La ruta del Vino de Tucumán: una joya productiva y turística en los Valles Calchaquíes

“Tucumán tiene todo, hacía falta inversión”, sintetiza uno de los bodegueros con más tradición en una zona que gana mercado, tecnificación e identidad; y que ha logrado unir dos palabras reservadas solo para pocos: ruta y vino.

Tucumán tiene su propia ruta del vino y la experiencia de conocer sus varietales de altura es un recorrido mágico. Son 19 los emprendimientos vitícolas que conforman el camino del vino por los Valles Calchaquíes. Con cultivos de altura que van desde los 1.700 metros sobre el nivel del mar (msnm) hasta los 3.000 msnm otorga un producto con gran personalidad y robustez que se ha lanzado a jugar fuerte en las grandes ligas.

La Ruta del Vino de Tucumán ofrece un fascinante recorrido que comienza en Tafí del Valle, ascendiendo por la Ruta Provincial 307 hasta alcanzar los Valles Calchaquíes, donde se cruza con la emblemática Ruta Nacional 40. A lo largo de estos 100 kilómetros, las bodegas que costean la ruta invitan a descubrir los secretos de la producción de vinos de altura, característicos de esta zona del país.

El enoturismo crece junto con la tecnificación en las bodegas. Ya son muchas los productores que suman oferta de degustación y gastronomía a sus propuestas. Esta emergente ruta turística ofrece varios atractivos característicos propios: la posibilidad de conocer el inicio de un movimiento productivo que ha motorizado economías regionales en varias provincias (Mendoza es un claro ejemplo) y de descubrir la única bodega comunitaria del país, regida por un consejo de ancianos.

Vino de altura con impronta Calchaquí

En Argentina, la vitivinicultura ha impulsado la economía de diversas regiones, especialmente aquellas ubicadas en las alturas precordilleranas. Desde Mendoza hasta Salta, siguiendo el majestuoso recorrido de la cordillera de los Andes, el cultivo de la vid encontró en estas zonas un terreno propicio gracias a la composición de su suelo, la altitud, los ciclos de lluvia y otros factores.

Tucumán, por su parte, recibió con entusiasmo esta contribución europea a través de los religiosos de diversas órdenes, quienes introdujeron cepas con el propósito principal de abastecerse de vino para la liturgia religiosa. El advenimiento del ferrocarril en el siglo XIX convirtió a esta provincia en un importante centro de tránsito de mercancías, impulsando así su producción vitivinícola para satisfacer la demanda de vino en todo el país.

Durante la visita a las bodegas y viñedos de la región, los visitantes encontrarán diversos sistemas productivos, desde los caseros y artesanales hasta los industriales. Además de conocer y aprender sobre todo el proceso de producción que transforma las uvas en vino, los turistas tienen la oportunidad adicional de visitar los importantes sitios arqueológicos y culturales de la región, que albergan los tesoros de los pueblos del Pichao, las Ruinas de CondorHuasi, Talapazo y la Ciudad Sagrada de Quilmes. Si a esta travesía le sumamos la tradicional gastronomía y los productos artesanales elaborados en los Valles Calchaquíes, la experiencia se torna completa y enriquecedora.

En la actualidad, las variedades implantadas en Tucumán son: Torrontés, Malbec, Cabernet Sauvignon, Bonarda, Syrah y Tannat.

Cómo es ser parte de la vitivinicultura de altura y emergente: la voz de los bodegueros

La tradición vitivinícola tiene más de 130 años en los Valles Calchaquíes, pero la visión como “polo productivo” viene contrayéndose bajo la marca “Vinos del Tucumán” mediante la creación de la Cámara de Bodegas y Viñedos que busca el impulso productivo, la tecnificación, la profundización de la identidad del producto y la expansión de logística para nuevos mercados.

Es bueno remarcar que la Ruta del Vino de Tucumán no está en una zona inhóspita para la producción, sino que se ubica entre dos reconocidos valles vitivinícolas: a 30 kilómetros de Cafayate (Salta) y a unos 40 kilómetros de Santa María (Catamarca).

Baltazar Chico Zossi, propietario de la bodega homónima y pionera en la provincia asegura que solo faltaba inversión, pero que “Tucumán se está insertando como provincia vitivinícola”.

“El turista no relacionaba Tucumán con el Vino, pero eso está cambiando a gran velocidad: nuestra oferta enoturística crece al ritmo que nuestros vinos ganan espacios en el mercado”, analiza Baltazar, al mismo tiempo que lamenta las heladas tardías que afectaron la cosecha de este año en un 70%.

