El mito de la historia de desamor que dio origen al vino

El mito de la historia de desamor que dio origen al vino
El día de los enamorados es una excelente oportunidad para recordar el mito del surgimiento del vino. (Morsa Images)

El vino y la bebida reconocida mundialmente están estrechamente ligados. Una historia para contar y por qué es un día para brindar.

Lo escribió Eduardo Galeano: “todos somos mortales hasta el primer beso y la segunda copa de vino”. Es muy difícil separar la bebida del amor romántico. O del desamor, por qué no. Y en este 14 de febrero, lo recordamos.

Muchas historias de amor tienen al vino como un elemento constitutivo o al menos, lo utilizan para alimentar el fuego.

Lo cierto es que para muchos es considerada una bebida afrodisíaca. Desde el punto de vista científico, investigadores de la Universidad de Kingston aseguraron que el vino tinto puede aumentar el nivel de testosterona de los hombres. Otros estudios intentaron comprobar que la bebida facilita la circulación sanguínea y por ende la irrigación de las zonas erógenas.

Lo cierto es que lejos de los conceptos científicos, el amor y el desamor se relacionan con el vino hasta en el origen de esta bebida. Un mito que nació en el antiguo Imperio Persa intentó explicar el origen de esta bebida desde un punto de vista casi literario.

El amor y el vino están estrechamente ligados.
El amor y el vino están estrechamente ligados.

El mito del origen

La historia cuenta que en la Antigua Persia del 4.000 antes de Cristo, el rey y semidios Djemchid recibió unas semillas por parte de aves que las dejaron caer en su paso. Ordenó plantarlas en el jardín real y tras años de espera, esas semillas dieron sus frutos y el rey pidió que todas las uvas cosechadas fueran guardadas en sus depósitos.

Con el correr de los días, las uvas comenzaron su proceso natural de fermentación, lo que empezó a impregnar el palacio de su olor natural. El rey, atraído por ese aroma, empezó a sospechar que se trataba de veneno. En los alrededores del Palacio las personas ya divulgaban ese rumor.

Es aquí que el desamor juega un rol fundamental. Una de las cortesanas del Palacio que formaba parte del harén, cansada de sufrir por amor, decidió quitarse la vida utilizando ese “líquido envenenado” que yacía en los depósitos.

Rey Djemchid ilustrado en pintura.
Rey Djemchid ilustrado en pintura.

Cuando el rey se enteró, acudió a su encuentro para intentar evitar la muerte, pero al llegar se encontró con la mujer no solo viva sino que también ebria, de tanto intentar su muerte. Desde ese día, a ese vino el rey le llamó Darou é Shah, que significa “remedio del Rey”. De ese término deriva el Shiraz o Syrah, una cepa proveniente de esa región.

Este mito, que intenta explicar el surgimiento del vino, ha sido contrastado con hipótesis científicas que aseguran que en lo que hoy es Irak, se encontraron restos con sustancias compatibles con vino, muchos siglos antes en la línea temporal del supuesto surgimiento del mito.

Una de las bodegas más antiguas de la que datan restos, se estima que habría operado en el siglo 8.000 antes de Cristo. Sin embargo, el mito no deja de ser una importante fuente de inspiración para todos aquellos que maridan el vino con las relaciones amorosas que como sabemos, este 14 de febrero se celebran.

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