El ingeniero, tercera generación de la familia que dio origen a la bodega Luigi Bosca, contó acerca del crecimiento que tuvo el Malbec en los últimos 25 años.
En el marco de una nueva Vendimia, Los Andes y Guarda14 realizaron el especial audiovisual “25 años del Malbec”. A partir del testimonio de referentes de la industria, repasamos la evolución del varietal emblema del país en poco más de dos décadas. Uno de los que participó fue el ingeniero Alberto Arizu, tercera generación de la familia que dio origen a la bodega Luigi Bosca.
Durante la charla, Arizu hizo un repaso histórico por lo que sucedió con el varietal y el rol clave que cumplió la DOC Luján de Cuyo para su revalorización. “Hace 25 años había habido una decadencia de las plantaciones de malbec por distintos hechos conocidos por todos, donde el varietal no fue situado en la posición que debía tener en el caso de Mendoza. Pero nosotros, con la DOC Luján de Cuyo, que empezó en el año 1987 y que se consolidó en 1991 cuando salió la primera Denominación de Origen Controlada de Argentina, marcamos lo que se consideró en ese momento como el hecho más importante de la viticultura argentina de los últimos 50 años”, recordó.
“Hoy el malbec ocupa un puesto entre las cinco variedades tintas más importantes del mundo por sus características, los vinos que produce y por estar a la altura de los cabernet sauvignon, pinot noir, syrah y merlot”, destacó Arizu.
El momento que cambió todo
Para Alberto Arizu (P), la diferencia comienza entre el 79 y el 80. “Los vinos malbec se elaboraban sin las pieles, es decir, como blancos. Era la tendencia. Prácticamente, como el rendimiento de la variedad era bajo, no convenía utilizar el malbec para hacer este tipo de vino y los productores empezaron a reemplazar el malbec por otras variedades de más alta producción y mucha menor calidad”, sostuvo.
Pero esa realidad, donde se perdieron casi 40 mil hectáreas de cultivo, cambió: “Hoy el malbec es la espina dorsal de la vitivinicultura argentina. No tiene otro, es el esqueleto fundamental de todo y con reconocimiento mundial. Es una variedad que no tiene muchas materias oxidables, o sea, que no es un vino que se oxida en su elaboración; da alto cuerpo; mucha materia colorante; y tiene buen espesor y cremosidad”, manifestó.
Además, Arizu habló del futuro del varietal: “El crecimiento va a ser sobre el malbec, por más que hay otras variedades importantes. Pero el malbec va a seguir siendo el rey de los vinos argentinos. Es diferente a todos los que se hacen en el mundo. Hay muchos países que han introducido el malbec viendo el éxito que ha tenido Argentina y tal es así que uno viajando por Italia, los bodegueros de allí nos dicen: ‘Ustedes sí que supieron hacer una variedad y colocarla en el contexto mundial, algo que Italia no tuvo’”, completó.