Jean-Edouard de Rochebouët se desempeñó como gerente general de Atamisque y supo conducir la Cámara de Comercio e Industria Francia Argentina.
Este domingo murió en Buenos Aires Jean-Edouard de Rochebouët, un reconocido empresario bodeguero francés que trabajó en Argentina por más de cuarenta años y se convirtió en un referente de la relación bilateral a nivel comercial.
Jean-Edouard de Rochebouët ejercía el cargo de gerente general de la prestigiosa bodega Atamisque, ubicada en tierras tupungatinas del Valle de Uco y hacedora de grandísimos vinos premiados anualmente.
El empresario llegó a la gerencia de la bodega de la mano de John Du Monceau. Desde ese rol impulsó la marca hasta convertirla en una referencia de la actividad vitivinícola, en colaboración con el ingeniero Philippe Caraguel y el equipo de la bodega.
Supo ser la cara visible de la marca en las distintas ferias internacionales y en el último tiempo también mediante las redes sociales, donde apareció en un ciclo de videos en los que presentaba las etiquetas más conocidas de la bodega.
Pero su vocación por la gestión no se cerró al ámbito bodeguero porque también supo presidir la Fundación de Ayuda Mutua de los Franceses en la Argentina y fue el titular de la Cámara de Comercio e Industria Francia Argentina, nada menos que por 25 años, desde el 1992 hasta el 2017.
Llegó a nuestro país en 1981 para trabajar en la filial argentina de la marca Moët & Chandon. En la bodega de los espumantes, su talento empresarial y conocimientos sobre vinos lo ubicó rápidamente en puestos de gerencia y hasta llegó a ser gerente general.
Esa carrera le valió quedarse en su nación de acogida.
Tiempo después fundó la empresa vitivinícola Cave Extrême, dedicada a la producción de vinos espumosos -una especialidad de los franceses-. Uno de los vinos que lanzó esta firma lleva su nombre: Vicomte de Rochebouët.
También contribuyó en la cadena de valor de la industria y supo ser parte del nacimiento de la Asociación Argentina de Sommeliers.
En 1986 se casó con Estela Ramos Mejía con quien fue padre cuatro veces, de Luisa, Gastón, Félix y Diego.
Desde ahora, la Bodega Atamisque distribuirá sus funciones entre la presidencia de Jean Etienne Beaune y la dirección del propio Philippe Caraguel. Lo que no podrá suplantar es el cariño y el legado que deja en la marca.
Familiares, amigos y compañeros de trabajo lo despidieron con mucho afecto y le reconocieron su vocación por la unión entre Francia y Argentina y su pasión por la mayor conexión entre las naciones para él: el vino.