Mientras que la cantidad de viñedos, hectáreas plantadas y bodegas han disminuido en la provincia de Mendoza, han mostrado un crecimiento en otros territorios del país. Un repaso por los que más han aumentado su producción.
En sus largos años de historia, la vitivinicultura argentina ha estado en constante cambio y evolución. Históricamente hay un dato que se ha mantenido: la producción ha estado dividida entre Mendoza y San Juan. Aunque eso aún hoy se mantiene, con alrededor del 90% de los cultivos entre estas dos provincias, es posible observar cómo en las últimas dos décadas nuevas regiones han ido aumentando la cantidad de viñedos y hectáreas plantadas, en contraste con la disminución de lo que sucede aquí y en la vecina provincia.
A nivel nacional, según el Informe Anual de Superficie del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la superficie de vid en Argentina registrada al 31 de diciembre de 2019 alcanzó las 215.169 hectáreas. Esto se traduce en una disminución de 3.064 hectáreas respecto a 2018, no obstante, la superficie actual es un 7% mayor que la registrada en el año 2000, cuando había 201.113 hectáreas.
A pesar de que la superficie total de vid es mayor que al inicio del milenio, la cantidad de viñedos es menor. Actualmente hay un total de 23.668 inscriptos en todo el país, 263 viñedos menos que en 2018 y 1.512 menos que en el año 2000. En tanto que las propiedades son cada vez más grandes. El tamaño medio del viñedo en el año 1990 era de 5,8 ha, en el año 2000 de 8,0 ha y en el año 2019 de 9,1 ha.
Este crecimiento que se ha dado en los últimos 20 años en el país, ha traído aparejada la consideración de nuevas regiones vitivinícolas que han reconfigurado el mapa nacional. Entre las ya conocidas con su historia en el país y las nuevas que ha incorporado el INV a partir de la zona geográfica y modelo productivo predominante, se identifican 10 regiones vitivinícolas: cinco pertenecientes a Mendoza (Zona Este, Valle de Uco, Zona Sur, Zona Centro y Zona Norte), San Juan, La Rioja, Catamarca, Norte Argentino (Salta, Tucumán y Jujuy), Patagonia (Neuquén, Río Negro, Chubut y La Pampa), Otras regiones (Córdoba, Buenos Aires, San Luis, Entre Ríos, Misiones, Santiago del Estero, Santa Fe).
Las regiones que más han crecido
De las 18 provincias que cuentan con al menos un viñedo plantado, según el informe del INV, 16 de ellas han mostrado un crecimiento en los últimos años. Las únicas excepciones son Mendoza y San Juan.
La región que más incremento ha mostrado en la última década en cuanto a hectáreas plantadas es el Noreste (Salta, Tucumán y Jujuy). Tiene cultivadas 3.495 ha, lo cual representa el 1,6% del total de la superficie nacional. Pero el dato más importante es que se ha acrecentado su superficie plantada en un 32% en los últimos 10 años (854 ha), de las cuales 731 han sido de Malbec. Del total de la zona, Salta representa el 95%. En tanto que el 83% de la superficie de vid se concentra en tres variedades: Malbec (41,9%), Torrontés Riojano (26,8%) y Cabernet Sauvignon (13,8 %).
En segundo lugar, se encuentra La Rioja, la tercera región en importancia, que representa el 3,6% de los cultivos del país con una superficie cultivada de 7.680 ha para 2019. En este caso se da lo que mencionamos anteriormente: aunque hay 614 ha más que en el año 2010, nos encontramos con 38 viñedos menos. El departamento Chilecito concentra el 79% de la superficie y el 43% de los viñedos de la provincia. La variedad más cultivada es Torrontés Riojano, con 2.054 ha representa el 26,8% del total.
Por su parte, Catamarca cuenta con una superficie de 2.805 hectáreas cultivadas, representando el 1,3% del país. En los últimos 10 años la superficie se ha incrementado en 265 ha, es decir 10,5% más que en 2010.
