Cuál es el vino más caro de Argentina: la historia de cómo nació

Cada botella del vino más caro de Argentina puede valer más de 800 dólares. - Archivo / Los Andes
Cada botella del vino más caro de Argentina puede valer más de 800 dólares. - Archivo / Los Andes

La etiqueta pertenece a la prestigiosa bodega Catena Zapata y es una de las más reconocidas del país. Algunas botellas se vendieron a 260.000 dólares.

Apenas 13 o 14 barricas que Nicolás Catena Zapata produjo en la cosecha 1990 para consumo personal de la familia y los amigos fueron la piedra fundacional del que hoy es el vino más caro de Argentina. Fue uno de sus amigos, el chef Francis Mallmann quien le hizo ver que esas botellas debían ser apreciadas por el público y así nació Catena Zapata Estiba Reservada.

Así lo contó el propio Nicolás Catena a La Nación. Pero ese vino comenzó a gestarse mucho antes de su primera cosecha, más bien en los años ‘80, cuando vendió todo y solo se quedó con “el vino fino que elaboraba en Esmeralda”. Después de eso se fue de vacaciones a Estados Unidos, donde llegó en el año 1982 como profesor invitado del Departamento de Economía Agrícola de la Universidad de California en Berkeley.

“Cuando llegué me doy cuenta que Napa Valley estaba a una hora de viaje, entonces lo primero que hicimos con mi mujer fue ir a visitar bodegas el fin de semana”, contó al mencionado medio y agregó: “La primera que aparecía en el mapa era la de Robert Mondavi”, quien por ese entonces ya era una consagrada figura del vino norteamericano.

En esa visita, al probar vinos viejos en proceso de elaboración, pudo descubrir “otro mundo”, muy distinto a los vinos que ellos hacían en Argentina. “Me puse a estudiar todo lo que hacían en la viña y en la bodega. Eran conscientes de que una menor producción por planta se traducía en más intensidad, y empleaban varias técnicas para lograrlo. Además, prestaban mucha atención a la higiene en bodega y estaban convencidos de que el secreto estaba en el roble: en la crianza en barricas pequeñas, como se hacía en Francia”, recordó.

“Un día el mismo Robert Mondavi me dice: ‘No hay que inventar nada, Nicolás, los franceses lo inventaron todo. Solo hay que hacerlo un poquito mejor que ellos’”, sostuvo.

Nicolás Catena Zapata, junto a su esposa Elena Mazza.
Nicolás Catena Zapata, junto a su esposa Elena Mazza.

El nacimiento de un nuevo estilo

Fue de ese modo que durante su estadía en California comenzó a darle forma a lo que se convirtió en un nuevo estilo de los vinos argentinos con el fin de darle un lugar en el mercado de exportación. “Volví con el proyecto de hacer un Cabernet Sauvignon y un Chardonnay en el estilo californiano, o californiano-francés como lo llamo, porque el mundo iba en la dirección de Burdeos y Borgoña, no de nuestro vino ajerezado. Mi proyecto era imitar lo que estaban haciendo en Estados Unidos”, dijo.

En consecuencia, en 1983 compró los que considera los mejores viñedos de Agrelo donde planta Cabernet y Chardonnay. Además, contrató a consultores internacionales como Paul Hobbs y Jacques Lurton y compró barricas francesas de roble de 225 litros. “Al igual que Robert Mondavi, yo también le quería ganar a Burdeos”, era su meta.

La primera cosecha fue la del ‘89, pero no conformó a Catena, algo que sí logró la ‘90: “Ahí nos entró el miedo de que no lo íbamos a vender el vino, porque era un estilo muy diferente al de Saint Felicien, iba más hacia la fruta, no al sabor ajerezado. La cosecha 90 la destinamos casi entera a exportación y salió a la venta en Estados Unidos con la marca Catena Clásico... ¡y la vendí toda en 30 días!”.

En Estados Unidos el Chardonnay se vendió a 13 dólares la botella y el Cabernet a 15 dólares por sugerencia de su importador, cuando por esos años el más caro del país se vendía a 2,95 dólares y el chileno a 4,95 dólares. De ese modo logró un cambio de imagen del vino argentino.

La Pirámide, la bodega que construyó al comprar la finca en Agrelo.
La Pirámide, la bodega que construyó al comprar la finca en Agrelo.

La primera añada del vino más caro de Argentina

El éxito de Catena Clásico devino en lo que hoy es el vino más caro de Argentina. “Me quedé con los 13 o 14 -no recuerdo bien- barriles del Cabernet de la cosecha 90 que habíamos identificado como los mejores, y los dejé en barrica 5 o 6 meses más, porque a mi me gusta el roble. Pensé: ‘Lo voy a guardar para consumo familiar y de mis amigos’. No era muy racional esa idea porque eran muchas botellas, pero esta cosecha era toda una novedad: era la primera que íbamos a exportar, todo un acontecimiento para la empresa”, recordó sobre el nacimiento de Estiba Reservada.

De esa primera añada, la 1990, fueron unas 4000 botellas del Estiba Reservada, que tuvo una excelente recepción. “Toda la investigación que hicimos en torno al Estiba mostraba que ganaba el nuevo estilo por sobre el que veníamos haciendo, así que entonces giramos toda la elaboración de nuestros vinos hacía ese estilo. Rápidamente la competencia hizo lo mismo”, comentó Catena.

Desde 1991 y hasta 1999 el vino siempre fue 100% Cabernet Sauvignon elaborado solo con las mejores uvas de la finca de Catena Zapata en Agrelo. Pero a partir del nuevo milenio cambió con pequeñas cantidades de Petit Verdot, Merlot y Malbec, tratando de imitar los blends de Burdeos. “Y con el tiempo volvimos al Cabernet Sauvignon, y más recientemente lo único que le agregamos es un poco es Cabernet Franc”, precisó Nicolás.

Hoy el Catena Zapata Estiba Reservada tiene un precio promedio en Wine Searcher de 801 dólares por botella, el más elevado para un vino de nuestro país. Incluso, las primeras añadas se ofrecen a un valor de 6.700 dólares la botella en Londres o en una subasta en Beijing se vendió una botella de la cosecha 1997 a 260.000 dólares.

Estiba Reservada y su tradicional packaging. - Imagen web
Estiba Reservada y su tradicional packaging. - Imagen web

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