Un estudio norteamericano determinó que hay una cierta relación entre el riesgo de padecer la enfermedad y la ingesta responsable, en un contexto en dónde se debate la moderación.
La preocupación por una alimentación más sana motivó una serie de estudios y referencias médicas que desalientan cada vez más efusivamente la ingesta de alcohol. De hecho, en el ámbito científico continúan debatiendo sí es válido recomendar un consumo moderado.
En tiempos en los que la moderación está en discusión, documentos científicos lanzados recientemente lograron respaldar la hipótesis de que una dosis justa de bebidas alcohólicas puede relacionarse con ciertos beneficios. Más allá, por supuesto, de que no todas las bebidas son iguales y que algunas conllevan mayores efectos adversos.
En este sentido, recientemente se dio a conocer el resultado de una investigación presentada en la Conferencia de Epidemiología, Prevención, Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica 2022, organizada por la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón).
El reporte se hizo en base a los datos recogidos en más de 312 mil voluntarios bebedores y la conclusión más importante que pudo extraer es que determinada dosis de una bebida alcohólica puede estar relacionada a un menor riesgo de contraer diabetes de tipo 2. La edad media de los participantes fue de unos 56 años, algo más de la mitad eran mujeres.
Además, se determinó que la asociación más beneficiosa para los consumidores de bebidas alcohólicas era la del vino. De hecho, algunos licores y cervezas se relacionan con la diabetes.
Para esto es necesario que la dosis no se exceda de la “moderación”, estrictamente determinada a nivel científico en torno a un máximo de 14 g o 150 ml de vino por día para las mujeres (lo que representa una copa), y hasta 28 g o 300 ml de vino para los hombres (dos copas). Siempre dependiendo de la contextura física.
“Los ensayos clínicos han constatado que el consumo moderado de alcohol puede tener algunos beneficios para la salud, entre ellos, para el metabolismo de la glucosa. En nuestro estudio, tratamos de determinar si la asociación entre la ingesta de alcohol y el riesgo de diabetes de tipo 2 podría diferir según el momento de la ingesta de alcohol con respecto a las comidas”, aseguró Hao Ma, el autor del estudio. Trabaja para el Centro de Investigación de la Obesidad de la Universidad de Tulane, en Estados Unidos.
Este quizás es uno de los puntos más importantes de la investigación. En él se asegura que la ingesta de vino acompañada con comida es el que se asocia con la disminución del riesgo de padecer diabetes.
Según el análisis que se llevó a cabo durante casi 11 años, fueron 8.600 los adultos de la muestra que padecieron diabetes de tipo 2. Aquellos que bebían vino con las comidas tenían un riesgo 14% menor de contraerla, en relación a los que bebían el vino sin maridaje.
El paso posterior de la investigación es determinar qué momento del día en relación a las comidas es en el que más se desarrolla este beneficio. Mientras tanto, las conclusiones aportan una cuota de credibilidad al consumo responsable tan cuestionado.