Se trata de un proyecto que destina el total de su recaudación a promover becas inclusivas para que niños aprendan jugando.
Una nueva marca de vino fue presentada en Mendoza, pero a diferencia de los proyectos a los que estamos habituados, se trata de una propuesta colaborativa que tiene un fin solidario relacionado con la educación. Luciérnaga, una marca con propósito destina todo lo recaudado a becas inclusivas para que niños aprendan jugando.
“La colaboración es lo único que nos puede sacar adelante en este difícil momento de nuestra historia. En la era digital, de las marcas con propósito, de las luchas por la sustentabilidad y de tantas disrupciones tecnológicas y sociales, comunidades unidas por una causa justa no tendrán límites en el futuro. Este proyecto está en línea con lo que desde hace tiempo sostenemos: a través de la colaboración llegaremos a lugares más prósperos que si nos enfocamos solamente en competir”, expresó Gonzalo Yáñez, co-fundador de MoonDesk e impulsor del proyecto.
Invitando a más empresas a sumarse al proyecto o a imitarlo, Yáñez agregó: “Creemos que buena parte de nuestros problemas se deben a que competimos demasiado. Si bien la competencia es esencial, la colaboración debería situarse por encima de todo”.
Cómo funciona Luciérnaga y qué vino es
Con la compra de cada caja de seis unidades de este Cabernet Sauvignon 2018 de Luján de Cuyo, se aporta una beca para una institución que participe en “la educación del futuro”. Esto se da a través de un proyecto innovador llamado Vajú, mediante el cual los niños aprenden valores a través del juego.
“Es una manera original y divertida de motivarlos a que aprendan y que conecten con otras personas”, dijo Gianina della Gaspera, fundadora de Vajú, con más de 10 años de experiencia en docencia y especializada educación a través del juego (ABJ).
Los educadores de Vajú han armado esta propuesta con base en la neurociencia, proponiendo a los niños explorar el mundo mediante el juego y su vinculación con los demás. Es inclusivo y vence las fronteras económicas y culturales permitiendo a todos participar, conforme lo explican la web de Luciérnaga.