La primera edición del Concurso Nacional de Vinos Guarda14 dejó más de 70 vinos premiados, pero poco más de una docena recibió la mejor calificación. Un repaso por cada uno.
De los 247 que participaron en la primera edición del Concurso Nacional de Vinos Guarda14, solo fueron 13 los que el jurado calificó con la medalla de Gran de Oro, una distinción reservada solo para aquellos que los expertos hayan considerado que merecen más de 95 puntos. Con varietales como Malbec, Cabernet Franc y Tannat, entre los que se consagraron como los mejores vinos del país encontramos grandes bodegas o proyectos de autor, los cuales hoy vamos a repasar uno a uno.
Siguiendo con la lista en la que fueron publicados, el primero es Gran Famiglia Malbec 2020 de Bodegas Bianchi, que también se anotó con Particular Malbec 2019. “Lo que debo destacar es la seriedad y el formalismo con el que se llevó adelante el concurso, a través de la presidencia de Cristina Pandolfi. El hecho de que Argentina recobre una competencia como esta le va a hacer bien a la industria”, sostuvo Silvio Alberto, Chief Winemaker de la bodega, quien también fue uno de los jurados del certamen. Aunque bien cabe aclarar que ni él ni ninguno de los otros expertos involucrados formaron parte de las comisiones que juzgaron sus vinos, eso gracias al trabajo de la escribana Silvia Cervós.
Respecto a los vinos premiados por la bodega, Alberto comentó: “Mostramos los dos terroir, San Rafael y Valle de Uco, en los que la bodega trabaja y la potencialidad que tienen. Estamos muy contentos con los resultados, con esto se evidencia el crecimiento de la oferta de Bianchi”.
El segundo en la lista es Victorio Altieri Gran Reserva 2020, un 100% Malbec elaborado por Bodega Vinorum proveniente de Perdriel, con altitud media de 850 msnm, y Agrelo con un promedio de 960 msnm. Se trata de un vino que pasa 15 meses en barricas de roble francés, tostado medio y 12 meses en botella antes de salir al mercado. “Nos llena de orgullo haber ganado Gran Oro con este vino en un concurso que fue una gran ‘cata a ciegas’ y respetó las reglas de la OIV con toda la transparencia y la excelencia del jurado. Este tipo de reconocimientos son un gran estímulo para seguir trabajando en lo que más nos gusta hacer: vinos que trascienden y que dejan huellas memorables en nuestros consumidores”, dijo Cecilia, Buj, dueña de la bodega.
El primer Cabernet Franc en aparecer es Aduentus Cabernet Franc 2018 de Bodega Antigal. Elaborado 100% con uvas de este varietal que provienen del Valle de Uco, pasó 14 meses en barricas de roble francés y americano y su potencial de guarda es de ocho años. “Es una de las sorpresas de nuestro porfolio. Esta añada particular presentó una concentración y fineza absoluta, lo cual no enorgullece. Tiene unas notas muy particulares que pertenecen a nuestra finca y el concepto de la línea”, describió Miriam Gómez, enóloga de Antigal.
Apartado Gran Malbec 2018 y Rutini Single Vineyard Malbec 2018 de Rutini Wines fueron los dos vinos elaborados por Mariano Di Paola que alcanzaron la máxima distinción. “Es para destacar la seriedad y el trabajo de Cristina Pandolfi. Nunca supimos qué vino estábamos probando y tenía la seguridad de que no había vinos míos en la mesa”, resaltó el enólogo que fue otro de los jueces. “Estoy seguro de que el año que viene la cantidad de muestras puede ser muy superior. Esto le da un prestigio a Mendoza que se había perdido”, opinó el afamado enólogo.
“Son dos vinos que nos han dado muchas satisfacciones. Nos motiva a seguir trabajando con el compromiso de hacer las cosas mejor. No es un trabajo personal, hay mucha gente comprometida con la bodega, la marca y con la calidad”, declaró Di Paola.
Trapiche se metió entre los mejores con dos de sus más destacados vinos: Iscay Malbec Cabernet Franc 2020 y Terroir Series Finca Ambrosia Malbec 2020. El primero se trata de un blend de Malbec y Cabernet Franc. “Es un reflejo de lo que trabajamos durante años. Tenemos que cuidar ese legado. Desde 1883, hemos visto la exploración de la tierra y sus recursos naturales como una puerta abierta a nuevos desafíos y avances”, planteó Marcelo Belmonte, Director de Viticultura y Enología de Grupo Peñaflor.
