Pamela David pasó de la tele al mundo vitivinícola: cómo son sus vinos y cuánto salen

El mundo del vino sigue sumando reconocidas figuras a sus filas. Así como en el último tiempo pudimos ver presentaciones como las de Ciro, Rolando Schiavi, Marcelo Gallardo, entre otros, Pamela David también anotó su nombre a finales de 2021 con su línea MEL. Pero la conductora va un paso más allá y durante una charla con Los Andes reconoció que quiere dedicarse de lleno al mundo del vino y planea hacerlo con mucha seriedad.

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La conductora contó que el proyecto nació de su estadía en Mendoza durante la pandemia, pero también se convirtió en la excusa para siempre tener un motivo para volver, arraigarse. “Es tener algo mío propio, porque si bien estoy casada con un mendocino, tengo una hija que pasa mucho tiempo ahí y una parte mía está en la provincia, esto es una elección de echar raíces. Es lo mismo que me pasa con Santiago del Estero, si bien no nací, crecí ahí y siempre vuelvo. Con Mendoza quiero tener también esa conexión por siempre”, dijo.

“Me pasó que en pandemia veía justo en 2019 de dejar de trabajar con la decisión de elegir cada cosa que quería hacer y cada proyecto que iba a encarar. Me puse firme, pero llegó la pandemia y nos demostró que no somos nada, que por más que quiera tener la libertad no es algo que siempre tenés y no solo depende de vos todo lo que quieras hacer. Eso para mí también fue un aprendizaje”, destacó.

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Fue en medio de todo eso que la también modelo sintió la necesidad de desarrollar otro perfil más allá del artístico: “Más crecía la idea en mí de tener otro fin, que no sea solo la televisión, que si bien me gusta, me apasiona y lo hago con responsabilidad, el día de mañana yo quiero manejar mi empresa, jugármela, invertir y crecer. Por supuesto ir de a poco, pero que en el futuro sea lo mío”, reveló.

Así, con asesoramiento previo, comenzó a darle forma a MEL (Mi Espíritu Libre) una líena de dos vinos compuestos por un rosé y un espumoso rosé elaborados junto a la bodega Píccolo Banfi. “Conocía a Diego Banfi, dueño de la bodega, y él fue súper generoso a la hora de contarme todos los secretos del camino del vino y cuáles eran mis opciones. Me contó cuáles eran los caminos que tenía para empezar, entre los que estaba el que elegí”, destacó.

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Fue así que llegó a Gustavo Ozamis, el enólogo que hace el vino, quien trabaja en la bodega de Banfi. “Él pudo interpretar todo lo que yo le contaba, por qué elegí un rosé y lo que me gustaba. Yo estuve en la prueba de las bases y para cada uno definimos según lo que más me gustó”. Y la elección del estilo no fue casual, sino que habla mucho de los gustos personales de Pamela.

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Como dijimos, MEL está integrada por dos vinos, ambos rosé, pero en diferentes estilos. “En los últimos viajes que hice siempre probé distintos tipos de rosé, no por un tema de consumo, sino por lo que me transmiten o porque me llevan a pensar en la libertad, algo que se relaciona con MEL. Me lleva al disfrute y no necesariamente relacionado con un festejo, sino que puedo disfrutar hoy y sola. Era algo que me venía pasando de introspección”, argumentó sobre la elección que realizó.

A partir del trabajo conjunto con el enólogo definieron los cortes: el rosé, elaborado con 60% Malbec y 40% Pinot Noir, y el espumoso, de 50% de Malbec y 50% de Pinot Noir. “Muchas personas pueden pensar que el rosé es un vino dulce, pero no. O que se trata de un estilo suave, pero el mío no. Está la idea de que es un vino femenino, pero tampoco. MEL tiene personalidad, presencia y un montón de cosas que lo hacen un vino para todos, algo que me identifica”, describió.

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Para el diseño del packaging trabajó con el estudio Amaya-Pulenta: “Ellas no solo me ayudaron con la imagen y el diseño, sino que también estuvieron en la búsqueda del nombre y la identidad de la marca. No fue fácil, pero ellas estudiaron el significado de mi nombre y ‘MEL’ está incluido en Pamela o en mi apellido podemos encontrar ‘Vid’ y todo se relaciona”, describió sobre la imagen de sus vinos.

La producción inicial fue de 7.000 botellas del rosé y 8.000 del espumoso. “No se si se dicen los números, pero este año vamos por más”, anticipó. “La venta ha sido muy buena. El vino está en las vinotecas más grandes del país y hoy a diario hablo con distribuidores de todo el país. Las redes sociales aún y hoy tengo contacto directo con gente del mundo del vino y es un trabajo que estoy haciendo yo personalmente. Estoy muy contenta con la recepción, ambos vinos son exquisitos y mi idea es que lo prueben, porque seguro lo vuelven a elegir”, ponderó David.

Al mes de marzo de 2022, el precio de los vinos de Pamela David es $2.300 para el rosé y de $1.950 para el espumoso.

De la tele a la bodega

Como lo dejó ver durante la charla con Los Andes, el proyecto vitivinícola de Pamela David promete mucha seriedad y ella está muy presente para garantizar el crecimiento de su empresa. “Estoy muy conforme con el resultado y muy metida. Si bien terminé hace una semana con las grabaciones de ‘La ruleta de tus sueños’, no tengo apuro en lo que viene. Hoy estoy con MEL, que es algo chiquito y lo hago a pulmón, hablando con vinotecas del país, conociendo personas maravillosas, como Euge Muzaber, que me ha conectado con distintas personalidades del mundo del vino. Me estoy metiendo de verdad en esto, al principio con mucha sorpresa, pero ahora con mucho gusto. Creo que el camino es por acá, estoy muy contenta con esta empresa que comenzó de a poco pero que la miro con crecimiento año a año”, aseguró.

Sin dudas, la esposa de Daniel Vila respondió que se ve progresando en la industria vitivinícola. “Me veo en el futuro dedicada al mundo del vino. Creo y estoy segura de que lo voy a hacer, porque en mi vida me he manejado así con todos mis sueños, yendo de a poco a más. El día de mañana quiero que sea mi empresa, pero no tan mañana. Estoy tan metida que no creo que pase demasiado para que esto suceda”, afirmó.