Estos vinos se distinguen por su estructura en el paladar y su fragancia en la nariz. Tienen la particularidad de no exhibir una coloración intensa, pero aportan una notable personalidad a ambos.
Barolo y Barbaresco son dos regiones situadas en el noroeste de Italia, específicamente entre las colinas de Piamonte. La primera destaca por sus centenarios castillos inconfundibles, mientras que la región de Barbaresco se caracteriza por su núcleo arquitectónico medieval.
Ambas áreas se destacan por la producción de vinos elaborados principalmente con la variedad de uva Nebbiolo. Tanto Barolo como Barbaresco son tipos de vino y a su vez denominaciones de origen.
Estos vinos presentan diferencias sustanciales, en gran parte debido a las diferencias en los suelos de sus respectivas regiones. En Barbaresco, el suelo es más rico en nutrientes, lo que reduce la generación de taninos en las uvas. En contraste, el suelo calcáreo de Barolo produce uvas con características más tanínicas.
En términos de la elaboración de estos vinos, un aspecto destacado es el envejecimiento en barricas de roble. En el caso de Barolo, se recomienda un período de tres años, mientras que Barbaresco requiere dos años.
Nebbiolo, cómo es y su presencia en Argentina
En cuanto al aspecto visual, los vinos elaborados con uvas Nebbiolo, utilizadas tanto en Barolo como en Barbaresco, pueden mostrar una variedad de tonalidades. Sus colores van desde el rojo rubí hasta el rojo granate, con una concentración de color moderada, dependiendo de la edad del viñedo.
Otro rasgo distintivo es su amplio espectro de aromas a frutos rojos maduros, con predominio de notas florales y especiadas como rosas, violetas, anís, canela y clavo. En boca, estos vinos son firmes y profundos, con un final largo y persistente que contrasta con su apariencia más bien clara.
Respecto a la uva Nebbiolo en Argentina, su cultivo es desafiante debido a su lenta maduración y su vulnerabilidad a las plagas, que coinciden con el clima hostil de la región. Además, requiere un manejo delicado en la bodega, ya que es propensa a la oxidación y a la pérdida de sus aromas frutales. Sin embargo, cuando se maneja con cuidado y precisión, puede dar como resultado vinos excepcionales.
Para proporcionar un punto de referencia en cuanto a sabor y color, se puede comparar en cierta medida con la variedad Pinot Noir. En Argentina, existen aproximadamente unas 200 hectáreas de Nebbiolo plantadas en la provincia de San Juan y una cantidad un poco menor en Mendoza. La bodega Viña Alicia, propiedad de Alicia Mateu de Arizu, esposa del reconocido enólogo de Luigi Bosca, Alberto Arizu, elabora vinos con esta cepa.
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