Tiempo de cambios: importantes bodegas renuevan su imagen y presentan nuevos vinos

Tiempo de cambios: importantes bodegas renuevan su imagen y presentan nuevos vinos
Varias bodegas apuestan al cambio y a la renovación con nuevos vinos. Foto: Ignacio Blanco / Los andes

Empresas como Dante Robino, Viña Cobos, Trapiche o Durigutti Family Winemakers han apostado por propuestas innovadoras para conquistar a los amantes del vino y nuevos consumidores.

“Cambia, todo cambia”, reza el estribillo de la popular canción que ha interpretado Mercedes Sosa. Y el mundo del vino no es ajeno a esta afirmación que se presenta como una norma de la vida misma. Año a año las bodegas se renuevan, no solo con las añadas, sino que apuestan por nuevos productos y hasta modifican su imagen por completo para lograr conquistar al consumidor. Dante Robino, Viña Cobos, Trapiche o Durigutti Family Winemakers, solo por nombrar algunas, son las empresas que en los últimos meses han presentado o presentarán novedades que prometen sacudir el mercado.

Un nuevo universo

La llegada de Quilmes a la centenaria bodega Dante Robino ya prometía hace más de un año que las cosas iban a moverse un poco. Sin embargo, el impacto en la bodega ha sido a escala galáctica. Con el objetivo de convertirse en una de las diez empresas más importantes del país para fin de año, han logrado crecer siete veces en volumen en comparación a cuando arribaron y hace tan solo unos días, presentaron al mundo su nueva imagen inspirada en su lema “Vamos a Marte y amarte” y con el universo como leitmotiv.

Nicolás Bruno, gerente general de la bodega contó que el cambio en siete de las líneas nació en la búsqueda de algo que identifique a todos los vinos que elaboran. Eso fue la letra “R” enmarcada por un círculo que ahora se presenta en todos los envases. A eso lo acompañaron con la temática de la luna, las estrellas y los planetas en representación a su ambición de llegar “a Marte” y su vista puesta en el cielo.

“Cada línea tiene algo que ver con el universo: Novecento con los planteas; Capriccio con las constataciones; Novecento Raíces con las fases de la Luna; Dante Robino con las órbitas; Dante Robino Legado con las fórmulas de la Gravitación Universal de Kepler; el Gran Dante con pinturas clásicas de los astrónomos; y Biografía mantiene su etiqueta original, aunque con la nueva añada puede haber algún cambio”, contó Bruno.

Bodega Dante Robino, en Mendoza. (Foto: Dante Robino).
Bodega Dante Robino, en Mendoza. (Foto: Dante Robino).

A eso se le suma la expectativa de un nuevo lanzamiento que llegará el próximo mes, una línea de vinos compuesta por cuatro varietales y dos espumosos. “También tiene que ver con la mirada al cielo y está vinculada de una forma muy disruptiva. Estamos con muchas expectativas porque, la verdad, van a ser únicas estas etiquetas”, anticipó el referente de Dante Robino.

“Vamos a terminar el año con casi 17 millones de botellas y el objetivo es llegar a Marte. Invertimos bastante desde que empezamos y como estamos aumentando también las variedades y vinos nuevos, estamos alquilando otras instalaciones”, detalló Bruno.

Una de las grandes preguntas es qué pasará con 2020 LPQTP, el vino espumoso que rompió el mercado el año pasado, aunque por ahora es una incógnita, ya que como lo contó el propio Bruno, aún no han decidido que hacer con esta línea, por lo que habrá que esperar.

La picardía del enólogo

Siempre se dice que los enólogos suelen guardarse algunas “joyitas” que detectan en las cosechas. Más allá de la tradición de una bodega como Trapiche, Sergio Casé y Germán Buk se tomaron la libertad de hacer algo “divertido o fuera de lo clásico” y sin pedir muchas autorizaciones en 2018 comenzaron a darle vida a cuatro vinos blancos y un tinto que en poco tiempo se convertirá en la máxima novedad de la empresa.

Con una producción limitada de entre 1.500 y 2.500 botellas de cada uno, los enólogos embotellaron y decidieron presentar el producto en la empresa. “Cuando empecé a hablar con los chicos de marketing de esta idea, a una empresa como Trapiche que tiene un montón de productos ya, le estábamos metiendo de golpe cinco nuevos vinos. Tuvimos que insistir un poco, pero se registró”, relató Sergio Casé.

Así nació Trapiche Lateral. Aunque registraron la marca y tenían ya todo listo para salir al mercado, algunos inconvenientes con la patente le impidieron hacerlo. Eso fue hasta mediados de este 2021, cuando todo se liberó, por lo que la idea es salir ahora “con los tapones de punta”.

“El nombre de Trapiche Lateral hace referencia a que, si bien la bodega tiene algo fijo en su estructura de vinos, tenemos un pensamiento lateral y otra manera de hacer las cosas que queremos mostrar”, explicó el enólogo.

Bodega Trapiche.
Bodega Trapiche.

La línea está integrada por un Chenin, “elaborado como un típico Chenin sudafricano, con mucha crema y peso de boca”, conforme a la descripción de Casé. Un Viognier y dos Semillón, uno de los cuales fue criado en ánforas que después de la maceración y la fermentación quedó con pieles durante 12 meses. Y un GSM (Garnacha, Syrah y Mourvèdre), el único tinto.