En la Patagonia (Río Negro, Neuquén, Chubut y La Pampa), hay 3.742 hectáreas cultivadas, es decir, el 1,7% del país. Si bien ha aumentado en 122 ha la superficie en la zona, se distinguen la provincia de Río Negro que disminuyó 110 ha y Neuquén que aumentó en la misma cantidad. Estas dos provincias concentran el 90% del total de superficie de la zona, pero sus realidades son muy distintas.
Aunque en cantidad de hectáreas aún está lejos de las provincias más importantes, el crecimiento de Buenos Aires ha sido el más radical. En 2019 alcanzó las 149 hectáreas (0,07% del país). Teniendo en cuenta que la actividad vitícola es muy reciente en esa provincia, el aumento desde 2010, cuando había 54 hectáreas, es de más del 170%. La localidad de Berisso con 23 viñedos, concentra el 46% de todos y el 13% de la superficie. Mientras que General Pueyrredón y Villarino con sus 4 viñedos concentran el 51% de la superficie de la provincia. La variedad más cultivada es Isabella.
Justamente en General Pueyrredón fue que una bodega mendocina encontró un nuevo terroir para sus vinos. Trapiche comenzó los estudios de suelo en Chapadmalal en el 2009 y para el año siguiente plantó 22 hectáreas e instaló una bodega con una capacidad de 120.000 litros. Este año, han plantado una nueva estancia de 5 hectáreas que se encuentra a 1.000 metros del mar, la cual estrenará sus cosechas en esta temporada.
Sergio Casé, enólogo responsable de esta línea llamada Costa & Pampa, explicó que los suelos de la Costa Atlántica son totalmente diferentes a los que estamos acostumbrados en Mendoza. “Son loéssicos, es decir que el viento del mar ha dejado su influencia formando distintas capas a través del tiempo. Difieren también en el sistema de riego, ya que allí es natural y los 700 a 1.000 milímetros anuales hacen que no sea necesario regar”, dijo.
Casé sumó otros dos factores diferenciales de estos viñedos: “También juega su papel la incidencia del viento y la temperatura. En nuestra propiedad decidimos plantar sobre pequeñas lomadas que tienen un perfil de entre 50 cm a 1 metro de tierra fértil seguida por una capa tosca que sirve para mantener el vigor de la planta bajo control”, comentó el enólogo.
A la hora de degustar los vinos, el responsable de Costa & Pampa consideró que si los comparamos con los de Mendoza son más livianos y ácidos. Tienen menos graduación alcohólica y a nivel aromático es diferente. En boca no son pesados y tienden a tener un dejo de sal, atribuido a la influencia de la bruma marina, que no se ha encontrado en la provincia.
En cuanto a la producción de estos vinos, en la cosecha 2020 doblaron el stock histórico con 150.000 botellas. “Ya las plantas están más arraigadas y mejor adaptadas, sobre todo al viento, lo que nos ha permitido un mejor rendimiento”, comentó Casé.
Valle de Uco
La excepción a la regla
Mendoza ha experimentado en las últimas dos décadas una disminución en su superficie cultivada en casi todas sus regiones, salvo en Valle de Uco. Hoy, esta región integrada por Tunuyán, Tupungato y San Carlos cuenta con 28.651 hectáreas (13,3% del país), esto es 4.505 más que en el año 2010. La variedad más cultivada es Malbec, con sus 15.306 ha concentra el 53% de la superficie y el 34,5% del total de Malbec del país.
Este varietal es también la variedad que más ha aumentado superficie en los últimos 10 años (+5.121 ha), seguida por Cabernet Franc (+356 ha) y Pinot Negro (+139 ha).
Lo mismo se da si hablamos en el sector industrial, el Valle de Uco fue la única región que incrementó la cantidad de bodegas inscritas, pasando de 73 en 2010 a 101 en 2020.