Los restaurant en bodega, los más requeridos: qué comer y a donde ir

Los restaurant en bodega, los más requeridos: qué comer y a donde ir
El restaurante de Rosell Boher Lodge, en Agrelo.

La pandemia nos ha llevado a ser turistas de nuestra propia provincia. Aquí presentamos algunas alternativas para disfrutar de la perfecta combinación de vinos, comida y deslumbrantes paisajes.

Una copa de vino sobre la mesa acompañado en perfecta armonía por un plato elaborado con los más frescos ingredientes nacidos en suelo mendocino. La Cordillera de los Andes con algunos vestigios de blanco que el calor primaveral aún no se ha cobrado. Un poco más cerca, las hileras de vides relucientes en un vivo verde pigmentado por las primeras hojas. Tranquilamente esta podría ser la descripción de una obra de arte, pero no. Es real y esa es la postal con la que los mendocinos semana a semana se encuentran al disfrutar de la variada oferta que ofrecen las bodegas de la provincia en sus espacios gastronómicos.

Es que, entre tantas otras cosas, la pandemia de coronavirus nos ha convertido en turistas de nuestra propia Mendoza y no son pocos los que en los últimos meses se han animado, quizás por primera vez, a visitar el lugar de origen de la bebida que tan buena fama nos ha dado en el mundo.

Pero las bondades del suelo mendocino no se limitan a los buenos vinos. En las bodegas también se ofrecen los maridajes perfectos con preparaciones que buscan resaltar la identidad de la región. Como en el caso de A16, donde el chef Marcelo Saltalamacchia le deja su sello con el horno de barro e ingredientes de su propia huerta.

En la bodega lujanina las propuestas son dos: una pensada para jóvenes con una impronta más distendida con un foodtruck y DJ en vivo, y la otra más tradicional con un clásico menú de pasos. En ambas, el chef de la bodega destaca la variedad de opciones con alternativas veganas, vegetarianas y para celíacos. Todos acompañados por las etiquetas de A16.

Los viernes y sábado, las mesas al aire libre se llenan de un público juvenil que puede disfrutar de la música en un ambiente muy relajado, mientras disfruta de vinos a la carta y de sándwiches, empanadas y ensaladas, donde las empanadas de carne cortada a cuchillo y sándwich de ojo de bife son las estrellas de la cocina. Mientras que el Cabernet Sauvignon de la línea Civit, el Sauvignon blanc o el rosé de la línea Punto Ar Soleil, son los que mejor acompañan.

Para los domingos al mediodía, los visitantes de A16 podrán elegir por un menú de tres pasos más un appetizer que presenta cuatro variedades con ingredientes bien mendocinos, en donde cada uno de los pasos se acompaña con un vino diferente, Tanto en la entrada, el plato principal y el postre Saltalamacchia propone tres opciones bien distintas que quedan a elección de los comensales. Aquí el maridaje se da en la entrada con un vino rosado. El plato principal se sirve con un Punto Ar Nuit, un vino de cosecha nocturna edición limitada o cabernet sauvignon de la línea Civit y los postres con un rosado dulce.

Con un gasto promedio de $700 a $1.000 por personas para el foodtruck y de $1.650 los domingos, el día más requerido es el sábado y se sugiere dos semanas de anticipación para la reserva.

En sus amplios jardines con una privilegiada vista de la montaña mendocina, Otaviano propone dos tipos de menú y una variedad de actividades para que sus visitantes disfruten al máximo.

Sábados y domingos pone a disposición en sus instalaciones sobre la ruta 7 dos alternativas: Bodega a la carta, un menú de pasos que incluye un copa de vino, con una bienvenida, entrada, plato principal y postre que tienen tres opciones para elegir en cada uno de ellos; y Menú jardín: que consta de un sándwich de bondiola o una opción vegetariana, también acompañado por una copa de vino. El costo de los menúes es de $1.800 para Bodega a la carta y $1.200 para Menú Jardín.

La oferta gastronómica de las bodegas mendocinas no se limita a almuerzos y cenas. Santa Julia ofrece a través de su restaurante Casa del Visitante Tardes de Té y Picnic en los jardines.

En la primera de las opciones, el precio por persona es de $700 e incluye una amplia variedad de preparaciones dulces y algunas saladas. Por supuesto acompañadas de infusiones, jugos naturales y una copa de Santa Julia Chenin dulce.

El menú del Picnic en los jardines cuenta con opciones bien mendocinas como tomates en conserva aliñados, berenjenas en escabeche, duraznos caseros con crema y mucho más, acompañado por un vino Santa Julia Reserva. Todo por $1.400. También con una opción para niños por $600.

Trapiche pica en punta con su restaurant y ahora abre también un bar de vinos

“El pedacito de tierra que hace únicos a nuestros vinos también se traslada a nuestros productos en la cocina”. Esta frase pertenece a Lucas Bustos, el distinguido chef de Espacio Trapiche. Luego de algunos meses en los que la pandemia los obligó a reinventarse y a postergar proyectos, hoy los fuegos del restaurante arden al máximo para deleitar a los mendocinos con preparaciones que buscan en cada bocado resaltar el sabor de Mendoza.

La bodega maipucina y Bustos ofrecen un menú de tres pasos con algunas cortesías del chef, lo que definen como excusa para que los mendocinos puedan descubrir nuevas opciones y probar algún vino que está fuera del mercado.

“La invitación del cocinero es para que la gente pruebe algo distinto. Tenemos un cremoso de quinua, con limones quemados, hojas de la huerta y terminado con queso de cabra que cuando la gente lo prueba le encanta, pero si lo ponemos en la carta no lo pedirán en su mayoría”, dijo el especialista. Esta preparación fue pensada para acompañar a un Chardonnay.

Es que para lograr el maridaje perfecto, para Bustos “el vino está primero”, es por eso que cada una de sus preparaciones se adaptan a las etiquetas del enólogo Daniel Pi. La idea del equipo gastronómico de Espacio Trapiche es “jugar con la comida buscando las sensaciones que encontramos en el vino”. “Reproducir los vinos en la comida es algo que nos divierte”, agregó.

“Entendemos la cocina como la misma expresión de terruño que tiene el vino”, sostuvo Lucas. Y como puede haber algunas inspiraciones de otros países en los vinos, lo mismo pasa en la comida. Pero lo que prevalece es la identidad bien autóctona. “La cocina es mendocina y toda con productos mendocinos, pero no es solamente empanadas”, recalcó.

Estación 83: el nuevo bar de vinos de Trapiche

El sábado abrió sus puertas una de las nuevas propuestas de la bodega maipucina que se habían postergado por la pandemia del coronavirus. Se trata de Estación 83, el wine bar Trapiche.

Según contó Lucas Bustos, se trata de un bar de vinos pensado para el público mendocino acompañado por “la versión de comida callejera de Espacio Trapiche”. El lugar tuvo su preapertura en el mes de febrero, con la intención de abrir sus puertas el 26 de marzo. Por la pandemia todo se postergó hasta octubre.

Esta nueva alternativa está pensada para comer al aire libre, en un jardín abierto y frente al lago en la parte de atrás de la bodega. Está ubicado a metros del antiguo edificio de la bodega, a metros de la línea del ferrocarril y en vagones que fueron restaurados el año pasado con el fin de este proyecto.

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