Con un claro homenaje a la película “Lobo de Wall Street”, el productor lanzó un “trailer” de la BZRP Music Session #57, que se estrenará el próximo 4 de octubre.
El cada vez más famoso productor musical Bizarrap anunció su próximo lanzamiento, la BZRP Music Session #57 que estará disponible el próximo 4 de octubre.
Para esta colaboración “Biza”, se cambió el nombre a “Bizapop” y realizó el anuncio a través de un video promocional que dura poco más de 8 minutos y en donde hace clara alusión a la película “El lobo de Wall Street”, de Martin Scorsese.
El tráiler, emula un pasaje de la película protagonizada por Leonardo Di Caprio y se lo ve a Bizarrap celebrando el logro de alcanzar las 8.500 millones de reproducciones en Spotify.
Como se puede ver en el video a continuación, durante el festejo, el productor musical argentino saca una botella de Champagne Dom Pérignon edición Vintage, y celebra junto a un grupo de oficinistas el logro por la cantidad de reproducciones.
Lo cierto es que dicha botella contiene uno de los champagnes más famosos del mundo. En Argentina, esa edición, puede conseguirse por la exorbitante suma de $242.600. Sin dudas, cuándo uno habla de champagne, la primera marca que se viene a la cabeza es Dom Pérignon a continuación el por qué de su famosa reputación.
Dom Pérignon, una historia marcada por el error
El Champagne, una bebida de lujo icónica en la actualidad, tiene sus raíces en los antiguos monasterios de Francia y una historia inusual. A menudo se atribuye su creación a un monje benedictino llamado Dom Pierre Pérignon, quien, paradójicamente, no tenía la intención de producir vino espumoso.
El objetivo principal de Dom Pérignon era innovar en la producción de vino al intentar crear vino blanco a partir de uvas tintas. El monje dedicó mucho tiempo a perfeccionar esta técnica, evitando el uso de las pieles de las uvas, que son las responsables de dar color al vino. Además, experimentó con la mezcla de vinos de diferentes viñedos de la región para lograr un producto con el mejor sabor posible.
Finalmente, Dom Pérignon logró elaborar un vino blanco excepcional a partir de uvas tintas. Sin embargo, surgió un problema inesperado: en muchas botellas de su vino aparecían burbujas. Para él, esto era un enigma inexplicable, y pasó gran parte de su vida intentando eliminar esas burbujas del vino.
Paradójicamente, los ingleses a quienes los monjes enviaban este vino blanco preferían la versión “defectuosa”. En otras palabras, apreciaban más el vino “burbujeante” de Dom Pérignon que la versión convencional.
La región de Champagne, donde Dom Pérignon trabajaba, era conocida por su clima frío y húmedo. Las uvas se cosechaban muy tarde para permitir su maduración completa. La fermentación se detenía en invierno debido al frío, pero las botellas ya estaban selladas. Cuando las temperaturas volvían a subir, la fermentación se reiniciaba dentro de las botellas.
En esa época, las botellas solían explotar debido a que el gas de esta segunda fermentación quedaba atrapado, y el vidrio de la época era delgado y frágil. Además, se producía una especie de “efecto dominó” en el que la explosión de una botella desencadenaba la explosión de muchas otras. Dom Pérignon se refería a su vino como “vino loco” debido a esta inestabilidad.
Afortunadamente, con el tiempo, se desarrollaron botellas con vidrio más grueso que pudieron contener la presión. Dom Pérignon perfeccionó su proceso y estudió minuciosamente cada detalle. Observando las cualidades del corcho utilizado por los peregrinos para sellar sus cantimploras, se dio cuenta de que este material podría utilizarse para sellar las botellas de vidrio de manera casi hermética y evitar así la fuga de gas.
Dom Pérignon falleció en 1715 después de 47 años como maestro bodeguero. Durante su vida, estableció los principios fundamentales que se siguen utilizando en la producción de Champagne, Cava y la mayoría de los vinos espumosos en todo el mundo: la técnica de la “segunda fermentación”, que implica fermentar el vino una segunda vez en la botella.
A pesar de su contribución fundamental, es importante señalar que Dom Pérignon no fue el inventor original de las burbujas en el vino. Existe un documento en la Royal Society de Londres con fecha de 1662, varios años antes de que Dom Pérignon creara su famoso Champagne, en el que Christopher Wren menciona que se añadía azúcar y melaza al vino para hacerlo espumoso.