La añada que saldrá es la 2020. “Decidimos fraccionarlos turbios, sin procesos de filtrado ni clarificación, para conservarlos lo más natural posible, como si estuviesen tomándolo del tanque o del barril”, anticipó Casé.

“Han quedado vinos muy buenos, muy frescos, muy tomables, ideales para el verano. Saldrá al mercado en la brevedad a un precio de $1.700, manteniendo las partidas limitadas con las que comenzaron, sin superar las 2.500 botellas de cada variedad”, completó el experto.

El “Vinculum” con el productor

Desde que nació hace 20 años, Viña Cobos, al no contar con viñedos propios para elaborar sus vinos, siempre tuvo una estrecha relación con los productores. Hoy en día son más de 40 los productores externos con los que trabajan y alimentan cada una de sus líneas. Así decidieron crear una línea exclusiva que honre ese trabajo, Vínculum, integrada por dos de los varietales más representativos: Viña Cobos Vinculum Chardonnay 2020 y Viña Cobos Vinculum Malbec 2018.

“Cada uno en su zona, en su terroir, con su historia, aporta no solo a Viña Cobos, sino a la provincia, por brindar calidad. Vínculum viene a honrar eso”, sostuvo Andrés Vignoni, enólogo de Viña Cobos.

A eso se le sumó una nueva imagen para lo que se conocía como Bramare Vineyard Designate, que renueva su nombre y su etiqueta bajo el nombre “Viña Cobos”. “Había una confusión de conceptos entre Bramare Appellation y Bramare Vineyard Designated. Por lo que decidimos mantener Bramare Appellation y transformar la segunda en Viña Cobos Chañares Estate (Malbec y Cabernet Franc), Viña Cobos Zingaretti Estate (Malbec y Chardonnay) y Viña Cobos Marchiori Estate (Malbec y Cabernet Sauvignon)”, detalló Vignoni.

Viña Cobos.
Viña Cobos.

“El salto entre el que tomaba uno y otro vino era muy alto, pasábamos de 40 dólares a vinos de 100 dólares. Vínculum viene un poco a solucionar esto y nos da la oportunidad de incluir algunos productores sobresalientes que no podíamos seguir incorporando a otras líneas.

Hoy el portfolio es mucho más lógico y los saltos de calidad van acompañados con saltos de precio correspondientes”, argumentó el enólogo.

Sobre lo que se viene para la bodega, Vignoni anticipó: “Estoy muy contento con el portfolio que tenemos con vinos muy refinados que son muy difíciles de lograr. Por supuesto, siempre estamos en la búsqueda de alguna nueva joyita, con la exploración de zonas, pero creo que cada día estamos más sólidos”.

De Mendoza a España

Desde hace cinco años, Durigutti Family Winemakers comenzó un trabajo rebranding acorde a la evolución que la empresa familiar ha tenido en el mercado en sus casi 20 años. Actualmente cuentan con 14 marcas de las que se desprenden alrededor de 30 líneas y aproximadamente 65 etiquetas de diferentes zonas de Mendoza, Argentina y hasta España.

Dentro de este amplio porfolio, uno de los últimos lanzamientos se dio en línea Durigutti Pie de Monte, que desde 2020 se renovó. Se trata de una trilogía de Malbecs que reivindica el trabajo de pequeños productores de los Andes, con quienes mantienen una relación “codo a codo”.

Los hermanos Héctor y Pablo Durigutti amplían una línea de vinos que reivindica a Rivadavia como zona productiva.
Los hermanos Héctor y Pablo Durigutti amplían una línea de vinos que reivindica a Rivadavia como zona productiva.

“La bodega nació con la filosofía de hacer vinos del lugar. Dentro de esto está el concepto de hacer vinos de finca, como lo hacemos con Finca Victoria y estas de pequeños productores. Las etiquetas reflejan eso: la identidad del viticultor, alguna particularidad del terroir y la labor que más distingue a ese viñedo. Si bien hay un concepto que los une, cada vino cuenta su propio relato que marca la diferencia entre ellos”, consideró Carina Valicati, directora de Marketing y Comunicación de la bodega de los hermanos Héctor y Pablo Durigutti. En esta línea incorporaron la ilustración a la etiqueta, algo disruptivo en la bodega.

“Antes las etiquetas eran bastantes textuales, con otro concepto. Ahora abrimos el juego”, destacó Valicati.

Y lo más reciente de los Durigutti llega del otro lado del Atlántico. De Rivadavia, Mendoza, a Ribadavia, España, más precisamente desde Ribeiro, en la región de Galicia han desarrollado el mismo concepto que en nuestro país, trabajando con pequeñas aldeas, en colaboración, uvas típicas de la zona, interpretando el origen, pero con la mirada de alguien que viene de afuera.

Así nació Raíces del Miño, en referencia al río que recorre la zona, una línea compuesta por dos blancos, todos identificados con la D.O. Ribeiro. Este año llegará al país la segunda añada de Raíces del Miño Treixadura y Raíces del Miño Cepas Autóctonas, ambos de la cosecha 2018. Pero la novedad pasa por la incorporación de un tinto que desembarcará en Argentina para el mes de noviembre: Raíces del Miño Tinto Galaico 2018, un blend de uvas tintas características de ese lugar por el que habrá que esperar un poco.

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