El fuego ha alcanzado más de ocho mil hectáreas en Var, en la Provenza francesa, una zona que se destaca por sus vinos rosados.
Un verano seco y fuertes vientos han sido un combo letal para la Costa Azul de Francia. Desde hace una semana, un incendio forestal en la región de Var, en Provenza ha sumado un golpe a los viticultores locales con la pérdida de bodegas, equipos y viñedos a pocos días de comenzar la cosecha 2021.
“Ha sido un año horrible para los viticultores franceses. Hemos tenido heladas, granizo y ahora incendios forestales”, comentó Eric Pastorino, presidente del grupo comercial regional Conseil Interprofessionnel des Vins de Provence (CIVP), a Wine Spectator.
Si bien bomberos han logrado contener parcialmente las llamas, el fuego sigue ardiendo algunas áreas y no se ha podido cuantificar con precisión los daños, ya que solo algunos pocos productores han podido volver. Los cálculos preliminares de las autoridades indican que se han quemado más de 8.000 hectáreas que incluyen viñedos, bodegas y parte del pueblo y otras 7.000 de bosque protegido en la Reserva Natural Plaine des Maures. Además, las llamas han dejado dos víctimas fatales.
Sin cálculo de los daños
El impacto del incendio en la denominación Côtes de Provence, famosa por sus vinos rosados, estiman que será limitado. Brice Aymard, directora de CIVP, dijo a la publicación estadounidense que quizás el 5% de la denominación se había visto afectada. Sin embargo, el daño en la zona del fuego ha sido muy grande.
Mientras algunas uvas han sido afectadas por el calor del fuego, otras se presentan bien y parecen que podrían ser cosechadas, sin embargo, existe la preocupación por la contaminación por humo que pueden haber sufrido.
Así mismo, algunas propiedades han perdido todo. “Se quemaron sus sótanos, se quemó su casa, se quemó su equipo, todo. Estimamos que una docena de propiedades sufrieron daños graves. Las que se encuentran en la reserva natural se vieron particularmente afectadas”, describió Pastorino.
Una historia repetida
Algunos de los viñedos lindan con el bosque de la reserva natural Plaine des Maures, de la cual está se ha perdido el 50%. Hace dos décadas, otro incendio forestal también había afectado a los viticultores, por lo que había presionado por la creación de cortafuegos para mitigar los daños.
Sin embargo, grupos ecologistas se opusieron, por lo que las consecuencias volvieron a repetirse. “Realmente nos gustaría tener cortafuegos. Es un sistema antiguo que ha demostrado que funciona”, consideró Pastorino. “Funciona bien. No detiene el fuego, pero lo ralentiza”, añadió.
Según la investigación de las autoridades, las llamas comenzaron el 16 de agosto por una colilla de cigarrillo mal apagada en la zona de descanso de la ruta cerca de la reserva.