La tercera edición de Baron B Héritage es un assemblage de tres chardonnays de distintos añadas, pero todos de un mismo viñedo, uno de ellos guardado para el centenario del nacimiento del barón Bertrand de Ladoucette.
Una carta, un legado y un homenaje son los elementos que dieron origen a la apuesta de Moët Hennessy Argentina de lanzar al mercado Baron B Héritage. La de 2023 es la tercera edición de este producto, que se elabora a partir de un assemblage de espumantes de distintas añadas y que cada año ofrece una propuesta diferente y única, para que el consumidor se sorprenda y para mantener vivo el espíritu de innovación y calidad que dejó como guía el barón Bertrand de Ladoucette.
La particularidad de Baron B Héritage, explica Hervé Birnie Scott, fundador y director de Terrazas de los Andes y director de Bodegas Chandon, es que se elabora con vinos que llevan un tiempo guardados sobre levaduras, porque “el barón era un hombre que veneraba la noción del tiempo, la revelación a través del tiempo de lo bueno (y de lo menos bueno), de lo excepcional que perdura y de lo más fugaz”. Es decir, se trata de botellas de espumante que están guardadas en la cava y se abren para lograr una combinación diferente para cada edición.
Por otra parte, resaltó que Baron B Héritage es un vino que hoy es “impresionante”, pero que también se puede guardar y que el consumidor, al descorcharlo dentro de uno, dos, cinco o diez años, se va a sorprender, porque va a haber mantenido su frescura y, al mismo tiempo, adquirido mayor complejidad.
En cuanto a esta tercera edición, que se presentó esta semana en la Embajada de Francia, detalló que la construyeron alrededor de un solo viñedo: Cepas del Plata, que fue el primero que se plantó por encima de los 1.500 metros sobre el nivel del mar, lo que significa que el clima es frío. Dentro de cada botella hay tres vinos, de varias parcelas diferentes de chardonnay, que están conociendo cada vez más, y que fueron embotellados por separado.
Así, a diferencia de los dos anteriores, que tuvieron participación de otros varietales, el “003″ sólo contiene chardonnay. Desde la empresa lo definen como “un juego de extremos entre sus componentes, a través de tres cosechas emblemáticas”. La primera, de 2019, resguardada en las cavas de la bodega como tributo al centenario del nacimiento del barón Bertrand, fue una añada marcada por un clima frío, que brindó un vino muy fresco, con notas cítricas, florales y minerales, y una boca tensa.
La cosecha 2015 fue una añada más calurosa, que brindó un carácter más varietal y vinoso de chardonnay de altura, con notas de damasco, durazno y pomelo rosado, y un amplio volumen en boca, con graso y unas notas de evolución a brioche y pan tostado (un opuesto muy complementario del chardonnay 2019).
Y, por último, la cosecha 2011, la primera de Cepas del Plata, que demostró, después de 12 años de crianza sobre sus levaduras, un gran potencial de guarda, desarrolla una paleta amplia de notas confitadas cítricas, tostadas de pan y almendra, sutiles dejos de praliné y caramelo, que aporta la complejidad y el largo en boca al assemblage.
Para cada edición se elaboran apenas cinco mil botellas, ya que se utilizan añadas antiguas, conservadas en la enoteca sobre sus levaduras de segunda fermentación en botella -es decir, el famoso método champenoise-, por lo que rige la calidad del producto, mientras el volumen se ve limitado por la colección de vinos de la que disponen.
Hervé Birnie Scott subraya que el hilo conductor entre la propuesta de cada año es “la búsqueda de llevar al máximo extremo, en base al arte del assemblage, la elegancia, la precisión y la complejidad”, los tres pilares del estilo del barón.
Tres ediciones
La primera edición de Baron B Héritage fue lanzada a fines de 2021 y surgió de la combinación de tres añadas excepcionales: un 18% de cosecha 2001 de la Finca Caicayén (1.250 msnm en Gualtallary), un chardonnay con notas de fruta amarilla y delicados toques tropicales, y un pinot noir que aportó una sólida estructura; 40% de cosecha 2011 del Clos de la Finca Cepas del Plata (1.550 msnm en la zona de El Peral), un chardonnay con exquisitas notas de fruta blanca, naranjas confitadas, flores blancas y jengibre; y 42% de cosecha 2015 de la Finca El Espinillo (1.600 msnm en Gualtallary), cuyo pinot noir presentó notas aromáticas minerales y especiadas que elevan su característico perfil de frutas rojas.
En su segunda edición, el equipo enológico decidió seleccionar un chardonnay cosecha 2014 de Cepas del Plata y un pinot noir 2016 de su finca El Espinillo, respetando el concepto de este espumoso: un assemblage que refleje lo sorprendente. El corte de Baron B Héritage Edición 002 es un 60% del chardonnay 2014 y un 40% del pinot noir 2016.
Magia y misterio
La presentación para la prensa de Baron B Héritage 003 se realizó esta semana en la Embajada de Francia. Los participantes fueron invitados a pasar a un amplio salón, con enormes arañas de cristal sobre la mesa, en la que campanas cubrían los platos. Debajo de ellas no estaba la primera propuesta para degustar con el espumante insignia, sino anteojos de realidad virtual, para compartir de modo personal el recorrido del barón Bertrand de Ladoucette –interpretado por Hervé Birnie Scott- por los viñedos del Valle de Uco, la lectura de la carta en la que dejaba las indicaciones de su legado y la elección en la cava de los vinos que se utilizarán para el corte que dará lugar a cada edición homenaje a ese horizonte que trazó.
El menú, ideado por el chef Bruno Gillut, también fue un ensamble de dos mundos: Francia y Argentina. La entrada, pesca del día semi curada, con aceite de oliva a la leña, palta y uvas, unió los pescados que se podía encontrar en Normandía (tierra natal del barón) y los productos mendocinos. El plato principal, un confit de pato con nabos y puerros, es un clásico francés. Los quesos que siguieron, acompañados por frutas, fueron otro modo de que Bertrand de Ladoucette estuviera presente, ya que le encantaba este alimento. Y el postre se acercó más a Mendoza, con peras de Tupungato, un sólido de dulce de leche y helado de nueces.
El legado
El barón Bertrand de Ladoucette pertenecía a una familia noble de Francia, pero se alejó de todo eso -castillo incluido- para aventurarse a cumplir su sueño: el de elaborar espumosos excepcionales al nivel de los mejores del mundo. En 1959, eligió las tierras de Agrelo, que por aquel entonces era un sitio inhóspito, sin caminos ni teléfono. Y lo hizo para crear algo más trascendente que un espumante: un “legado de sabiduría, esfuerzo y humildad, que todavía se respira en el aire de los viñedos de la empresa, que se refleja en cada cosecha y hace que cada botella sea única e irrepetible”.
Esta herencia del barón unió el centenario savoir-faire de La Champagne con la potencialidad del terroir cordillerano, cuyos mejores secretos, aseguran, se irán descubriendo cuando los centinelas actuales de la marca decidan que salgan a la luz. “Baron B es el homenaje a un hombre, a su nombre y a su historia”, sostienen más de medio siglo después de su creación.
Notas de cata Baron B Héritage 003
Vista: Color dorado brillante.
Nariz: Elegante e intensas notas de brioche, pan blanco y fruta amarilla.
Boca: Marcada por su volumen, envuelto mantecoso. Mineralidad acompañada con fruta blanca madura y frutas secas.
Se puede conseguir en las principales vinotecas del país, a un valor de $23.500.