Tras casi cuatro años de inactividad, la vecina provincia recuperó uno de los espacios históricos de su viticultura: el museo Santiago Graffigna y su particular cuba centenaria.
La historia del vino argentino se ha escrito a lo largo de los años con algunos nombres propios, entre ellos, el apellido Graffigna. Sin dudas, sin esta familia de inmigrantes italianos que llegó al país en la segunda mitad del Siglo XIX la vitivinicultura en la provincia de San Juan no sería la misma.
Primero fue Juan Graffigna el que dejó su Génova natal para desembarcar en tierras sanjuaninas junto con su experiencia en la elaboración de vinos y algunas variedades típicas de Europa. Algunos años más tarde fue Santiago, su sobrino, quien lo acompañó y quien se convirtió en una de las personalidades más destacadas del vino en San Juan.
Justamente es él quien le da el nombre a una de las piezas icónicas que hoy ha recuperado la ruta del vino en la vecina provincia, el Museo Santiago Graffigna. Este espacio ubicado en calle Colón 1342 norte de la capital sanjuanina permaneció casi cuatro años cerrado luego de la pandemia de coronavirus, pero ahora retomó la actividad con una propuesta renovada.
Durante ese tiempo, la bodega Graffigna pudo darle un revival a una propuesta que se enfoca principalmente en la historia de la familia. Así, tras el portal de acceso, el recorrido propone por una sala ambientada en las viñas sanjuaninas, siguiendo por la sala de máquinas, la cual relata la evolución de la tecnología en la producción vitivinícola. También guarda algunas piezas históricas que no tienen que ver con el vino, como una réplica de la imagen de la Virgen María que se encontraba en Ullum y su peculiar historia en el terremoto que marcó a la provincia sanjuanina.
Aportando un atractivo al enoturismo y para hacer más enriquecedora la experiencia, la visita se realiza en compañía de un guía turístico y un sommelier, ya que al final del recorrido, el museo invita a los turistas y locales a su Winebar, donde se concluye con una degustación de tres pasos con los vinos de la bodega.
“Puedo asegurar que el museo es una parte muy entretenida de la bodega. Está repleta de historia por conocer y recorrer. Verdaderamente se respira mística por todo el lugar, eso percibe cada uno de los visitantes y disfrutan mucho de la experiencia”, dijo Diego Sánchez, enólogo de la bodega Santiago Graffigna, quien trabaja en la compañía desde hace más de 20 años, de acuerdo a lo compartido por el Servicio Informativo de San Juan.
Es importante destacar que el valor de la entrada general es de $2.500 para mayores de 12 años. El horario de atención es de jueves a sábado, de 9:30 a 17:30. Los recorridos duran, aproximadamente, dos horas y cuentan con un cupo límite de 20 personas. Comienzan a las 9:30, 11, 14:30 y 16.
Una cuba histórica
Aunque la bodega Graffigna cuenta con más de 150 años de historia, el Museo Santiago Graffigna inauguró en 2003, convirtiéndose en un espacio que guarda tesoros de la vitivinicultura sanjuanina que han perdurado en el tiempo. Uno de ellos es su peculiar cuba de más de 200 mil litros, la cual tiene más de 100 años de existencia.
Esta pieza se encuentra en el Patio de Cubas, un espacio en el que hoy convive con grandes tanques de acero donde hoy se almacena el vino, marcando un paralelismo entre el pasado y el futuro del proceso de elaboración y dando cuenta de la evolución de la industria vitivinícola.
Más allá de su tamaño, el cual despierta la curiosidad de cualquier visitante, este enorme barril guarda una llamativa anécdota. Esta cuba de roble francés con capacidad de 200.000 litros fue encargada personalmente por Santiago Graffigna, quien la mandó a construir a Francia a comienzos del 1900. Con esas dimensiones, la gran apuesta del bodeguero se convirtió en la cuba más grande de Sudamérica, la cual ha sobrevivido a más de un siglo de historia.
Pero lo curioso del recipiente no termina ahí. Por aquello años, cercanos al centenario de la Patria, Graffigna decidió hacer en su interior, antes de sellar la cuba y que comience a almacenar miles de litros de vino, un almuerzo del que participaron unas 70 personas.
La ruta del vino sanjuanina
San Juan es la segunda provincia en el país en cuanto a la producción, solo superada por Mendoza. Con siglos de tradición vitivinícola, como los grandes destinos en el mundo, ha ido creando su propia ruta del vino, la cual hoy cuenta con decenas de bodegas y propuestas que se adaptan a cada tipo de turistas.
Para la secretaria de Turismo de San Juan, Belén Barboza, la recuperación de un espacio como el Museo Santiago Graffigna, una propuesta con tanta historia y sentido de pertenencia, es una gran noticia para la ruta del vino en San Juan. “Queremos que, dentro de la Ruta al Vino, cada turista que llegue se encuentre con los espacios abiertos y listos para recibirlos. Es un compromiso grande que queremos unificar con las más de 30 bodegas que forman este circuito vitivinícola”, manifestó.
De acuerdo a la información oficial, hoy en día, la provincia de San Juan cuenta con más de 30 bodegas que ofrecen servicios turísticos.
Las mismas están distribuidas en trece departamentos y en sus cinco valles. El Valle de Tulum, el más cercano a la capital sanjuanina que permite hacer un recorrido por los establecimientos a solo unos minutos del Km 0 de la ciudad; el Valle de Ullum-Zonda; el Valle Fértil; Valle de Pedernal, una zona con interesante proyección en los vinos de alta gama de la provincia y la de mayor crecimiento; y Valle de Calingasta, el más austral de todos y con las incorporaciones más nuevas a la ruta del vino.
Los establecimientos con servicios enoturísticos de San Juan son: Casa Vinícola El Milagro, Museo Santiago Graffigna, Bodega Hagmann, Callia, Fabril Alto Verde, Romano Pin, Bodega Las Marianas, Viñas de Segisa, La Guardia, Merced del Estero, Augusto Pulenta, Bodegas Bórbore, Marale Wines, Champañera Miguel Más, Bodega y Viñedos Argus, Finca Sierras Azules, Apotema, Viñas y Bodegas Graffigna Yanzón, Guardia del Malbec, Entre Tapias, Finca Alta Bonanza de Los Andes, Bodega del Carmen, 35.Cinco Vinos, Cara Sur, Entre Tapias, Finca Basin, Los Dragones y Finca Don Antonio.