“Para nosotros es un gran orgullo poder haber estado en esta primera edición del concurso, y con estos vinos que representan lo más destacado de la bodega. Ciertamente el panel de degustadores tuvo un enorme prestigio y que las muestran haya sido ponderado por ellos, nos enaltece”, declaró Belmonte.
En tanto, la línea Trapiche Terroir Series “resume la riqueza y la diversidad del suelo argentino, a través de los productores que la cultivan”. “Cada vino que compone esta serie está elaborado con uvas de una finca única, mostrando en la etiqueta el nombre a quien pertenece. Muestra la verdadera identidad de los vinos argentinos, de la mano de sus hacedores”, ponderó el hacedor de vinos.
El recorrido de los más destacados vinos del país nos lleva una vez más al Valle de Uco, desde donde nace Doña Paula Altitude Series 1350. “Es muy especial para nosotros. Proviene del viñedo Alluvia de Gualtallary ubicado a 1350 msnm, que tiene suelos aluviales, pedregosos y con alto contenido de calcáreo. Es un blend de Malbec y Cabernet Franc, con un toque de Casavecchia, una variedad que introdujimos de Italia”, relató Martín Kaiser, director Vitícola y Enológico de Doña Paula.
La historia de Luis Marcelino Bonino Franceschini 2020 es bastante diferente a la de los demás. Se trata de un vino de autor de Martina Álvarez Bonino, un blend de Malbec, Cabernet Franc y Merlot del cual elabora, con el asesoramiento de Héctor y Pablo Durigutti, una partida limitada de 1.200 botellas.
Se trata de un homenaje al abuelo materno de Martina que nació en un redescubrimiento de su pasión por la vitivinicultura durante un viaje por Galicia que la llevó a cambiar toda su vida. “Fue hace seis o siete años y en todas las esquinas veía a mi abuelo en la viña. Ahí empecé a replantearme muchas cosas porque no me dedicaba al vino. En medio de la pandemia me anoté en Enología y hoy estoy cursando la carrera con 49 años”, recordó Álvarez Bonino. “Nunca se me ocurrió que iba a ganar un premio. Lo bueno del concurso es que fue accesible para los pequeños productores”, argumentó.
El primer ejemplar fuera de Mendoza en aparecer en la lista fue el salteño Tordos Microvinificación Cabernet Franc 2020, de Tordos Wines. “Es el mimado, el ícono del proyecto. Fermenta en tanque de acero inoxidable con un 5% de racimo entero se descuba antes de que termine la fermentación y pasa barricas de roble francés. La idea es mantener frescura que combine con las notas herbales y florales del vino”, detalló Máximo Lichtschein, uno de los propietarios del proyecto que tiene siete años del que también participan Diego Goico y Francisco “Paco” Puga.
El único vino que escapa a las variedades o a la combinación de Malbec y Cabernet Franc es el Siete Vacas Tannat Reserva, elaborado por Las Arcas de Tolombón de Tucumán. Proveniente del Valle Calchaquí, se elaboran solo 2.500 unidades que pasan nueve meses en barricas de roble francés y nueve meses en botella antes de salir al mercado. Su potencial de guarda es de 10 años.
“Paco” Puga, el Enólogo del Año, según Tim Atkin, también anotó uno de sus vinos entre los mejores. Se trata de Corte Clásico 2020, un ejemplar de su proyecto Francisco Puga y Familia. “Cuando llegué en 2001 a Cafayate ya sonaba el Malbec, pero lo que predominaba en la zona era el Cabernet Sauvignon, en parrales viejos que se entremezclaban con Malbec y Tannat. En ese momento se cosechaba todo junto y se embotellaba. Traté de hacer una reversión de eso, pero cosechando cada varietal en su momento, completando el trabajo con barricas de roble francés durante 12 o 14 meses para bajar la intensidad. Reversionamos ese viejo clásico con una impronta personal de frescura y elegancia, con mucha ‘bebebilidad’ de los vinos, que es lo más importante”, completó el experto que también formó parte del jurado del certamen.