La región vitivinícola más famosa del mundo eliminará 30 mil hectáreas de viñas

Una popular región francesa busca una alternativa para contrarrestar la producción de vino.
Una popular región francesa busca una alternativa para contrarrestar la producción de vino.

Una popular región francesa está contra las cuerdas debido a la sobreproducción y los cambios en el consumo de vino que han hundido los precios.

La región vitivinícola de Burdeos, reconocida como una de las más prestigiosas del mundo, se enfrenta actualmente a una crisis sin precedentes. Los vitivinicultores de esta región francesa solicitaron al Gobierno ayuda para arrancar viñedos, enfrentándose a desafíos como la disminución en el consumo de vino tinto y la caída de las exportaciones.

En el departamento de Gironde, cuya capital es Burdeos, los viñedos se extienden a lo largo de carreteras que se despliegan por kilómetros y kilómetros. Muchos negocios dependen de la industria del vino, ya sea a través de la producción o suministrando los insumos necesarios, como embalajes, herramientas y construcción.

Los productores buscan reducir al menos un 10% de las 115.000 hectáreas destinadas a la viña y solicitan al Gobierno compensaciones económicas y apoyo financiero para reducir el excedente de producción.

Los productores buscan reducir al menos un 10% de las 115,000 hectáreas destinadas a la viña.
Los productores buscan reducir al menos un 10% de las 115,000 hectáreas destinadas a la viña.

Cuáles son las razones por la baja del consumo en vino

Esta crisis es resultado de una serie de factores que se han acumulado desde el inicio de la pandemia de COVID-19. La situación geopolítica dificultó la recuperación del comercio exterior, las condiciones climáticas han afectado las cosechas y la competencia en el mercado del vino ha aumentado.

Uno de los factores clave es la disminución del consumo de vino tinto en Francia. Después de la Segunda Guerra Mundial, el consumo anual por habitante era de 120 litros, pero actualmente descendió a 40 litros y se espera que continúe cayendo hasta alcanzar los 25 litros en los próximos años.

Cambios en los hábitos de salud y en la forma en que la gente socializa han contribuido a esta disminución, con un aumento en el consumo de vino blanco y rosado en aperitivos y reuniones sociales.

A diferencia de otras regiones vinícolas más diversas, Burdeos ha sentido de manera más pronunciada este declive en el consumo de vino tinto.

Para abordar esta situación, el Gobierno autorizó la destilación de la cantidad excedente de vino, con un valor estimado de 160 millones de euros en 2023, financiado por fondos estatales y de la Unión Europea. El objetivo es eliminar 2.5 millones de hectolitros de vino, principalmente tinto, aunque los profesionales sostienen que el excedente es de 3 millones de hectolitros de todas las denominaciones.

Esta medida busca evitar una fuerte caída en los precios del vino, lo que podría afectar la imagen de las empresas vinícolas y, al mismo tiempo, ayudar a los viticultores de mayor edad y con menos capacidad de adaptación al mercado actual a jubilarse de manera digna, transformando sus viñedos en otros tipos de explotaciones agrícolas.

No todos los viñedos desean arrancar parte de su superficie, pero muchos planean reducir sus hectáreas de cultivo durante varios años mientras evalúan la evolución de la situación. Los sindicatos están solicitando una compensación de 10.000 euros por hectárea para una supresión total de 15,000 hectáreas. Otras regiones, como Languedoc o la Costa del Ródano, aún no han estimado la superficie que podría ser necesario arrancar.

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