La monarca británica era una verdadera amante del vino y entre sus favoritos podremos encontrar tintos, blancos, fortificados y una gran selección de espumosos.
La muerte de la reina Isabel II ha sido una de las noticias más impactantes en todo el mundo. El final de 70 años de mandato en el Reino Unido marcó parte de la historia y dejó un sinfín de detalles por descubrir. Aunque mucho se sabe de la monarca, un perfil no tan conocido era el de aficionada al vino, lo que hoy llamaríamos una winelover.
Así como la reina inglesa tenía su trago preferido, Isabel también contaba con algunas etiquetas favoritas, entre las que encontramos tintos, blancos, fortificados y una selección de vinos espumosos.
Pese a que podríamos suponer que por su posición y fortuna que tenía acceso a los mejores ejemplares del mundo y los tomaba solo por tomar, la reina descorchaba las más destacadas piezas de la vitivinicultura del mundo con conocimiento de causa, al menos desde el momento de su boda con Felipe.
Los vinos preferidos de la reina Isabel II
Bindi Santi, Reserva, Brunello Di Montalcino, Italia - 535,13 euros
Se trata del vino que se sirvió en la boda de Isabel con el príncipe Felipe de Edimburgo, en la Abadia de Westminster, el 20 de noviembre de 1947. Si bien es un vino que hoy cuenta con fama mundial, en aquel entonces solo lo conocían algunas personas.
Es un Sangiovese, del cual en la línea Reserva solo se han elaborado 40 añadas desde 1888, año de su debut. Sin embargo, no se sabe cuál fue la cosecha elegida para el día de su casamiento.
Champagne Bollinger, Francia - 229,75 euros
En los vinos espumosos, Isabel tenía una debilidad por los de la Champaña francesa. En este caso, no hablamos de uno de los favoritos de la reina, sino del proveedor de la casa real desde el reinado de Victoria, en 1884. El Bollinger (Bolly, como es conocido en tierras británicas) es el primer champagne que consiguió esa calificación.
Champagne Krug, Grande Cuvée, Brut, 170 Ème Édition, Francia - 213,90 euros
Se trata de otro de los proveedores oficiales de la casa real. El preferido de la reina era particularmente el Krug Clos de Mesnil, un monovarietal de Chardonnay, un vino que puede valer más de 3.500 euros. Pero también disfrutaba de los más “básicos”, como el mencionado Grande Cuvée, más accesible para todo el mundo.
Champagne Lanson, Francia - 57,90 euros
Es uno de los proveedores de la casa real desde 1900. En este caso, se puede encontrar una opción realmente asequible para el común de la gente. Se trata del Extra Age, Brut, una mezcla de tres añadas (2002, 2004 y 2005).
Champagne Pol Roger, Sir Winston Churchill, 2012, Francia - 224,44 euros
No solo hablamos de uno de los preferidos de la reina, sino de uno de los más deseados del planeta. Es un homenaje al Premier británico que compartió su mandato con la monarca. Lo curioso es que Churchill nunca pudo tomar, aunque Isabel sí.
Champagne Veuve Clicquot, La Grande Dame, 2012, Francia - 218,90 euros
Esta Maison, elaboradora de Champagne de lujo desde 1772, era uno de los predilectos de Isabel II.
Buckingham Palace Sparkling Wine, Inglaterra - 39 libras
La reina tenía su propio vino espumoso, pero, a diferencia de sus preferidos, es inglés. Se trata de un champenoise de Chardonnay, Meunier y Pinot Noir. Las ganacias de este vino siempre han sido destinadas a fines solidarios.
Château Haut-Brion, 2017, Aoc Pessac Léognan, Burdeos, Francia - 835 euros
Dejando los espumosos de lado, los preferidos de Isabel II incluyen este blend de Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc, uno de los más prestigiosos de la región.
Grahams, Colheita 1994, Porto, Portugal - 118,10 euros
Este vino, a partir de la devoción de Isabel II por esta bodega de Oporto, se convirtió en proveedor oficial de la casa real inglesa en 2017.
Harveys, Very Old Amontillado, Vors, Jerez, España - 65 euros
Se trata de otra de las debilidades de su majestad. También por su pedido, en 1969 se convirtió en proveedor oficial de la casa real.
Château d´Yquem 2019, Sauternes, Burdeos, Francia - 475 euros
El último de la lista es el preferido de Isabel II y al que se considera el mejor vino blanco dulce del planeta. Un ejemplar de 1806 fue el protagonista del robo del siglo en el mundo vitivinícola. Un ejemplar de esa añada está valuado en más de 300.000 euros.
La recomendación es beberlo después de una guarda de varios años y la última en salir al mercado fue la 2019.