El creador de la bomba atómica, popularizado por el estreno de la película de Nolan, bebía algo muy clásico y con altos contenidos de alcohol.
J. Robert Oppenheimer, nacido el 22 de abril de 1904 en Nueva York, es conocido como el padre de la bomba atómica. Desde temprana edad, destacó como un físico de renombre internacional y fue contratado por el gobierno de Estados Unidos para liderar el proyecto destinado a crear una bomba atómica capaz de contrarrestar la amenaza de la Alemania nazi.
Sin embargo, su carrera se vio marcada por la controversia al tener que enfrentar las implicaciones éticas y morales de la primera explosión nuclear del mundo. Actualmente, su nombre ha vuelto a resonar por el estreno de la película que se basa en su vida y está protagonizada por Cillian Murphy. La dirección del film es de Christopher Nolan y está basada en la biografía de Kai Bird y Martin J. Sherwin con la que ganaron el premio Pulitzer.
¿Cuál era el cóctel preferido de Oppenheimer?
El físico responsable de la creación de la bomba atómica tenía una peculiar preferencia por el Martini durante la era del Proyecto Manhattan. En sus reuniones en casa, servía su versión característica propia de este cóctel: cuatro onzas de ginebra con una pizca de vermut en un vaso frío, cuyo borde estaba sumergido en una mezcla de miel y jugo de lima, según el Laboratorio Nacional de Los Álamos, institución que ayudó a fundar.
Al igual que el famoso James Bond, Oppenheimer prefería su Martini agitado, no revuelto. Los autores de “American Prometheus”, el libro que inspiró la película sobre Oppenheimer, señalaron que el científico realizaba una “ceremonia elaborada” al agitar sus cócteles y a menudo brindaba “por la confusión de nuestros enemigos”.
La receta preferida del físico puede parecer sorprendente para los bebedores de martinis contemporáneos. Con cuatro onzas de ginebra, su versión tenía una cantidad considerablemente mayor de alcohol en comparación con las versiones más comunes de este trago, que suelen requerir tres onzas o menos de alcohol en total. Además, con solo una pizca de vermut, que equivale a un cuarto de onza, la proporción de ginebra a vermut en el martini de Oppenheimer era de 16 a 1. Esto contrasta con las proporciones más estándar de 3 a 1, 4 a 1 o 5 a 1 que eran comunes alrededor de la Segunda Guerra Mundial, según The Oxford Companion to Spirits & Cocktails.
Aunque la diferencia en la cantidad de alcohol podría atribuirse a la escasez de suministros durante aquel tiempo, otra teoría sugiere que Oppenheimer simplemente era un gran amante de la ginebra. Sea cual sea el motivo, su inusual receta de Martini lo convierte en una figura única en la historia de este icónico cóctel.