Seguramente, muchas veces escuchaste hablar de los vinos jóvenes, ¿pero alguna vez te preguntaste a qué vinos se los llama así?
Los vinos jóvenes son aquellos que nacen para ser tomados apenas se embotellan o al poco tiempo de hacerlo, dado que lo buscado por el enólogo es destacar la frescura y la característica del varietal o varietales elegidos. Lo ideal es tomarlo en el primer o segundo año de vida, de otra manera irían perdiendo las virtudes logradas por su creador.
Estos vinos ganan este nombre ya que no tienen una gran crianza en barrica o envejecimiento en el transcurso del tiempo, haciendo un contrapunto de los vinos que pasan por barrica o tonel como lo hacen por ejemplo los vinos reserva.
Poniéndoles la tapa
Los argentinos tenemos la mala costumbre de creer que si el vino no tiene un corcho natural de primerísima calidad el vino es malo, es un vino de crianza o que busca una larga evolución en el tiempo es lógico.
Pero para los vinos jóvenes no son necesarios ni recomendables los corchos naturales, por eso los sintéticos y la tapa a rosca se utilizan cada vez más en este tipo de vinos, ya que no permiten la entrada de oxígeno y no corren peligro de contraer TCA, una enfermedad que ataca a algunos corchos naturales.
Crianza de los vinos jóvenes
Por regla general, los vinos jóvenes tienen poca maceración entre el hollejo y el mosto, con muy poca estancia en madera o ninguna, con temperaturas de fermentación controladas que no superen los 24 ó 25 grados centígrados y siempre buscando en ellos aromas primarios y secundarios que provienen de la uva y de la fermentación.
Diferentes tipos de vinos jóvenes
Los vinos jóvenes, como vinos del año pueden ser blancos, rosados o tintos.
Rosados
Quizás los vinos más jóvenes en términos de consumo en el propio año serán los rosados ya que son los que más sufren el paso del tiempo porque su color se debe a una maceración corta y pasan en poco tiempo de colores brillantes a colores más apagados muy parecidos al de la piel de la cebolla.
Los rosados son auténticos vinos de año que se disfrutan al poco tiempo de ser embotellados para disfrutar de todas sus propiedades.
Blancos
Otro tipo de vino jóvenes son los vinos blancos, son vinos con muy poca o ninguna maceración con las pieles, que se fermentan a unos 20 o 22 grados para que los aromas frutales y florales sean más que evidentes y agradables.
Tintos
Por último vemos los vinos tintos, donde podemos encontrar dos tipos de fermentación al hacer un vino joven: la tradicional donde estrujamos las uvas y mezclamos los hollejos con el mosto para a temperatura baja fermentar.
Esto porporciona sacar el máximo potencial aromático primario de las uvas y otro estilo que es la maceración carbónica, donde introducimos las uvas enteras en el depósito y se satura el mismo con CO2 para que la fermentación ocurra dentro de las bayas y consigamos el máximo aroma frutal en los vinos. Decir que la duración de estos vinos es más corta que en el caso de la fermentación tradicional.