Argentina se encuentra entre los principales productores vitivinícolas a nivel mundial. A continuación, un repaso por las variedades vitivinícola que caracterizan a la producción nacional.
El vino, es la bebida nacional Argentina. El país, es el noveno productor mundial y uno de los países líderes en Latinoamérica en la producción de vino. La industria vitivinícola está principalmente desarrollada en Mendoza, que representa el 75% de la producción, la siguen las provincias de San Juan, Córdoba, La Rioja y Catamarca que también contribuyen a engrosar la producción.
En las últimas décadas, las regiones vinícolas se han extendido a provincias como Neuquén, Chubut, Entre Ríos, Río Negro, Santa Fe y Buenos Aires. Más allá de la cantidad y calidad de su producción, el vino en Argentina tiene un impacto significativo en el enoturismo, atrayendo a miles de visitantes cada año.
Así las cosas, el vino es tan parte de la idiosincrasia argentina como pueda serlo el mate, el tango o el fútbol. La uva argentina se extiende por cultivos desde el norte hasta el sur del país, contribuyendo al enorme y bien merecido prestigio de la industria vitivinícola del país.
A continuación, vamos a hacer un repaso sobre las principales cepas de vino y sus características.
Tipos de uvas para vinos en Argentina
Las diferentes clases de uvas para vinos de Argentina pueden dividirse en cepajes tintos y blancos. En ese sentido, el tinto, es el más tradicional entre los vinos del país. A continuación, te mostramos las uvas argentinas tintas más utilizadas.
Malbec
Uva argentina originaria de Burdeos, está considerada la variedad insignia del país; es desde el año 2011 la más cultivada de Argentina. Destaca por su oscuro e intenso color y su explosión frutal, sus aromas tienen ecos de ciruelas, cerezas, pasas y pimienta negra, con reminiscencias de mermelada en algunos casos.
Cuando se añeja en madera adquiere notas de chocolate, vainilla y café. En boca presenta mucho cuerpo por sus envolventes, sedosos y dulces taninos.
Bonarda
Es la segunda uva argentina tinta más cultivada tras la malbec. El vino que produce es de buen color y cuerpo, honesto y franco, con aroma de frambuesa y unas sutiles notas anisadas.
Cabernet Sauvignon
También originaria de Burdeos, presenta un color azul negruzco muy intenso. Se cultiva en todas las provincias vitivinícolas, aunque es en Mendoza donde alcanza su mayor nivel, produciendo vinos con sabores y aromas a frutas rojas, y con unos taninos dulces que proporcionan cuerpo al vino sin que llegue por ello a ser agresivo.
Merlot
Uva argentina de gran potencial y reciente difusión. Sus aromas recuerdan a especias, grosellas, cedro y pimiento dulce. Sin grandes producciones, el vino resultante es delicado, de intenso paladar sin llegar a ser potente.
Syrah
Uva de origen mediterráneo con la que se consiguen unos vinos de textura plana, color intenso y unos aromas que van desde los florales, en los jóvenes, hasta los animales y especiados en los añejos, tras su crianza en madera de roble y botella.
Pinot Noir
Uva famosa por su nobleza y antigüedad (ya era cultivada por los romanos), su color va desde el rubí hasta un rojo intenso, con unos aromas a frutas negras y rojas como la remolacha, la mora y la frambuesa.
Los vinos pinot noir son ligeros, sin grandes complejidades, pero muy elegantes en boca.
Sangiovese
Cepaje muy apreciado por su frescura y liviandad, los vinos sangioveses son afrutados con ciertas notas florales. Adquiere un buqué a pasas durante su envejecimiento en botella.
Tempranillo
Variedad proveniente de la región española de La Rioja, produce unos vinos intensos y sólidos, con un aroma de frutas rojas, especialmente de grosellas y ciruelas, y unas notas de frutos secos. Con el tiempo, el vino tempranillo evoluciona hacia un buqué envolvente y complejo con notas tostadas y de madera.
Cepajes blancos cultivados en Argentina
Aunque los vinos tintos siguen teniendo la hegemonía en el mundo vitivinícola argentino, los vinos blancos están ganando cada vez una mayor popularidad y prestigio. Estas son las principales clases de uvas para vinos blancos.
Sauvignon Blanc
Variedad de creciente fama, herbácea, aromática, con un perfume levemente ahumado. Se vinifica en pequeños toneles de madera con unos resultados excelentes.
Semillón
Variedad de uva que se desarrolla de una forma óptima en climas moderados y frescos, como los que se dan en el Alto Valle del Río Negro y en el Valle de Uco, en la provincia de Mendoza.
Dependiendo de la zona, puede presentar diversos aromas, desde manzana y tierra hasta miel y frutas blancas. En boca presenta una gran personalidad y equilibrio.
Chardonnay
Considerado por algunos expertos como el rey de los cepajes blancos, produce vinos complejos y aristocráticos, con unos aromas a bananas, piña y, en ocasiones, a manzanas.
Torrontés
Una de las uvas argentinas blancas más extendidas y que cuenta con un importante prestigio internacional. Son tres las variantes de esta uva: el sanjuanino y el mendocino, más adecuadas para los vinos frescos, y el riojano, con unas cualidades mejores para elaborar vinos finos, secos y afrutados a la vez.
Su color es amarillo claro, aunque en ocasiones desarrolla matices verdes y dorados. De aroma floral (geranio, jazmín y rosa), su sabor muestra una acidez muy fresca.
Chenin
Variedad fina y serena que produce unos vinos fáciles de beber y muy frescos. Su aroma se asemeja al de la cáscara del durazno blanco.
Riesling
Cepa procedente de Alemania, no es muy abundante en Argentina. Únicamente prospera en zonas frías y altas. Sus aromas combinan notas herbáceas y cítricas con matices minerales.
Viognier
Variedad originaria de Francia que tampoco es muy abundante. Sus tonos son frutados, con unos aromas muy intensos a duraznos, melón y especias. Presenta una fuerte estructura y un final largo en boca.