El sector del vino español se enfrenta al desafío de evitar la acumulación de existencia en una nueva cosecha que podría devaluar las marcas y afectar a los precios que reciben los viticultores.
Las denominaciones de origen más emblemáticas de vino tinto y blanco en España como Rioja y Rueda, han tomado medidas para reducir la producción en vistas de una sobreproducción que no creen que pueda absorber el mercado.
En el caso de Rioja, la medida responde a una caída de las ventas que ha dejado alrededor de 28 millones de litros sin comercializar tanto en 2021 como en 2022. Además, hay una tendencia generalizada de caída del consumo de tintos. Los últimos datos del Observatorio del Mercado del Vino en noviembre, último mes del que hay datos, señalan una caída interanual en España del 7,2% en los vinos tranquilos. Por todo ello, el Consejo Regulador DOCa Rioja ha aprobado un ajuste de los rendimientos de producción para las vendimias de 2023 y 2024, que será del 90% en el caso de los tintos. También se reducirá al 69% el rendimiento de transformación.
En Rueda, el origen de la medida se encuentra en el desenfrenado crecimiento de la superficie de viñedo de la Denominación, que ha disparado la producción en 30 millones de litros sobre las ventas al mercado, de 110 millones. El Consejo Regulador ha aprobado la limitación a nuevas plantaciones de viñedo y ha solicitado la cosecha en verde. Además, han reclamado que se consulte al Ministerio sobre la posibilidad de articular ayudas para el arranque de viñedos. Sin embargo, el desequilibrio en los próximos años se mantendrá, estimando un exceso de producción en 2023 de más de 40 millones de botellas de vino.
Las medidas aprobadas por los Consejos Reguladores incluyen ajustes de rendimientos de producción, prohibiciones de nuevas plantaciones y solicitudes de ayudas para destilación y descalificación de vinos. La situación de excedente también puede tener graves efectos para los elaboradores, como una posible batalla de precios entre las bodegas para sacar el vino sobrante no solo por cuestiones comerciales, sino para hacer espacio a la añada entrante. La consecuencia puede ser una devaluación de la marca.
Las medidas que tomarán para evitar la sobreproducción
Debido a la baja en el consumo de vinos interno o externo varios países tienen sobreproducción, uno de los casos más cercanos es el de Burdeos, Francia. Por este motivo es importante que se tomen medidas para equilibrar la oferta y la demanda, mejorar la calidad de los vinos y promocionar su consumo. Además, es fundamental que se fomente la innovación y la adaptación a las nuevas tendencias y necesidades del mercado, como la demanda de vinos orgánicos y sostenibles.
El sector del vino español se enfrenta a un desafío importante: evitar la acumulación de existencias en una nueva cosecha que podría devaluar las marcas y afectar a los precios que reciben los viticultores. Las medidas aprobadas por los Consejos Reguladores son en primer paso para equilibrar la oferta y la demanda en el sector del vino. Sin embargo, se necesitan más acciones para mejorar la competitividad del sector, como la promoción del consumo de vinos locales, la innovación y la adaptación a las nuevas tendencias del mercado. En este sentido, es necesario un esfuerzo conjunto entre los productores, los elaboradores, los distribuidores y las autoridades para mejorar la competitividad del sector, como la promoción del consumo de vinos locales, la innovación y la adaptación a las nuevas tendencias del mercado.