Vino tirado desde la botella y con una tarjeta: cómo es el sistema que viralizó Jimena Barón

Vino tirado desde la botella y con una tarjeta: cómo es el sistema que viralizó Jimena Barón
Luego de pasar la tarjeta, el vino comienza a salir directamente de la botella a la copa por medio del dispencer. - Instagram

Se trata de una forma de consumir la bebida nacional por copa, tal como lo sirve un restaurante de Buenos Aires. ¿Conviene más que una botella? Los precios.

Jimena Barón revolucionó las redes mostrando la novedosa forma en la que tomaba vino. No se trata de una botella, un decanter, una damajuana, un bag in box, una lata, ni ninguno de los envases que ahora se nos vengan a la mente. “La Cobra” se mostró tomando vino tirado, pero no de la manera tradicional que conocemos, con tanques de acero inoxidable y canillas, sino que es un sistema que lo sirve directamente desde las botellas y se activa con una tarjeta.

Maravillada con el método, la también actriz lo compartió con sus seguidores de Instagram a través de sus stories. Allí se la podía ver en Comité, un restaurante donde “el vino es la estrella” que se ubica en el barrio porteño de San Isidro.

Según contó a Los Andes Horacio, uno de los propietarios de este sitio de Buenos Aires pensado para los amantes del vino, este sistema permite probar varias etiquetas para acompañar la comida, sin necesidad de pedir una botella cerrada de cada una de ellas, aunque también se brinda esa opción, con 250 vinos de todo el país a disposición en la bodega del lugar.

El pintoresco lugar se destaca por contar con diez dispensers en los que se exhiben ocho vinos diferentes en cada uno, con opciones de blancos, tintos, rosados y más. “Toman vino en botella o por copa, pero los comensales salen tomando vinos de aquí”, bromeó Horacio.

¿Cómo funciona?

A diferencia del vino tirado que muchas veces hemos visto, donde el líquido proviene de un barril y se sirve en la copa desde la canilla, aquí la bebida viene directamente de la botella que previamente ha sido descorchada.

El mecanismo es muy sencillo. Como lo explicó el dueño de Comité, los mozos del lugar entregan a los comensales que opten por esta alternativa una tarjeta con un saldo de $2.000. Luego, ellos se acercan a las máquinas con su copa y la tarjeta y eligen el vino que van a tomar. Tras pasar la tarjeta, el siguiente paso es elegir la cantidad de líquido que van a servir, puede ser medida de degustación, media copa o la copa completa.

Cada vino tiene su valor estipulado y varía según lo que se hayan servido. Así, al final de la comida, el cliente solo paga el acumulado de lo que haya consumido, lo que puede ser menos o más de los $2.000 iniciales.

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