Con la llegada de turistas internacionales y después de casi dos años sin presencialidad, el mundo del vino se reunió para conocer qué está pasando con la vitivinicultura argentina.
Más de dos años tuvieron que pasar para que los hacedores y los amantes del vino se puedan volver a encontrar para degustar y conocer qué está pasando con la vitivinicultura argentina. De manera presencial y con casi 300 personas entre enólogos y público en general, en la noche del sábado se realizó la décima edición de Premium Tasting, donde 42 bodegas presentaron algunos de sus mejores vinos acompañados por el maridaje de 21 platos, bajo la conducción de Flavia Rizzuto y Patricio Tapia.
El evento que nació en 2011 en Mendoza como una reunión de bodegas, con no más de 200 personas en una cata a ciegas, con la idea de que la industria en general y parte del público pueda conocer lo que estaba pasando, se convirtió en un infaltable del calendario vitivinícola y un producto de exportación que se replica en sus ediciones de Chile, Lima y San Pablo. “Se volvió una degustación de 42 vinos de la que participan todos enólogos de primera línea de Argentina, no solo Mendoza. Es un evento que está en la agenda, en el inconsciente colectivo de todo amante del vino del país y de la región y en las bodegas, que ninguna quiere perdérselo”, declaró Nico Alemán, organizador de la Premium Tasting. “Y ese crecimiento que ha logrado ha sido totalmente intrínseco, ya que no cuenta con ningún apoyo o auspicio gubernamental, sino que todo está hecho por el esfuerzo de sus organizadores y apoyo privado”, opinó.
“Es muy lindo para nosotros, después de haber estado tan encerrados, que la gente vuelva y poder verlos. Es muy emocionante”, sostuvo Nico Alemán sobre la posibilidad de volver a la presencialidad. “Es una responsabilidad porque empezamos a armar esto en agosto y era muy distinta la realidad que teníamos en ese momento a lo que pasa hoy. Nos tomamos los protocolos muy en serio porque queremos que la gente tenga su espacio y se sienta cómoda. Estamos en todos los detalles y entendemos lo un evento así que esto implica”, agregó.
Por su parte, Flavia Rizzutto, directora de CAVE – Centro Argentino de Vinos y Espirituosas y conductora del evento, destacó: “Es un lujo poder probar los 42 vinos con los productores y que cada uno de ellos hable de su producto, el concepto y de lo que quiso hacer en esa botella. Es una alegría estar en los 10 años de Premium Tasting, porque no hay muchos eventos así en el mundo. Es realmente súper importante”.
En tanto, el crítico chileno reconocido por su guía Descorchados manifestó: “Creo que es una oportunidad única para conocer lo que está pasando con el vino argentino. No es una experiencia solo de Mendoza, sino de todo el país en su conjunto. Todo eso es gracias a las bodegas que participan, los organizadores y el espíritu que hay dando vuelta. Esto que se da aquí no se da en ninguna parte. Es una bonita oportunidad de conocer a Argentina de una manera distinta”.
La puerta al turismo
El evento central de Premium Tasting tuvo lugar en el patio del Park Hyatt Mendoza, en un espacio al aire libre y completamente adecuado a todos los protocolos de pandemia. Además, el día viernes se realizó una serie de seminarios del que participaron 130 personas, en su mayoría público extranjero y visitantes de otras provincias y ciudades como Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Capital Federal, Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán, Bahía Blanca, Neuquén, La Plata y Misiones.
“Con la apertura del turismo ampliamos un poco el cupo y eso permitió que venga gente de otros países, lo que implica el primer evento que mueve turismo internacional. Vinieron de Chile, Uruguay, Colombia, Bolivia y Brasil y lo positivo es que participan de la Premium Tasting y se quedan en la provincia por algunos días, lo que fomenta la actividad y el enoturismo”, destacó Alemán.
Un viaje a través de los sentidos
La gran novedad de esta edición de Premium Tasting fue que los 42 vinos que se sirvieron divididos en siete flights de seis vinos cada uno estuvieron maridados por 21 platos que fueron diseñados específicamente para la ocasión de la mano de Rodrigo Kohn, head sommelier del evento, y Enrique Palacios, el Chef Ejecutivo del Park Hyatt, lo que se presentó como un verdadero viaje sensorial por la geografía nacional.
“Hace mucho que queríamos hacer los maridajes. El hecho de reducir el número de personas por el contexto global y los diez años nos llevó a pensar en volver a subir un poco la vara y crecer en calidad y servicio. No hay mejor manera de comunicar un vino que a través de la gastronomía. Los mejores vinos de Argentina están representados en todo el mundo gracias a que están en los mejores restaurantes. Es una alquimia maravillosa lo que pasa con el vino y la gastronomía”, sostuvo Rodrigo Kohn.
El gran desafío que tuvieron los expertos fue el de lograr interpretar cada vino para encontrar un plato que combine de manera ideal, cada dos copas. “Para llegar a ese maridaje nosotros hicimos una radiografía del vino a partir de cuatro pilares: acidez, amargo, salado y dulce. A partir de eso vamos marcando como en un ecualizador un rango de 1 a 5 y vamos generando un diseño que nos da cómo es ese vino y su pilar principal. De ahí, vemos si el maridaje tiene que equilibrar el vino o enaltecer alguna característica, por contraste o similitud”, describió el sommelier.
