Hilbilg Franke lleva casi una década siendo premiada a nivel internacional ininterrumpidamente y se ha colocado como una referencia del sector. Con la industria de los destilados en crecimiento, explican cómo logran mantenerse a la vanguardia.
Las destilerías argentinas atraviesan un proceso de crecimiento que se constituye como una oportunidad muy grande para consolidar la marca Argentina en este segmento, tomando como modelo lo trabajado por la industria vitivinícola.
El crecimiento de los destilados no solo se refleja a nivel el consumo, con el gin como bandera, sino también es la propia industria la que sigue sumando experiencia -como consecuencia del primer proceso-. Nacen nuevas destilerías, nuevas etiquetas y distintas propuestas.
La destilería Hilbilg Franke es testigo de este proceso, ya que fue una de las primeras en nacer. De hecho, la primera en Mendoza. Como sucede con las marcas más antiguas, el principal desafío es mantenerse en la élite de la industria, revitalizando su propuesta permanentemente.
“El gin es una bebida que se tomaba desde los años 50. Como los vermú. Y las tendencias vuelven. Lo bueno de que la gente se destine a estas bebidas es que las destilerías que están a la vanguardia siempre tratan de proponer algo ofrecerle distinto al consumidor, que lo sorprenda”, explicó Victoria Halpern, quien coordinaba el stand con el que la destilería expuso sus productos en la última feria de Guarda14.
Décadas después de esos inicios, “hoy es una destilería con una producción muy amplia. Sus productos están premiados a nivel mundial. La particularidad es que además del típico London Dry Gin tenemos el primer gin hecho a base de Malbec, donde el varietal es el que se usa como producto principal. Después tenemos un gin a base de Torrontés y frutilla. Al igual que la grapa, que se hace con un blend de uvas Cabernet y Malbec. Eso nos hace diferentes. Y es una complejidad también porque un producto de autor como éste tiene que tener un gran equilibrio y estudio previo a exponerlo”, explicó Victoria sobre los desafíos.
En la era del gin, la marca no solo apuesta a lo clásico, sino que también intenta introducir novedades y refrescar clásicos en desuso, como la grapa, un producto premiado a nivel internacional. “Walter y Rolando (fundadores) siempre piensan en qué pueden sorprender al mercado”, explica Victoria.
A propósito, la oferta no concluye en las etiquetas, ya que al proyecto destilería se le suma una barra móvil que es ofrecida en eventos. En estás barras se ofrecen cócteles tirados donde la magia de la mixología se centra en barriles de acero inoxidable.
El concepto es completamente disruptivo con respecto a la coctelería de Mendoza y responde a tendencias del mercado como el ready to drink. Agiliza y le añade practicidad.
En estas barras se sirve, además del característico Gin Tonic -especialidad de la casa-, otro cóctel que llama la atención. Se trata del característico mojito, popular en las barras, pero producido con grapa en vez de ron blanco. La grapa que desarrolla la propia destilería y ha sido reconocida a nivel internacional.
Sobre los premios, Victoria aseguró: “lleva muchísimo trabajo componer una receta asi que cuando se obtiene una medalla es una satisfacción. Es una idea que se propuso, se pudo lograr a prueba y error y en importantes certámenes es valorada. Es un honor tenerlo, pero luego hay que mantenerlo en el tiempo”.
Sus productos están en las vinotecas del país y algunas botellas se exportan. Desde la firma aseguran que saldrán al mercado nuevas etiquetas pero no quisieron adelantar en qué consisten.