Con lo que para otras industrias era basura, un grupo de empresarios lo transformó en un proyecto boutique. Además, repasamos algunos de los establecimientos más impactantes del mundo.
“Nada se destruye, solo se transforma”. Así lo dice el principio de la conservación de la masa, y si bien su origen es la química, bien puede aplicarse a otros ámbitos, en este caso, arquitectura y la vitivinicultura. Es que lo que eran desechos para otras industrias, como la logística o la petrolera, MAAL Wines lo transformó en su casa: una bodega hecha casi por completo de materiales reciclados ubicada en Las Compuertas, Luján de Cuyo.
El proyecto iniciado por Matías Fraga y Alfredo Merlo, quien también es el enólogo, comenzó en el año 2010 centrado 100% en Malbec, pero no fue hasta la compra de 20 contenedores que comenzaron la construcción de la bodega para la que rescataron más de 300.000 kilogramos de materiales descartados por otras industrias. Por ejemplo, el techo fue rescatado de una antigua bodega, las columnas las hicieron de cañerías y varillas de perforación petrolífera y el resto son sobrantes de chapas, maderas y hierros que han adaptado a cada rincón.
“No es algo que se nos ocurrió, sino que lo hacemos hace mucho. Siempre me gustó el desafío de transformar lo que la gente ve como basura en algo. Y Alfredo tiene una visión muy sustentable. Queríamos hacer una bodega que no sea solo un edificio, sino que tenga un mensaje, y nos gustaba la historia que contaban los reciclados”, explicó Matías Fraga a Los Andes. “Es lindo el desafío de sembrar una semilla para que los demás se animen a reciclar”, agregó.
Quien le dio forma a todas sus ideas y le ayudó a “jugar rasti” con los materiales que tenían fue Eugenia Mora, del Estudio Mora-Hughes, y quien puso manos a la obra fue el constructor Gabriel Monteverdi. Es que los contenedores, además de funcionar como las paredes de la estructura, albergan oficinas, un laboratorio y hasta una sala de degustación.
La bodega está en constante evolución y movimiento, siempre adaptando los nuevos espacios al material que tienen disponible. En este sentido, la intención es construir en el corto plazo un bar que se construirá sobre uno de los contenedores que todavía no tienen en uso para lograr un vista imponente de los viñedos y la cordillera de los Andes. Además, ya está en construcción su propia destilería de gin y vermut, los cuales hasta ahora elaboran de manera tercerizada en Valle de Uco.
¿Es más barato construir con chatarra?
Aunque puede llegar a existir la idea de que hacer un proyecto de esta manera es más económico para las empresas, la experiencia en MAAL marca que los costos son prácticamente los mismos. “Construir de esta manera no es más barato, porque requiere muchísimas horas de mano de obra. En materiales se ahorra mucho, pero tenemos que invertir mucho más para darle la forma que nosotros necesitamos. Incluso, a veces se nos frena la obra porque falta material porque tiene que ser reciclado”, argumentó Fraga.
“Empezamos la bodega con seis barricas de vino en 2010, pero la construcción la iniciamos con muy poca plata porque los contenedores los conseguimos por un amigo que nos dio facilidad de pago o las columnas de tubbing de perforación nos las cambiaron por cajas de vino. Y muchas de las cosas que pasaron en la bodega se dieron así, gente que se acercó porque nos vio motivados con el proyecto y nos dieron una mano”, destacó el empresario que concentra casi toda su actividad en el rubro gastronómico.
Actualmente, de sus fincas ubicadas en Las Compuertas, Vista Flores, Los Chacayes, Campo los Andes y El Zampal producen 150 mil litros anuales de distintos estilos de Malbec con ventas en casi todo el país y exportación en casi diez mercados. “Queríamos hacer una sola cosa lo mejor posible. Tratamos de explorar todo lo que se puede hacer con Malbec”, sostuvo Fraga.
Las bodegas de arquitectura más original del mundo
En una industria tan competitiva como la del vino, lograr tener un rasgo diferencial al resto de las bodegas es una de las claves para triunfar. Así, la originalidad en la arquitectura puede ser uno de los motivos para destacar entre tanto y lograr atraer a los clientes. A lo largo y ancho de las regiones vitivinícolas es posible encontrar edificios de los más llamativos y en esta oportunidad repasamos algunos.
Antinori - Italia
Considerada la mejor bodega del mundo en los World’s Best Vineyards y recientemente consagrada como la marca de vinos más admirada del planeta, Marchesi Antinori está ubicada en Bargino, San Casciano in Val di Pesa, Florencia, Italia.
La espectacularidad de esta bodega radica en que la construcción está hecha casi en su totalidad bajo tierra, integrada por completo a las colinas donde está situada, sin prácticamente alterar el paisaje. Incluso, su techo está cubierto por viñedos y algunas aberturas.
Marqués de Riscal - España
Este edificio ubicado en Elciego, en la Rioja Alavesa, fue construido por el prestigioso arquitecto Frank Gehry, diseñador del Museo Guggenheim Bilbao. La singularidad de esta bodega la ha llevado a convertirse en uno de los grandes íconos de la era moderna. Si bien se trata de una de las instituciones más antiguas de la vitivinicultura en España, en 1998 creó la Ciudad del Vino que tiene como objetivo dar a conocer el vino, su historia, cultura y filosofía.
El edificio es una composición de prismas rectilíneos que flotan sobre el suelo gracias a tres supercolumnas que soportan toda la construcción. Eso, todo envuelto de cascadas de titanio (canopies) coloreado.
Château Cheval Blanc - Francia
Uno de los referentes del vino francés, se emplaza en Saint Emilion, en la región Burdeos, y su vino es uno de los únicos que recibe el más alto rango, Premier Grand Cru Classé (A) en la clasificación del vino de Saint Emilion de 1955. La bodega se combina con el paisaje histórico, patrimonio de la humanidad, y fue ideada por Christian de Portzamparc, ganador del Premio Pritzker.
Para hacerla se inspiró en las cubas de fermentación de concreto utilizadas por el enólogo y creó una estructura cubierta con un techo de hormigón blanco que desde la distancia, su forma de onda aparece como una escultura curvilínea en lo alto de las viñas aledañas.
Lapostolle Clos Apalta - Chile
Ubicada en el fértil Valle de Colchagua en Chile, Lapostolle Clos Apalta fue construída en la primera parte del siglo XXI por Alexandra Marnier Lapostolle, descendiente de la familia Grand Marnier, una familia muy ligada al mundo del vino francés, y su marido, Cyril de Bournet. El estudio de arquitectos Amercanda fue el encargado de darle forma al edificio compuesto de madera, vidrio y acero de seis niveles que se asemeja a un nido de pájaro posado en la ladera de una montaña.