que son los vinos que la gente consume.
Los vinos pesados, muy alcohólicos, con mucho potencial tánico no son vinos que acompañan las comidas. No son feos, pero terminan compitiendo con las comidas y se hacen poco maridables. Nuestra búsqueda es una elegancia extrema y que se pueda tomar una botella entre dos y seguir trabajando.
Con los vinos hemos tenido muy buenas repercusiones en la crítica y en las exportaciones está muy bien. Un poco la pregunta que nos hacían era la misma que haces vos. Pero lo importante es que nosotros no estamos copiando un estilo italiano, sino que son interpretaciones de vinos italianos que nos gustan, pero con un fuerte componente argentino. El sangiovese que usamos proviene de una viña de 49 años, algo que en Italia es difícil de encontrar. Después está el know how de cómo trabajarlo y lograr las mejores combinaciones.
Todos los secretos del vino de Lautaro Martínez y Agustina Gandolfo
Federico Isgró reveló que el varietal elegido por los padres de Nina es el Malbec. Será un vino de alta gama que proviene de un viñedo plantado en 1929 y que aún hay muchos detalles por definir en el proyecto.
- ¿Cómo nace tu relación con Lautaro Martínez y Agustina Gandolfo?
- Se dio bastante casual el tema. En una salida con amigos estaba Andrés Gandolfo, el papá de Agustina, y empezamos a charlar y se dio una buena relación. Ellos justo acababan de comprar la finca y estaban en la selección de enólogo y empezamos a conversar.
Realmente, yo no soy mucho del fútbol. Pero me encontré con gente muy buena, muy humilde y de laburo. Me gustó mucho la propuesta y el desafío de trabajar con viñedos antiguos.
- ¿Cómo va a ser el vino?
- Viene de un viñedo de ellos ubicado en Las Compuertas, en una finca muy linda. Estamos armando el proyecto enológico y todavía hay cosas que las estamos definiendo. Hicimos una micro prueba en el 2020 y ya en 2021 es una producción bastante más interesante en cantidad. Estamos con el desarrollo de marca y todo lo demás que lleva su tiempo.
Es un Malbec y apuntamos a un vino de alta gama. Te diría que es un reserva original al estilo europeo con, por lo menos, 12 o 18 meses de paso por barrica, con una parte sin contacto con la madera. Son vinos de crianza y consecuentes con una uva que tiene un bajísimo nivel de producción y una muy alta calidad. La mano del enólogo acompaña de lo que hay en el viñedo.
Con este vino busco un estilo bien clásico del Malbec de Luján de Cuyo. Creo que hay que respetar muchísimo la fruta, trabajar bien el viñedo y encontrar el punto justo para cosechar. Hay que respetar lo que expresa este varietal en la zona, que es tipicidad pura.