Con el desafío de hacer que un mismo plato combine tanto para un blanco como para un tinto o transmitir la identidad de un lugar con maridajes regionales, Kohn y Palacios trabajaron durante meses en distintos aspectos. “Entran en juego los productos y las facetas que tienen, no solo el plato. No es lo mismo que usemos un tomate en fresco que en compota, frito o seco. Ese ecualizador que armamos y la búsqueda del equilibrio no solo va a depender del producto, sino también de las técnicas aplicadas. No es tan taxativo el tema del maridaje y tratamos de salir de los generalismos. Hay mucho trabajo detrás, con muchas pruebas para llegar al resultado final. Hay mucha pasión y respeto por los vinos”, enfatizó.
Otro de los grandes retos de la noche fue el servicio simultáneo de todos los platos y de los vinos elegidos. “Hay mucha gente detrás y somos un equipo. Para poder servir todo bien tenemos el apoyo de la Escuela Argentina de Sommelier. A mí me toca un poco dirigir la orquesta para el servicio del vino”, dijo Kohn.
“Lleva toda una logística. Necesitamos heladeras a temperaturas especiales, tenemos que chequear que las añadas sean las que se presentan, que las botellas estén ordenadas como van en el servicio, el descorche de más de 1.000 botellas para servir a 280 personas a temperatura ideal y en el momento preciso. Y el hecho de que sea una cata a ciegas te dificulta aún más la tarea. Es un lindo desafío”, explicó el experto.
Los mejores de Argentina en un solo lugar
Del evento participaron las principales figuras de la enología del país Mariano Di Paola, Alejandro Sejanovich, Sebastian Zuccardi, los Hermanos Michelini, Andrés Vignoni, Daniel Pi, Germán Di Cesare, Santiago Mayorga, Thibaut Delmotte, Walter Bressia, Juan Pablo Murgia, Martin Kaiser, Diego Ribbert, Héctor Durigutti, Sergio Casé, Matías Riccitelli, Alejandro Pepa, entre otros. Ellos mismos fueron los encargados de contar cómo habían sido elaborados los mejores vinos que se sirvieron en la noche.
Con precios que arrancan en los $1.500, las 42 etiquetas que eligieron son vinos de alta gama, incluso, algunos solo disponibles en el mercado externo. “Son todos vinos muy bien calificados por la crítica especializada internacional, todos por encima de los 93 puntos. Son de primer nivel”, resaltó Nico Alemán.
El primer sexteto de vinos estuvo marcado por la frescura y acidez de los vinos, con un predominio de los blancos y la presencia de un Pinot Noir. Allí se sirvieron Baron B Brut Nature de Bodega Chandon ($2.000), Altaluvia de Doña Paula ($3.700 ), Vivo o Muerto de Buscado Vivo o Muerto ($2.600), Grand Chardonnay de Terrazas de los Andes ($2.550), Lágrima Canela de Bodegas Bressia ($2.500), y Block I Pinot Noir de Otronia ($6.500).
Luego, llegó el turno del Malbec, donde se mostró las diferentes expresiones en San Juan, Mendoza y Salta. Los elegidos fueron Single Vineyard Block N°4 de Pyros Wines ($2.500), Pie de monte Finca Las Jarillas de Durigutti Family Winemaker ($1.500), Eggo Tinto de Tiza de Zorzal Wines ($2.100), L’Esprit de Chacayes de Piedra Negra ($2.500), Appellation Paraje Altamira de Altos las Hormigas ($4.000) y Sunal Salvaje Single Vineyard Luracatao de Agustín Lanús Wines ($2.600).
En tercer orden estuvieron las otras cepas destacadas del país, con Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Syrah / Viognier como protagonistas. Rutini Single Vineyard Cabernet Franc de Rutini Wines ($3.700), Gran Cabernet Sauvignon de Pulenta Estate ($5.000), Iscay Syrah / Viognier de Trapiche ($6.500), Colomé 1831 Cabernet Sauvignon de Bodega Colomé ($5.500), DNA Cabernet Sauvignon de Casarena ($5.200) y Gran Enemigo Single Vineyard Chacayes Cabernet Franc de Enemigo Wines ($4.200), fueron los vinos.
El cuarto flight combinó el potencial de los vinos blancos con el límite de la altura. La selección estuvo integrada por TeHo Semillón de Bodega TeHo ($2.400), Riccitelli Vino de Finca Sauvignon Blanc de Matías Riccitelli Wines ($5.500), Matías Michelini Sólido de Passionate Wine ($9.800), RD de Tacuil ($2.300), Altimus de El Esteco ($5.200), Icono de El Porvenir de Cafayate ($6.500).
En la quinta ronda volvió el turno del Malbec, pero solo de Mendoza. Los referentes fueron Single Vineyard Finca Viña Vida de Cadus Wines ($5.500), Antes Andes Viña Canota de Matervini (USD 50), Alta Vista Single Vineyard Albaneve de Altavista ($5.500), Primeras Viñas Luján de Lagarde ($5.500), Eolo de Trivento ($6.400) y Aluvional Gualtallary de Zuccardi Valle de Uco ($8.990).
Los Blends llegaron en sexto lugar. Finca Los Nobles Field Blend de Luigi Bosca (USD 50), SuperUco Gualta de Super Uco ($9.300), Special Blend de Fin del Mundo ($4.300), Atamisque Assemblage de Atamisque ($2.600), Sophenia Synthesis The Blend de Finca Sophenia ($4.400) y Magma de Corazón del Sol (USD 45), fueron los vinos servidos.
El último espacio estuvo reservado a la elegancia argentina, donde los exponente fueron Malbec Argentino de Catena Zapata (USD 140), Finca Altamira de Achaval Ferrer ($16.000), Caro de Bodegas Caro ($15.650), Viña Cobos Zingaretti Estate de Viña Cobos ($12.500), Cheval des Andes de Cheval des Andes ($14.000) y La Linterna Finca El Tomillo parcela #5 de Bemberg Estate Wines ($10.000).