Provenientes de distintas regiones de Mendoza y de Chubut dieron origen a algunos de los vinos más destacados de la vitivinicultura nacional.
La segunda edición del Concurso Nacional de Vinos Guarda14, dejó varias sorpresas entre sus ganadores. Es que, de acuerdo al jurado integrado por 54 profesionales, entre ellos enólogos, sommeliers, ingenieros agrónomos y periodistas especializados, liderados por Cristina Pandolfi, ubicó a vinos de Ancellotta, Pinot Noir y Bonarda entre los mejores del país.
Estas cepas “poco convencionales”, se ganaron un espacio entre los Malbecs y blends de blancos y tintos que ganaron la preciada Medalla Gran Oro, es decir, que obtuvieron más de 95 puntos de acuerdo a los expertos, un privilegio reservado para solo 18 vinos de los más 380 que se presentaron desde todo el país el pasado 8 de septiembre.
Otro detalle que no ha pasado desapercibido es la diversidad del certamen. Es que entre los 18 mejores vinos del país encontramos representantes de distintas regiones de Mendoza, Salta, Jujuy, La Rioja y Chubut. Incluso, el Pinot Noir, uno de los vinos de los que hablaremos hoy, es de Gaiman, una de las zonas más noveles de la vitivinicultura argentina.
Una profunda exploración
En el año 2019, Emilio Abrahan y Analía, después de haber trabajado en algunas bodegas de la provincia, decidieron que era el momento de darle forma a su proyecto personal, Pócima, una bodega boutique que se caracteriza por el desarrollo de variedades poco convencionales como varietales puros. Así iniciaron un camino de búsqueda estratégica que derivó ahora en uno de los mejores vinos del país: Pócima Ancellotta Partida Limitada 2021.
La bodega tiene 15 vinos en total, de los cuales 11 son de variedades puras en partidas limitadas. Su producción total asciende a unas 13.000 botellas anuales. Su apuesta por este tipo de variedades radica en el desafío de encontrar el punto óptimo de madurez en el Valle de Uco, logrando que se destaquen cada uno por su particularidad.
Para Emilio Abrahan, el resultado logrado con su Ancellotta, el cual describe como un varietal “un poco rústico”, es producto de conocer el terruño de donde proviene. “La particularidad de nuestro vino, además de ser un varietal que de por sí que tiene un color muy poderoso, un rojo violazo, con algunos reflejos ya más tirando a negro, es que es bien potente. Su atractivo no es solo el color, es muy elegante, muy frutal, algo floral y con una terminación muy linda. Es un vino completo”.
El de la Ancellotta no fue el único reconocimiento para la bodega. Además, Pócima Cabernet Sauvignon Partida Limitada 2021 ganó Medalla de Oro y Pócima Merlot Partida Limitada 2020 obtuvo Medalla de Plata. “Para nosotros es una satisfacción muy grande que el trabajo que venimos haciendo hace muchos años sea reconocido. Nuestra filosofía es mancharnos las manos haciendo el vino y cuidar el detalle, que creo que es como se hacen los grandes vinos del mundo”, destacó el enólogo.
Un Pinot Noir del “patio” galés
Con una fuerte historia, Gaiman es una localidad que puede haber resonado para más de uno por sus tradicionales casas de té, su colonia galesa y por ser la localidad patagónica donde alguna vez supo tomar la infusión Lady Di. Pero ahora, también se puede decir que Gaiman es el lugar de donde sale el mejor Pinot Noir del país, al menos para los jurados del Concurso Nacional de Vinos Guarda14.
Ubicado al Este de la provincia de Chubut, se trata de uno de los terroirs más jóvenes de la vitivinicultura nacional, con poco más de una década de trayectoria. Allí es donde se desarrolla Bardas al Sur, un proyecto boutique muy pequeño nacido en 2012 que llevan adelante Roberto Barragan y Silvia Williams con el asesoramiento enológico de Mario Lascano.
Si bien este caso hablamos de un varietal con mayor reconocimiento, es el único de la Patagonia ubicado entre los mejores del país y su particularidad es que se hacen apenas unas 1.500 botellas de Bardas al Sur Pinot Noir 2022, flamante ganador de la Medalla Gran Oro. Es que como lo describió Barragan, su viñedo representa en tamaño, “el patio”, de lo que podría ser una finca en otras provincias como Mendoza o San Juan, con una tradición vitivinícola más extensa, con un potencial de unas 6.000 botellas anuales entre el Pinot Noir y el Malbec.
Fue en 2015 que hicieron la primera añada y a fuerza de prueba y error y las correcciones técnicas necesarias que hoy llegaron a este galardonado resultado. “La base de todo está en la calidad de la uva. Es un vino muy suave y frutado, no tenemos la acidez tan alta como tienen en la zona cordillerana, y es muy aceptado por la gente”, describió Roberto Barragan.
“Es un logro para nosotros muy importante estar entre los mejores vinos del país. Es algo que no esperábamos, porque nosotros somos prácticamente principiantes. Si bien tenemos el asesoramiento, no tenemos grandes conocimientos. Esto, tanto para nosotros como para la provincia, significa muchísimo. Esto en Chubut está arrancando y antes era imposible pensarlo”, resaltó.
La nueva cara del bonarda
Según las estadísticas, Bonarda es la segunda variedad tinta más plantada en Argentina después del Malbec, presente en 14 provincias, con un total de 17.448 hectáreas cultivadas, lo que equivale al 8,4% de todo el país. Sin embargo, salvo algunas excepciones, la gran extensión de este varietal que se identifica principalmente con el Este mendocino, principalmente San Martín, no ha sido equivalencia directa de fama y éxito en competiciones nacionales e internacionales como sí ha sucedido con la cepa emblema de la vitivinicultura nacional.
Pero para romper con todos los prejuicios, esta edición del Concurso Nacional de Vinos Guarda14 colocó a un Bonarda entre los mejores 18 vinos del país. Fue el Enrique Foster Firmado Bonarda 2020, de Bodega Foster Lorca, el que ganó Medalla Gran Oro luego de ser probado a ciegas por el jurado conformado por más de 50 expertos.
Al ver el nombre de su vino entre tanto Malbec y blends que ocuparon los primeros puestos, Fabián Gardino, enólogo de la bodega lujanina, expresó: “Es muy gratificante y creo que es lo que ponemos en valor desde la bodega. Nosotros buscamos eso, poner en valor otras variedades que realmente nos pueden poner en vidriera del mundo como nos lo ha puesto el Malbec. Creo que esto es un claro ejemplo de que es posible”.
Este vino de la bodega nacida de la sociedad de Enrique Foster y Mauricio Lorca es un 100% Bonarda de viñedos del Valle de Uco ubicados entre 1.200 a 1.300 msnm. De fermentación regular, el ejemplar pasa 18 meses en barricas, lo que da un cuerpo persistente.
Sobre la participación de la bodega en el certamen, Gardino comentó: “Como concurso creo que es un poco la caricia que la industria necesita. Y cuando digo caricia, me refiero que no es solo para la bodega, sino para todo el equipo de gente que la hace. A veces nos toca ser a nosotros los enólogos la cara visible, pero realmente detrás hay un equipo que trabaja verdaderamente con una pasión enorme. Hacen su trabajo con amor, dedicación y mucho compromiso. Y para mí es el gran significado de esto”.