Desde el próximo lunes 2 y hasta el 8 de agosto, el país celebra a esta variedad. Cómo cambiaron sus niveles en la última década y su gran salto en el mercado externo.
Del 2 al 8 de agosto, el país celebra la Semana del Bonarda. Es que un día no es suficiente para honrar a este varietal que podríamos decir que es un patrimonio casi exclusivo de Argentina en el mundo vitivinícola. Como anticipo a eventos especiales como la degustación guiada de la variedad que organiza Guarda14, hacemos un repaso por las cifras que ha dejado la última década.
Pese a que el origen del bonarda es la Savona francesa, donde se la conoce como Corbeau, allí la producción es casi nula. También es posible encontrar algunas hectáreas en California, donde se la llama Charbono, pero, sin dudas, su lugar es Argentina. Aquí es el segundo varietal más plantado, solo detrás del Malbec.
De acuerdo al informe elaborado por el Observatorio Vitivinícola Argentino, desde 2011 a 2020, la superficie cultivada con bonarda solo cayó un 0,4%. Sin embargo, las 18.153 hectáreas actuales significan un 8,5% del total cultivado del país, es decir, un 0,2% más de lo que representaban las 18.225 de comienzos de la década.
Por supuesto, Mendoza es la provincia con mayor cantidad de hectáreas de bonarda plantadas, con el 83,5% del total del país. Pero el varietal también está presente en otras nueve provincias, incluida Buenos Aires, donde encontramos una hectárea.
En cuanto a los rendimientos de la cosecha, en la última década experimentó una caída del 21% en los quintales por hectárea, mientras que la cantidad de quintales en 2020 llegó a 2.123.369, es decir, un 21,3% menos que en 2011. Aún así, esta cifra representó un 10,3% del total de los varietales, lo que es un punto porcentual más que a comienzos de la década.
El precio de la uva bonarda por kilo en 2011 era de $1,90, un 13% menos que los $2,17 que se pagaba en el promedio general. Pero en estos diez años la brecha se ha incrementado, pasando a tener una diferencia del 43%, ya que en 2020 se pagó $7,58 por cada kilo de bonarda, mientras que en promedio general se pagó $13,27 el kilo de uva. Así mismo, en la comparativa interanual, su precio creció un 24% respecto a 2019, consiguiendo el mejor precio promedio en el Valle de Uco, con $8,18 por kilo.
Pasando al litro de vino, la situación es similar, aunque la distancia entre los precios. En 2011 el litro de bonarda se paga $3,08, un 9% menos que el promedio de $3,37. En tanto, en el 2020 el precio fue $15,74, un 25% menos que los $20,89 generales. En la comparativa interanual, el precio creció un 33% y el mejor precio promedio fue el de la Zona Alta del río Mendoza con $19,21.
En el mercado interno se vendieron 19.039.700 litros de bonarda, lo que representa una caída del 41% con la cantidad que se vendía en 2011. Esto se tradujo en una reducción en la participación total, pasando del 3% al 2%. Pero la caída mayor se ha dado en los varietales, donde pasó a ser el 8% del total, cuando antes acaparaba el 17% de la producción. El envase más elegido para vender bonarda es la botella, con el 85%, seguida de la damajuana (8%) y completando con el bag in box (7%).
Un gran ganador en el mercado externo
El espacio donde más ha ganado terreno el bonarda ha sido el mercado externo. A pesar de que la evolución del valor FOB marca una caída del 2% respecto a los valores de 2011, en la comparativa interanual se creció un 27% respecto a 2019, llegando a los 8.981.361 dólares. Así mismo, la cantidad de litros exportados creció en la década 37%, lo que marca que las bodegas argentinas han vendido más, aunque más barato, ya que el precio cayó un 29%, marcando 1,6 dólares por litro en 2020.
El mercado externo, el país que mayor valor FOB por el bonarda aporta es Irlanda, con el 31,86% de las exportaciones. En segundo lugar se ubica el Reino Unido (14,52%), seguido de Estados Unidos (9,18%), Brasil (9%), Canadá (5,85%), Paraguay (4,31%), Alemania (3,13%), Colombia (2,97%) y Uruguay (2,74%). En tanto, el país donde más litros se vende es Canadá (19,93%), aunque también es donde menos se paga por litro, apenas 47 centavos de dólar. En el polo opuesto se encuentran los uruguayos, quienes pagan 5,35 dólares por cada litro, pero son los que menos litros exportan (0,82%).