Rafael Calderón: “Tenemos el desafío de llegar a los consumidores con nuestros vinos al mejor precio posible”

Rafael Calderón: “Tenemos el desafío de llegar a los consumidores con nuestros vinos al mejor precio posible”
Rafael Calderón - Archivo / Los Andes

El CEO de Bodegas Bianchi habló sobre las perspectivas para 2022 en los mercados interno y externo, y cómo se puede gestionar en épocas de incertidumbre y suba de costos

El día de su cumpleaños coincidió con el que la Bodega Enzo Bianchi fue anfitriona de una de las paradas del Rally de las Bodegas. Y como los aniversarios suelen ser un momento de balances, Guarda 14 invitó a Rafael Calderón, gerente general de Bodegas Bianchi desde 2017, a analizar qué están esperando para este año en el negocio y cómo se gestiona en un contexto en el que tantas variables resultan inciertas.

- Este año ha habido mermas productivas en todas las uvas, pero fueron bastante notorias en las blancas, ¿cómo impactó en su elaboración de espumantes?

- Todas las vendimias o cosechas tienen sus complejidades y particularidades, y este año no es ajeno a eso. Pero tenemos un gran equipo que está moviéndose para conseguir la mejor uva posible. Y sí, los rendimientos han sido menores. Se está viendo sobre todo en las blancas, pero lo más importante es que hay calidad y que estamos pudiendo cumplir con los planes que tenemos de crecimiento a futuro. Lo que pasó es que el mercado de espumantes creció el año pasado y eso hizo que la blanca fuera la uva que todo el mundo quería para recomponer los stocks.

- ¿Las ventas de espumantes crecieron con respecto a 2020 o a la prepandemia?

- Según el INV, en 2021 el espumante creció con respecto al 2020 a doble digito, más del 30%, en el mercado interno. Después de la pandemia, parece que la gente salió a celebrar, no sólo acá, sino en el mundo entero. Y hubo un crecimiento en ese mercado, que en el pasado venía bastante estable. Pensamos que, con la pandemia, iba a bajar el consumo porque no había mucho para celebrar. Aumentó mucho el de vino en 2020, pero, el año pasado, cayó en la Argentina, por diversos motivos, y lo único que creció fue el espumante.

- ¿Creen que el consumo de espumante en el mercado interno va a seguir sostenido?

- Que se sostenga a esos niveles no está tan claro, porque el negocio online, por ejemplo, creció mucho con la pandemia, pero cuando se empezaron a normalizar las actividades, volvió a bajar, aunque no a los niveles prepandemia, sino un poco más arriba. Son efectos temporales y después se van atenuando, así que vamos a ver. Nosotros sí tenemos un plan de crecimiento, pero vamos a ir monitoreando, porque también tenemos exportaciones de espumantes.

- ¿Qué perspectivas tienen para este año, en general, con todos los vinos?

- Se viene un año complejo porque el poder adquisitivo ves menor. Los precios de la materia prima y los insumos se están yendo para arriba, y tenemos todavía problemas de abastecimiento de vidrio. Eso nos afectó mucho la venta, por no poder cumplir con todos los compromisos que teníamos, sobre todo en las líneas de más rotación. En las de alta gama no, porque se fraccionan menos veces al año. Dependerá de cómo se vaya abasteciendo este insumo crítico el cómo vayamos enfrentando el año.

- Claro, porque tampoco se puede recurrir a las importaciones...

- Está todo complicado. Nuevamente tenemos un desafío por delante de poder llegar a nuestros consumidores con nuestros vinos, al mejor precio posible, en un contexto de suba de generalizada de insumos, que no podemos controlar porque es una industria muy atomizada y nadie tiene el poder para negociar con un proveedor de insumos críticos.

- ¿Qué otros desafíos están viendo?

- La caída del poder adquisitivo. Veremos cómo afecta al mercado, pero hoy el consumo cayó y el primer mes de 2020 sigue también abajo. Después tenemos las exportaciones, que si bien nos fue muy bien el año pasado, en la industria en general, tenemos todo el tema logístico, con la pérdida de rutas, el colapso de los puertos, la falta de contenedores y, ahora, el conflicto Rusia-Ucrania, y si bien Rusia no era un mercado muy grande para Argentina, nosotros vendíamos vinos allá, y con esto se corta la cadena de pagos.

Además, complica los fletes y aumenta el costo de los envíos. Algunos clientes nos han pedido si los podemos ayudar para mantener el precio en góndola, porque hoy hay inflación también en los mercados internacionales; no solo acá. Y es dinero que uno pone para sostener el precio competitivo a cambio de promoción. La industria necesita mucha más promoción en el exterior de la que tiene y estamos tratando de conseguir recursos para la categoría Argentina, porque nuestros competidores cuentan con tratados de libre comercio, llegan más baratos a los mercados y tienen mucha más promoción que nosotros.

- Algunos están hablando de que, por la guerra, podría retraerse el consumo en Europa, ¿están viendo esa posibilidad?

- Desde acá es difícil saber qué pasa. Se va trabajando día a día. Nosotros hacemos planes y siempre tenemos unos de mitigación. No estamos 100% en Europa. Tenemos diversificado el negocio en todos los continentes y eso nos permite compensar con otros mercados ante cualquier caída puntual. Pero, por ahora, en Europa estamos funcionando bien.

Lo más importante es tener un equipo muy activo, pendiente y flexible, y monitorear semana a semana para ver cómo se van desempeñando el mercado y poder tomar las decisiones correctas. O sea, no es algo para quedarse quieto ni tranquilo, sino que hay que ocuparse del tema. Hay que ir ajustando los planes todo el tiempo.

- A fines del año pasado hicieron un lanzamiento, ¿tienen otro previsto para 2022?

- Sí. Presentamos el Winemaker’s Selection, que cada año va a ser una novedad, elaborada a partir de pequeñas partidas de uva en zonas específicas, que siempre está buscando el equipo de enología. Y seguimos desarrollando nuestros vinos íconos, aquí en Los Chacayes (Tunuyán). Creciendo, porque nos está yendo muy bien.

También estamos desarrollando nuevos formatos, como el bag in box y la lata, en vinos de todos los días, para llegar al consumidor con formatos que están funcionando en el mundo, que son ecológicos y más prácticos. Sirven para mitigar el problema del vidrio, pero también para desarrollar nuevas ocasiones de consumo y seguir, como decimos nosotros, democratizando el vino y llegar cada vez a más consumidores.

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