En el primero podemos hacer un viaje en el tiempo por la historia del vino y la arquitectura de comienzos del siglo XX. Después, vinos, recorrido, arte y algo de gastronomía para disfrutar de la primera zona vitivinícola.
Las dos casonas de Gargantini y Giol se erigen en el corazón de Maipú y ofician como testigos impotentes del paso del tiempo. Son dos de los estandartes nacidos a la luz de los primeros pasos firmes que la industria del vino daba en la provincia en lo que hoy se configura, junto a Luján de Cuyo, como la primera zona vitivinícola.
Pertenecieron a las familias de Bautista Gargantini, oriunda de Suiza, y de Juan Giol, proveniente de Údine, Italia, dos amigos que se asociaron y se convirtieron en algunas de las figuras más representativas de la cultura vitivinícola en Mendoza y lograron construir uno de los imperios más grandes de la vitivinicultura provincial, con quizás su ícono más sobresaliente y que aún palpita ahora bajo el ala de Fecovita, el vino Toro.
Lo cierto es que hoy, el chalet de Bautista Gargantini es la parte del Museo Nacional del Vino (declarado patrimonio Nacional) que se encuentra abierto al público, ya que la casa de los Giol se encuentra cerrada por reparaciones en su estructura.
Emplazada sobre calle Ozamis 914, la casa promete un viaje en el tiempo con solo mirarla desde afuera. Fueron el arquitecto boloñés Emanuel Mignani y el constructor Ricardo Ciancio, quienes por orden de Gargantini y Giol, dieron a ambas casonas un marcado estilo Art Noveau, caracterizado por el uso de esculturas y molduras con motivos florales y vegetales.
Un recorrido por la historia del vino
Claudia Zapata es la encargada del museo y explicó los detalles de cómo es la visita guiada por sus pasillos. “Se ofrece una guiada personalizada en donde se muestra cómo fue la llegada de Gargantini y de Giol a Maipú, la historia de ellos, como les empieza a ir bien con la venta de vino y deciden construir ambas casonas”, dijo.
Según detalló Claudia, en la visita que dura alrededor de 30 minutos y a la que se puede concurrir sin turno, “se muestra la arquitectura de la casa de Gargantini ya que la de Giol está cerrada por un tema de infraestructura. Las casas datan de 1908 y 1910, respectivamente. Además, en la guiada se detalla cómo era la industria vitivinícola por aquella época y qué vinos elaboraban ellos”.
Vinos, muebles de época y una sala de ampelografía
Según detalló la encargada del museo, en la casa de Gargantini “hay mobiliario de las familias, una sala de ampelografía donde se estudiaba la hoja de la cepa en la antigüedad y diversas maquinarias que se usaron para elaborar vino en la época. Además, ha quedado el comedor original de aquellos años, el que usaban la familia, la mesa con las sillas, el reloj de pared y un escritorio que datan de principios de 1900″.
Además, hay una vitrina en donde se exhiben todos los vinos elaborados por Giol y Gargantini y donde se puede ver además cómo fue cambiando la etiqueta del vino Toro, el producto insignia que marcó un antes y un después en la historia del vino en Mendoza.
Precio económico y diferenciado
La custodia del Museo Nacional del Vino es responsabilidad del municipio de Maipú. La entrada y recorrido de este tiene un precio diferenciado: “El costo de las visitas para turistas extranjeros es de $1000, para el nacional sale $500, para el mendocino $300, para el maipucino $200 y para niños menores de 12 años y jubilados $100″.
En cuanto los horarios en que puede visitarse, los días de semana desde las 9 hasta a 17, los sábados de 10 a 16 y los domingos y feriados de 10 a 13.
Otras opciones de gran calidad y excelente precio
El departamento cuenta con una gran cantidad de bodegas abiertas al enoturismo que permiten seguir conociendo la historia del vino argentino con un precio “low cost”, ideal para estos tiempos donde la economía apremia. Así, encontramos opciones que ofrecen una visita sin costo, degustaciones y recorridos por muy bajo precio y hasta alternativas gastronómicas muy convenientes.
Empezando por uno de los establecimientos más antiguos del departamento, en el distrito de Gutiérrez, a metros de la estación de metrotranvía, Bodegas López ofrece la posibilidad de conocer sus instalaciones sin costo. Asimismo, la opción de visita guiada tiene un costo de $800, el cual incluye el Tour Clásico por la bodega y la degustación de un vino blanco y otro tinto.
En tanto, en la bodega de más de 120 años de historia, por $5.800, el visitante puede optar por el Tour Superior, donde además de la visita guiada por un sommelier se incluye la degustación de los algunas de sus clásicas líneas como Casona López Malbec, Rivas Malbec Reserva y Chateau Vieux Chardonnay.
La segund opción totalmente gratuita es el museo textil en exposición en Club Tapiz. Ubicado sobre Ruta 60, en Russell, ofrecen, fieles a su nombre, una muestra de 155 piezas textiles de Asia Menor y Central, piezas de la vida cotidiana de los nomades, curadas por quien fuera el director del Museo de Arte Moderno de Barcelona con un criterio de arte contemporáneo.
Como la describió su propietaria, Patricia Ortíz, es “una muestra similar a la ‘Weaving abstract’ que se esta llevando a cabo en Nueva York en el Metropolitan Museum of Art, pero de textiles andinos”. Abiertos todos los días, en el espacio se llevan a cabo ademas diferentes eventos culturales como flamenco, tango y conversaciones con pensadores, etc.
También en el distrito de Gutiérrez, sobre calle Boedo al 271, Bodega Argentia se presenta como otra de las alternativas por menos de $7.000 para conocer los vinos del departamento de Maipú.
En su visita “Clásica”, con un costo de $6.000, proponen una experiencia guiada por sus propios dueños, donde ofrecen un recorrido por la bodega, donde el turista podrá conocer de cerca el proceso de elaboración, describir los pormenores del cultivo de la vid y sus características y finalizar con la degustación de dos vinos varietales a elección del visitante y un brindis con el espumoso de la casa.
La tercera alternativa la encontramos en Carril Barriales Antiguo 1599, donde se erige Cavas La Capilla, una bodega que fue construida en 1950 a 20 minutos del centro maipucino. En este caso, el establecimiento ofrece un plan de Visita y picada con tres variedades de quesos y fiambres para dos personas por un precio de $12.500.