El director y enólogo de bodega Flecha de los Andes, ubicada en el Valle de Uco, detalla que este año quieren darse a conocer más entre el público mendocino
Después de casi dos décadas de trabajar orientados sobre todo al mercado externo, Pablo Richardi, enólogo y director de la Bodega Flechas de Los Andes, creada por los reconocidos Benjamin de Rothschild y Laurent Dassault, decidió concentrarse en el consumidor mendocino y argentino. Asegura que esta cosecha perfila como una que permitirá lograr grandes vinos y explica que la innovación y experimentación siempre está orientada a seguir mejorando las cinco etiquetas de vinos tintos que elaboran.
Están intentando instalar un poco más la marca entre los mendocinos…
Siempre digo que Flechas de los Andes es una bodega atípica porque la familia Rothschild hace 150 años que comercializa vinos en todo el mundo. Por eso, cuando inició la bodega, empezamos muy bien con países hasta medio exóticos para la exportación de vinos argentinos. Argentina siempre fue un objetivo central del proyecto, pero por varias cosas no le habíamos dado la importancia que tiene.
Creemos que es el momento de hacer conocer más nuestros vinos, nuestra bodega, en Mendoza y Argentina. Y ojalá que podamos crecer acá. Lo digo, porque nosotros tenemos un sistema muy tradicional, nos dedicamos a hacer nuestros vinos con la calidad y el estilo que nos gusta, pero no somos una bodega que va a empujar la venta desde el marketing. Cuesta más, pero creemos que el “boca en boca” es la mejor manera de difundirlo y por eso esta pequeña reunión (organizaron junto con un medio local una cata maridaje en Go Bar, donde tienen una oficina y una sala de vinos franceses).
¿Qué les hace pensar que llegó el momento adecuado?
No tiene nada que ver con la pandemia y tampoco es un momento muy planificado, pero al principio estuve muy concentrado en la construcción de la bodega y en ocupar mercados que estaban vírgenes en ese momento. Pero el mayor consumidor de vino argentino es Argentina. Siempre lo supimos y fue un punto neurálgico en por qué se decide construir la bodega en el país. Porque sabíamos que tiene un gran mercado local.
Entonces, hoy podemos apuntar al mercado argentino de una manera más focalizada, pero no quiere decir que nunca le prestamos atención. Siempre fue importante para nosotros y hemos estado en Buenos Aires y en Mendoza, pero la idea es ver si podemos hacer conocer un poco más esta bodega, que no es tan conocida por el mendocino.
¿Están pensando en abrir al turismo?
La bodega es muy linda. Es muy turística y está preparada para recibir turismo, pero no tenemos un equipo de visitas, con personal destinado exclusivamente a eso. No quiere decir que no nos visita nadie. Nos visita mucha gente: clientes, amigos, recomendados por las vinotecas. Pero los recibe alguno de los enólogos o el ingeniero agrónomo. Yo creo que después de la vendimia, lo vamos hacer. Queremos mostrar nuestra bodega y va a ser algo que va a venir pronto, apenas se pueda arrancar.
La bodega fue construida en 2003 y opera desde la vendimia de abril de 2004. Enclavada en Vista Flores (Tunuyán) y decorada por Philippe Druillet con detalles Art Decó, la bodega Flechas de los Andes se presenta con simplicidad en contraste a la fuerza de las majestuosas montañas de Los Andes. El edificio de estilo Santa Fe, de 7.500 m2, es de construcción modesta, al entrar toma amplitud y serenidad, e invita a descubrir su patio interior bordeado por una galería abierta al Cordón del Plata. Los cuerpos del edificio tienen una geometría radiante y los elementos de arquitectura (patio, galería, reja, etc.) han sido tomados de modelos de antiguas estancias argentinas y realizados por herreros, ebanistas, obreros y artesanos locales, de la misma manera que la carpintería, pisos y luminarias. El principio de recepción de la vendimia por gravedad ha determinado la morfología del edificio, copiando la pendiente natural del terreno.
¿Cómo perfila esta temporada?
Las últimas seis cosechas en Mendoza han sido muy diferentes. Esta cosecha -nosotros hacemos solamente vinos tintos-, nos hizo estar un poco más atentos por las lluvias que hubo en las últimas semanas. Pero nuestros suelos son muy permeables, muy drenantes y no hay ningún apuro de cosechar. Ahora vienen 15 días de buen sol, de calor, para que esos miedos de alguna botritis, alguna podredumbre, desaparezcan, porque no hemos tenido y con esto sabemos que no vamos a tener. Viene una cosecha, para mí, muy linda. Que el mes de febrero sea fresco, con lluvia, hace que haya grandes vinos tintos. O sea, que me entusiasma muchísimo esta cosecha para hacer grandes vinos.
¿Tienen previsto desarrollar alguna nueva etiqueta?
Tenemos cinco vinos que comercializamos y hace 2 años hicimos un “refresh” muy fuerte en las etiquetas de la línea Punta de Flechas. Ahora, a fin de mes, vamos hacer un lanzamiento de Gran Malbec y Gran Corte, que es la gama top. Son cambios en cuanto al “packaging”, pero los vinos son siempre las mismas etiquetas. Esto no quiere decir que no vivamos innovando, cambiando, evolucionando, porque si no sería monótono y aburrido, pero siempre estos experimentos y mejoras van a las mimas cinco etiquetas.
Perfil
Pablo Norberto Richardi pertenece a la cuarta generación de una familia de enólogos. Nacido en 1978, se graduó en Enología en la Universidad Don Bosco, en 2003. Luego, fue enólogo adjunto de la Bodega Salentein y, posteriormente, director de enología de la Bodega Poesía, antes de tomar en 2004 las responsabilidades de director en Flechas de los Andes.
Curioso y de mente abierta, Pablo tiene experiencia en varios wine estates de Bordeaux, incluyendo Château Cos l’Eglise en Pomerol, Château Dassault en Saint-Emilion, Château Clarke en Listrac, además de Quintessa y otras bodegas de la región, en Napa Valley.