Un equipo de investigación del INTA y la Universidad Maza de Mendoza confirmaron los beneficios de utilizar este residuo orgánico de la poda de vid en el proceso de crianza de vinos Chardonnay y Bonarda.
Cada año, la poda de las plantaciones de vid en todo el mundo genera más de 2 toneladas de residuos orgánicos por hectárea. Estos residuos provienen principalmente de la poda de los sarmientos o tallos de las vides, que son el soporte para las hojas, zarcillos y racimos.
Estos materiales vegetales, aunque a menudo se consideran desechos, han demostrado tener propiedades beneficiosas como bioestimulantes y bioplaguicidas en la industria vinícola. Además, se ha evaluado su potencial como una alternativa a la madera tradicional en la crianza de vinos.
El investigador Martín Fanzone, de la Estación Experimental Mendoza del INTA y la Universidad Maza, destacó que el uso de fragmentos de sarmientos, conocidos como chips, obtenidos durante la poda de las vides, se presenta como una alternativa económica y sostenible. Esto no solo permite reducir tiempos y costos en el proceso de crianza, sino que también mantiene la calidad del vino y puede contribuir a la competitividad de la industria vitivinícola.
Los sarmientos, que se generan en grandes cantidades en la actividad vitivinícola a nivel mundial, se suelen destinar al compostaje o se queman, por lo que aprovecharlos como aditivos enológicos representa una prometedora oportunidad.
El equipo de investigación del INTA y la Universidad Maza de Mendoza ha evaluado tecnologías de envejecimiento físico, como el uso de ultrasonidos y microondas, en combinación con los fragmentos de sarmientos de diferentes variedades de vid. Los resultados de sus investigaciones son prometedores.
En el caso de los vinos Chardonnay, el uso de chips en combinación con microondas condujo a un aumento significativo en los niveles de fenoles totales, flavonoides y saturación del color en comparación con los controles. Además, la intensidad del color de los vinos aumentó drásticamente. En los vinos Bonarda, el uso de chips tuvo efectos diferentes, lo que indica una posible adsorción por el material vegetal. Aquí, los vinos con microondas presentaron niveles superiores de acidez titulable y pigmentos poliméricos, mientras que el uso de ultrasonidos generó una mayor extracción de taninos y niveles de pH superiores en los vinos.
Además, se observaron diferencias en los perfiles sensoriales de los vinos elaborados con sarmientos tratados con microondas y ultrasonidos. Estos perfiles incluyen aromas y características que varían según el tratamiento aplicado.
Este trabajo, que implica la reutilización de uno de los principales residuos de la industria vitivinícola, se presentará en el IV Simposio de Residuos Agropecuarios y Agroindustriales. Este simposio, que se llevó a cabo del 1 al 3 de noviembre en la ciudad de Mendoza, estaba dirigido a productores y generadores de residuos vinculados con el sector agropecuario y agroindustrial.