Numerosos estudios han demostrado que las personas que hacen ejercicio regularmente también tienden a beber alcohol con moderación.
El vínculo entre el ejercicio y el consumo moderado de alcohol no parece ser una mera coincidencia, según dos nuevos estudios que arrojan luz sobre esta relación.
Tanto el alcohol como el ejercicio desencadenan la liberación de sustancias químicas en el cerebro que generan sensaciones placenteras, lo que podría explicar por qué estas actividades parecen complementarse entre sí.
El profesor J. Leigh Leasure, de la Universidad de Houston y director del Laboratorio de Neurociencia Conductual, lideró un estudio exhaustivo que examinó investigaciones previas para comprender esta conexión entre el ejercicio y el consumo de alcohol.
Descubrieron que la correlación entre ambas actividades ha sido evidente durante décadas, sugiriendo que las personas que se ejercitan tienden a adoptar otros comportamientos saludables, como una alimentación adecuada y evitar el tabaco, además de moderar su consumo de alcohol.
A pesar de que el consumo regular de alcohol no se consideraba tradicionalmente como un comportamiento saludable, estos estudios han demostrado repetidamente que aquellos que beben de forma moderada suelen estar más activos físicamente. Sin embargo, gran parte de la evidencia se basaba en datos estadísticos a largo plazo, lo que planteaba ciertas limitaciones.
Para abordar este problema, un segundo estudio realizado en la Universidad Estatal de Pensilvania adoptó un enfoque diferente. Durante tres semanas, se pidió a 150 adultos de diferentes edades, géneros y niveles socioeconómicos que registraran diariamente su consumo de alcohol y su actividad física utilizando una aplicación móvil.
Los resultados mostraron que los bebedores moderados tendían a hacer más ejercicio que los abstemios, incluso aquellos que consumían alcohol en exceso mostraban una mayor actividad física, lo que sorprendió a muchos.
Los investigadores encontraron una posible explicación psicológica para este fenómeno, basada en estudios con roedores. Descubrieron que los roedores, al igual que los humanos, buscan un equilibrio entre el ejercicio y el consumo de alcohol.
Cuando se les proporcionaba acceso regular al alcohol, aumentaban su actividad física de manera constante. Esto sugiere que existe una especie de compensación hedónica, donde el ejercicio y el alcohol se complementan entre sí para proporcionar un equilibrio psicológico.
Lo cierto es que estos estudios revelan una conexión significativa entre el ejercicio y el consumo moderado de alcohol, lo que sugiere que estas actividades pueden influirse mutuamente.