La bodega Chico Zossi tiene con capacidad de producción actual de 50 mil litros que esperan llevar a los 80 mil y con viñedos propios de 6 hectáreas. Su producción de divide en Malbec (joven y reserva), Torrontés seco y se enorgullecen de ser los únicos elaboradores de espumante a base de Torrontés.

Los vinos Chico Zossi son colocados principalmente en el mercado interno, pero hacen envíos a todo el país. “Falta mucho trabajo con visión de Ruta del Vino como tal, pero las condiciones están dadas para que Tucumán entre fuerte al mercado, sobre todo remarcando la producción de altura. Además, la gente se está animando a probar otros vinos”, analiza Baltazar.

La bodega ofrece visita y degustación gratis (recomiendan contactar a la bodega antes de ir).

Dirección: ruta 40 Km 4308 – Colalao del Valle

Teléfono: 381 –4778789

La única bodega comunitaria del país y una de las tres que hay en el mundo

La Bodega comunitaria Los Amaichas (a unos 160 kilómetros de San Miguel de Tucumán) es un proyecto único que hay que conocer. Un consejo de ancianos y un cacique toman las decisiones y unas 45 familias de la comunidad se encargar de proveer la bodega.

El proyecto surgió para evitar la venta a bajo precio de las uvas y se convirtió en una forma de trabajo comunitario que comparte beneficios entre las familias. Los vinos de esta bodega se producen sin químicos ni fertilizantes y representan la cultura originaria. La comunidad pudo establecer su emprendimiento en 2016, con una producción anual de 50,000 litros de vino SumajKausay de las variedades Malbec y criolla.

“Antes se elaboraba el vino patero, pero esto nos impedía llegar al mercado. El consejo de ancianos, para proteger la producción, decidió comenzar la cooperativa. Hoy son 45 familias que cumplen con los requisitos que exige el INV para ser productor”, datalla Sebastián Pastrana, administrador de la bodega.

Pese a tener tecnología, el edificio de la bodega mantiene la tradición: “Es un sistema de construcción preincaico: el patrón margarita, que consta de un patio central circular del cual se desprenden recintos circulares simulando una flor”, describe Pastrana.

“Las tierras contaban con cepas criollas únicas de más de 200 años. Si bien en otras zonas son descartadas, aquí se logró rescatar la esencia de este vino que otorga en boca un sabor añejo único y es en lo que nos estamos enfocando”, dice el administrador.

La zona de Cololao del Valle y Amaicha tiene una buena infraestructura turística, además de propuestas bodegueras y gastronómicas. Son muchos los viajeros que eligen la zona como “base” para recorrer Cafayate, Tafí del Valle y centros turísticos más conocidos.

Teléfono: 381-5064029

Dirección: Ruta Provincial Nº 307 kilómetro 115, localidad el Tío/ Amaicha del Valle

Vinos de y altura y de Alta Gama

Las Arcas de Tolombón produce vinos de Alta Gama y ofrece visitas turísticas para conocer su proceso de vinificación. La bodega, ubicada en Campo Ishanka a 1750 m.s.n.m., cuenta con una capacidad de vasija 1.000.000 litros y utiliza conceptos incaicos y diseños espaciales para asegurar una estabilidad térmica óptima. Se abastecen con 33 hectáreas de viñedos a alturas entre 1.750 y 3.000 msnm, cultivando varias variedades, como Malbec, Cabernet Sauvignon, Torrontés, Tannat, PetitVerdot y Cabernet Franc. Su marca “Siete Vacas” ofrece diferentes presentaciones y también producen espumantes y vinos reserva.

Teléfono: 3815464669

Dirección: Ruta Nacional Nº 40 kilómetro 4313/ Colalao del Valle

BODEGAS CON VISITA TURÍSTICA (se pactan previamente con cada productor)

Bodega Río de Arena: gastronomía típica acompañando sus vinos, además cuenta con alojamiento, criaderos de llamas y caballos peruanos. Teléfono: 381-5090665

Finca Albarossa: Hotel boutique con temática del vino y plantación de viñedo. Teléfono: 3838-601786.

Biobodega Luna de Cuarzo: Pequeña bodega familiar donde se elaboran los vinos de altura Faustino del Pozo y Desata. Teléfono: 3814094600

Bodega Vertientes Tintas: Visita a la bodega de una familia de productores caseros. Presentación y degustación de vino. Teléfono: 3816988312

Bodega Altos La Ciénaga: Casona antigua de tradición familiar en su patio con parrales se realiza la degustación de vinos de altura. Teléfono: 3815932161

Finca La Orilla: Pequeña bodega artesanal de herencia y tradición familiar, donde realizan maridajes especiales para cada vino. Teléfono: 3815886261

Finca Viñas del Chañar Teléfono: 3815879440