Un estudio reciente sobre cómo el consumo de alcohol afecta a la salud en adultos mayores encontró que el vino y su consumo durante las comidas tienen un efecto protector. Michael Apstein, escritor de vinos y profesor asistente en la Escuela de Medicina de Harvard, cuenta sobre estos hallazgos.
Las autoridades de salud y los científicos siguen discutiendo si beber alcohol de manera moderada es bueno o malo para la salud. Todos están de acuerdo en que el consumo excesivo o las borracheras son dañinas. Un problema con los estudios sobre alcohol y salud es que rara vez distinguen entre los diferentes tipos de alcohol —vino, cerveza o licores— y el momento en que se consume, es decir, si es durante las comidas o no.
Estos factores son importantes porque el tipo de alcohol y el entorno en el que se bebe afectan el nivel de alcohol en sangre, que probablemente influye en los efectos del alcohol, ya sean beneficiosos o perjudiciales para la salud.
Así de acuerdo con, Michael Apstein, MD, FACG, escritor de vinos, colaborador de Decanter y profesor asistente de medicina (Gastroenterología) en la Escuela de Medicina de Harvard, escribió que, beber vino o beber vino durante las comidas se asoció con tasas de mortalidad más bajas, y con tasas más bajas específicamente de cáncer y enfermedades cardiovasculares, en base a una investigación reciente realizada por científicos de España y la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
Publicado en JAMA Network Open, el estudio analizó los hábitos de consumo de 135,000 residentes del Reino Unido mayores de 60 años usando datos del UK Biobank, un registro de salud.
Los investigadores querían ver el efecto del alcohol en personas mayores frágiles y en aquellos con un bajo estatus socioeconómico.
Como era de esperar, encontraron que las personas frágiles y las de estatus socioeconómico bajo tenían una mayor probabilidad de morir si bebían alcohol, y un mayor riesgo de morir por cáncer o enfermedades cardiovasculares. Cuanto más bebían, mayor era el riesgo de morir por todas las causas, incluyendo cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Lo sorprendente fue que cuando analizaron a personas que bebían principalmente vino y solo durante las comidas, descubrieron que este patrón de consumo compensaba el aumento del riesgo en las personas frágiles y de bajo estatus socioeconómico. “Actuaba como protector”.
Además, para las personas que no eran frágiles ni de clases sociales bajas, beber vino o solo durante las comidas se asoció con un menor riesgo de muerte por todas las causas, así como por cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Aunque el alcohol en el vino es químicamente igual al alcohol en vodka u otros licores, la cantidad que llega al torrente sanguíneo depende del contexto en que se bebe y la concentración en la bebida.
Incluso con el aumento de los niveles de alcohol en el vino por el uso de uvas más maduras, el vino sigue teniendo una concentración de alcohol más baja que los licores. Además, el vino se consume generalmente durante un período más largo y con las comidas, lo que ayuda a moderar los niveles de alcohol en sangre.
Por eso, tiene sentido que las personas que beben principalmente vino o solo durante las comidas, y que por lo tanto tienen niveles de alcohol en sangre más bajos, tengan mejores resultados de salud en comparación con otros patrones de consumo de alcohol.
Es importante señalar que este estudio, como la mayoría, solo muestra asociaciones y no prueba causa y efecto. No se puede concluir que beber vino con las comidas reducirá la muerte por todas las causas, cáncer o enfermedades cardiovasculares.
Aún queda por determinar si la reducción en la mortalidad se debe al vino en sí o al tipo de persona que bebe vino moderadamente con las comidas, que suele ser alguien más adinerado y con mejores hábitos de salud en general. De todos modos, es una asociación que debería alegrar a los amantes del vino.
