Queso y vino, el maridaje por excelencia

Queso y vino, el maridaje por excelencia
El vino y el queso es uno de los maridajes más aclamados.

Ambos productos comparten la versatilidad de sabores y formatos. Por eso, hay muchas combinaciones para recomendar.

Prácticamente todos alguna vez probamos un queso cuyo sabor convenció a nuestro paladar. Sucede que hay tantas opciones que hasta las personas intolerantes a la lactosa pueden compartir ese placer.

Algunos aficionados llevaron su gusto más allá e instauraron el primer día de los amantes del queso. Fue en Estados Unidos, país que cubre prácticamente todos los elementos populares de la gastronomía en su calendario. Sin embargo luego se internacionalizó y quedó fijado en el 20 de enero. Cada vez que se cumple este día se renueva la oportunidad para celebrarlo degustando.

Hay cerca de 2.000 variedades distintas de quesos. (Gentileza)
Hay cerca de 2.000 variedades distintas de quesos. (Gentileza)

Hay cerca de 2.000 variedades de queso disponibles en todo el mundo con infinidad de formatos y usos. El vino es un producto que comparte con el queso esta característica. Ambos cuentan con una variedad de sabores y formas tan extensas que es difícil pensar en que a alguien no le guste. A veces, simplemente no han descubierto su formato preferido.

Por este motivo y por otros más técnicos que se relacionan con las propiedades organolépticas de cada componente, es que se considera uno de los maridajes más recomendados.

Y ante tantas opciones es difícil acortar en un listado las mejores combinaciones. Hay muchas formas de maridarlos pero en las siguientes líneas te proponemos algunos, atendiendo a criterios de precios y disponibilidad.

Quesos azules

No existe una única combinación perfecta para estos quesos picantes, potentes y aromáticos. Por un lado puede optarse la opción “contraste” que implica suavizarlos con un vino dulce como un Torrontés o Chenin, otorgándole todo el protagonismo al queso. O también se puede optar por un vino de taninos presentes y textura astringente, como el Cabernet Sauvignon.

Queso Brie o Camembert (quesos cremosos y grasos)

Este tipo de queso es de los más aptos para seguir la lógica: vinos blancos. Un Chardonnay con paso por barrica es una opción potable. Un Sauvignon Blanc no se queda atrás. También se puede optar por tintos jóvenes de Malbec. También si tenés un Pinot Noir, adelante.

¿Qué quesos se pueden freezar y cuáles no?
¿Qué quesos se pueden freezar y cuáles no?

Cheddar, Gruyere o Edam (cáscara colorada)

Si estos vinos alcanzaron su madurez, tienen una potencia interesante. Su textura y sabor retumba en el paladar por unos segundos. Aquí lo recomendable es tener un vino a la altura de su potencia. Un Cabernet Sauvignon o Syrah pueden ser las opciones. No deben descartarse los vinos blend que se producen con uvas tintas. Un Malbec con barrica también es una opción.

Queso de cabra

Todos los formatos de queso de cabra tienen un sabor muy particular, distinguible a la distancia por su intensidad. Una buena opción para estos vinos son los blancos como el Sauvignon Blanc o, si consiguen, un buen Pinot Gris.

Queso Parmesano, Reggianito, pagano. Quesos duros

Por último, los quesos de las pastas. Se caracterizan por su textura escamosa y su sabor picante. Un trozo de este queso no se le niega a nadie más allá de que la costumbre invita a rallarlos. La mejor combinación para estos quesos son los vinos de taninos pulidos y buena acidez, como el Merlot. También un buen Malbec.

Vos, ¿cuál opción preferís?

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