Angélica, Cocina Maestra, una de las experiencias enoturísticas más reclamadas de la provincia con una nueva apuesta arquitectónica, los vinos más premiados y gastronomía con identidad nacional.
Con una impronta medieval que remonta a un borgo italiano estrechamente vinculado con sus raíces, la familia Catena Zapata sigue escribiendo su historia y la del vino argentino y antes de que termine este 2022 completó uno de los grandes anhelos de los amantes de la bebida y gastronomía mendocina: su propio restaurante. Emplazado en Agrelo, en la misma finca en la se encuentra su mítica bodega La Pirámide, abrió sus puertas el exclusivo Angélica, Cocina Mestra.
Considerada la mejor bodega de Argentina y la novena del mundo, de acuerdo al último ranking de los World’s Best Vineyards, Catena Zapata tiene por fin su espacio gastronómico que, si bien no es ni el primero ni el último de la provincia, por la calidad de sus vinos y la comida, la imponente arquitectura y paisajismo, la historia y el servicio, promete convertirse en uno de los indispensables del enoturismo de Mendoza.
“Ha sido un proyecto muy grande que nos demandó casi cuatro años y que no se detuvo ni durante la pandemia. Es un lugar nuevo para mostrar nuestros vinos y la cultura mendocina a quienes nos visitan”, comentó a Los Andes Alejandro Vigil, director de Enología de Catena Zapata, y parte importante del proyecto, ya que la gastronomía y el servicio están a cargo de un equipo del Universo Vigil, con Iván Azar a la cabeza.
Angélica, Cocina Maestra está inspirado en Angélica Zapata, la madre de Nicolás Catena Zapata y los guiños a su historia no solo se ven en el nombre (que combinan la profesión de la mujer -maestra- y una de sus otras pasiones -la cocina-), si no también en el salón, donde en cada mesa se puede encontrar un tintero, una pluma y un auto de colección, que proponen un viaje a la infancia o aquellos tiempo en los que Angélica trabajaba en escuelas rurales.
El reflejo del alma, la cuna de los destilados y una vista completa
Pese a que hoy se ha convertido en el espacio donde Catena Zapata puede mostrar sus premiados vinos en compañía de platos con una fuerte impronta nacional, Angélica tuvo una génesis diferente. “La construcción no nace netamente como un espacio gastronómico, sino que se da por la necesidad de la destilación. Veníamos haciendo los destilados y necesitábamos un lugar físico que nos permitiera mostrar el trabajo. A partir de ahí se construyó un proyecto que tiene este lugar y se le sumó un espacio gastronómico, un ámbito de degustación, un wine shop y un ecosistema mucho más amplio que la comida y el vino”, relató Vigil.
Ubicado a pocos metros ingreso principal de la bodega, al cruzar el umbral construido, al igual que el resto de la estructura, de calicanto (piedras cortadas a mano) y ladrillos artesanales que da la bienvenida a este paraíso medieval italiano edificado en las cavas recuperadas de la antigua bodega de 1920, que coronan el imperio que comenzó Nicola Catena en 1902 con apenas 10 hectáreas, los visitantes podrán sumergirse en un intrigante viaje en el que el vino, la cultura y la historia tienen un lugar protagónico.
Y es ahí mismo donde comienza el recorrido por un pasillo subterráneo en el cual en las paredes se pueden observar distintas piezas artísticas elegidas por la familia, y que conduce a la base de la torre en la que se encuentra la Sala del Espejo, donde la principal atracción es la piedra obsidiana negra iluminada por la de la luz natural que llega desde la cima en la que es posible encontrar “el reflejo del alma”, un desafío para los comensales.
Con esa carga energética, el siguiente paso es la destilería, donde espera una muestra de Vincenzo, el vermú rosso de la casa, que es solo un adelanto de los destilados como brandy y grapa que pronto verán la luz en el mercado. El alambique, los barriles y los botánicos comparten el espacio con un wine shop en el que se pueden encontrar algunas botellas especiales de los grandes vinos de la familia.
Al salir, la construcción completa se puede apreciar en todo su esplendor: galerías con aberturas en forma de arcos que dan una panorámica de los viñedos, una fuente como centro del patio interior, escaleras, olivos y caminos empedrados que completan una auténtica muestra del Viejo Mundo.
Qué vinos tomar y qué comer en el restaurante de Catena Zapata
El impacto arquitectónico no queda atrás al ingresar al salón preparado para recibir a más de treinta personas. Es que en cualquiera de las ubicaciones que se elijan se tiene una postal digna de un cuadro, pero, sin dudas, la más privilegiada de todas es con vista hacia al Este, donde la estructura de La Pirámide emerge entre los viñedos.
Al sentarse, la mesa ya está preparada con casi una decena de copas, elegidas específicamente para cada estilo y varietal, que poco a poco se irán llenando con ejemplares de las líneas DV, Angélica o Sanit Felicien, en cada uno de los pasos del menú degustación que acompaña a todas las opciones de maridaje.
Con opciones vegetarianas y libres de gluten, en la gastronomía encontramos platos diseñados por Iván Azar (responsable también de la cocina de Casa Vigil Bodega El Enemigo) para acompañar al vino con una identidad local, con productos de su propia huerta, hortalizas y carnes locales.
En cada paso encontramos diferentes combinaciones donde se resaltan dos ingredientes principales que pueden complementar o contrastar con las cualidades del vino elegido para ese paso. En cada uno de los platos, el equipo despliega diferentes técnicas culinarias, texturas, cocciones y presentaciones. Así, encontramos los binomios de olivas y levadura; salmorejo y espárragos; alcaucil y menta; trucha y ricota; cerdo y manzana; molleja y coliflor; flat iron y pan; quesos y dulces; té helado y membrillo; y el cierre con naranja y dulce de leche.
Por caso, en el Maridaje Menú, el sugerido por la casa, los vinos seleccionados proponen de la mano de un equipo de capacitados sommeliers un viaje por líneas históricas de la bodega: DV Chardonnay Chardonnay, Angélica Chardonnay, DV Nature, DV Blanco Histórico Semillón Chenin, DV Garnacha Apelación Lunlunta, Angélica Cabernet Franc, Angélica Malbec y Saint Felicien Doux.
Cuándo ir y cuánto sale comer en Angélica, Cocina Maestra
Las puertas de Angélica, Cocina Maestra ya están abiertas al público y se puede visitar el espacio de lunes a sábados al mediodía, siempre con reserva previa. Cabe aclarar que se trata de un espacio que funciona de manera independiente a las visitas a La Pirámide y, por el momento, el almuerzo incluye el recorrido sin costo por la destilería y el wine shop.
El costo del menú al mes de diciembre de 2022 es de $30.000 por persona y sin vinos. Para el maridaje se ofrecen al menos seis opciones que combinan todas las líneas de la bodega. En cuanto a los valores, encontramos tres alternativas por $15.000 cada una: Angélica, Degustación Domingo Vicente y La Familia Unita (con etiquetas de los proyectos familiares por fuera de Catena Zapata); el sugerido, Maridaje Menú a $23.500; el siguiente es un Paseo por Catena de $40.000 y, la estrella de la carta, la vertical de Estiba Reservada desde 2006 a 2013, llamada Escalera al cielo, por $700.000.