Simplificar el vino como respuesta a los desafíos

La industria está buscando adaptarse y la premisa es derribar mitos. Cómo se logra y quiénes son los responsables.

La industria vitivinícola atraviesa desafíos de la mano con las nuevas tendencias de consumo que son contemporáneas a la pandemia, pero no sus consecuencias. Este combo configura un nuevo escenario donde la adaptación para muchas bodegas no es una elección.

Reconvertirse implica también modificar los paradigmas en los que se sustenta el consumo del vino. Y por ende, romper con ciertas barreras o limitaciones que han imperado durante años.

En la actualidad la industria ya tiene el diagnóstico hecho acerca de que una gran parte de los segmentos consumidores concibe al vino bajo el prejuicio de ser una bebida exclusiva, compleja, que implica saberes.

Cambiar ese paradigma es el principal motor de muchas bodegas. También abrir mercados, como por ejemplo en los segmentos más jóvenes. Para eso hay que romper la barrera y hacer la bebida más accesible.

El método más eficaz para lograrlo es la educación del vino. Pero no sobre lo técnico, sino sobre sus bondades. Muchos actores tienen la responsabilidad de ejercer esa educación. La mayoría coincide en esa necesidad. La mirada de los enólogos es de las más importantes.

Un ejemplo es Javier Lo Forte, enólogo de Pulenta Estate, quien entrevistado por Guarda14 expresó “cuando vos entendés que hoy se hacen vinos de muchísima calidad en cualquier rango de precio y que depende de tu bolsillo, es cuando hay que simplificarlos”.

El enólogo de la reconocida bodega de la familia Pulenta asegura que “el que quiere aprender más y hablar de tecnicismos, fantástico. Pero un tipo que quiere tomarse algo fresco, rico, un vinito con soda; hay unos vinos impresionantes para ese segmento. Hay mucha calidad en vinos de caja y damajuana. Hoy los vinos a granel que están saliendo para el mundo son impresionantes”.

Javier Lo Forte, enólogo de Pulenta Estate. Foto: Ariel Larriba
Javier Lo Forte, enólogo de Pulenta Estate. Foto: Ariel Larriba

Hacer foco en que la calidad también puede expresarse en los vinos populares es una gran herramienta. “Hoy estamos viendo una camada de profesionales y bodegas que se enfocan en la calidad y de hecho, en la alta gama estamos haciendo los mejores vinos de la historia de Argentina. No tengo dudas”, expresó Javier.

“Yo creo que todos estamos enfocados en simplificar y quitarle al vino esto de que es para castas. Y la complejidad de que para probar un vino tenés que saber. ¡No! Te tiene que gustar, tiene que ser rico”, agregó.

Para cerrar, el profesional expresó: “yo considero que no puede haber gente que no le guste el vino. Sucede que todavía no encontraron el vino. Sí buscás, vas a encontrar uno que te guste”.

La implementación de estrategias de comunicación eficientes permiten que el vino se despoje de los prejuicios. También se puede echar mano a otras herramientas de mayor impacto.

Algunas de ellas ya se están aplicando. El lanzamiento de productos novedosos, que se manifiesta por ejemplo en el apogeo de las latas. También se percibe el crecimiento de los bares de vinos, para consumir en espacios más informales y amables.

Estas propuestas, más el surgimiento de vinos frescos y fáciles de tomar, serán los pilares para que la industria explore nuevos mercados, rompa barreras y siga consolidando a la bebida nacional.

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